?¡®Heteromachitos¡¯, ¡®coitocr¨¢ticos¡¯ o faltos de juguetes er¨®ticos satisfactorios?
Por qu¨¦ los hombres van rezagados en el placer solitario
Las mujeres no son m¨¢s fogosas que los hombres, ni los hombres menos propensos a buscar su propia compa?¨ªa ¨ªntima. Pero de cada 100 juguetes er¨®ticos que se venden, solo 27 son para ellos. El 75% se los llevan las mujeres, seg¨²n Manuel P¨¦rez, director de la tienda er¨®tica Be Lover Market. Se agotan las existencias para el mercado femenino, pero no tanto las de los productos dirigidos a ellos. ?Por qu¨¦ hay tanta diferencia? ¡°De entrada, para ellas hay m¨¢s oferta, lo que es normal: por razones fisiol¨®gicas, el ¨¢rea genital estimulable es mayor en la mujer que en el hombre. Tienen masajeadores, vibradores, succionadores, bolas chinas¡¡±, explica P¨¦rez. ¡°Y se ha mejorado mucho en el dise?o: los tienes de silicona y otros materiales sint¨¦ticos, muy suaves, hipoalerg¨¦nicos, con colores bonitos, un ¡®packaging¡¯ divertido y softwares superavanzados que les permiten jugar a varias velocidades, crear patrones¡¡±, a?ade.
No menos importante es el hecho de que tambi¨¦n las tiendas han cambiado: ¡°Hasta hace unos pocos a?os solo los ten¨ªan en ¡®sex shops¡¯, que eran espacios s¨®rdidos donde ellas no se sent¨ªan c¨®modas. Ahora se venden en tiendas luminosas, muy abiertas y con una est¨¦tica similar a la de las parafarmacias, pero del placer. Por si fuera poco, el comercio ¡®online¡¯ se lo lleva hasta sus casas sin tener que dar explicaciones a nadie¡±, y el Satisfyer se agota...
El placer femenino asistido ha ca¨ªdo en gracia y en unos pocos a?os los dildos han saltado de los sex shops a los centros comerciales, se venden asociados a todo lujo de fantas¨ªas sexuales, de todo tipo de precio y con un generoso abanico de dise?os. Pero los hombres... ?qu¨¦ hay para los hombres? Frente al vibrante mercado femenino, el de los varones se limita a dos grandes grupos: ¡°Los masturbadores y los ¡®plugs¡¯ o estimuladores prost¨¢ticos. No ha surgido un juguete rompedor como hace un a?o fueron los succionadores de cl¨ªtoris".
Una mujer aplica el aparato sobre ese punto de su anatom¨ªa y como mucho en tres o cuatro minutos llega al orgasmo, dice P¨¦rez. "Algunas en segundos. Pero un var¨®n coge un masturbador y casi es m¨¢s trabajo darse placer con el juguete que con la mano¡±, dice. Sucede que la t¨¦cnica manual de toda la vida va a?adiendo velocidad o presi¨®n a medida que avanza la excitaci¨®n, mientras que el nivel de vibraci¨®n de esos aparatos casi siempre es homog¨¦neo. O sea, que los fabricantes a¨²n tienen que darle una buena vuelta de tuerca a los juguetes masculinos si quieren alcanzar un ¨¦xito similar al de los femeninos.
Consideraciones t¨¦cnicas aparte, hay un estigma rancio que lastra las ventas dirigidas al consumidor masculino: el hombre heterosexual mayor de 40 a?os lo ve innecesario, casi ignominioso, y destinado exclusivamente a usuarios homosexuales. ¡°Es cierto que entre el p¨²blico gay se venden mucho m¨¢s, pero no porque sean espec¨ªficos para ellos, sino porque son mucho m¨¢s abiertos a explorar su propia sexualidad¡±.
Frente a este universo de hedonismo, el hombre a¨²n vive lo de la estimulaci¨®n genital por mero disfrute con mentalidad decimon¨®nica. ¡°En Espa?a todav¨ªa tenemos un sistema patriarcal con ¡®heteromachitos¡¯", opina P¨¦rez. Desde ese punto de vista, el caballero hecho y derecho no necesita extras para llegar al orgasmo. En caso de tener un juguete para penetrarle a ¨¦l ¡ªsiempre para usar con una pareja femenina¡ª no lo cuentan en el bar, ni mucho menos lo suben a Instagram.
Sucede todo lo contrario entre las consumidoras femeninas, que llegaron tarde a estos artilugios pero han desembarcado a lo grande. ¡°Se lo recomienda una amiga, su hermana, el ginec¨®logo o el sex¨®logo para que explore sus propias zonas de placer, y se entronca con la corriente de empoderamiento femenino. Ella quiere disfrutar y no tiene por qu¨¦ esperar a que llegue su pareja¡±, dice P¨¦rez. Eso s¨ª, en este auge de las ventas no se puede obviar un ¨²ltimo factor: est¨¢ de moda. ¡°Mola tener uno. Si la amiga lo tiene, ella se lo compra y as¨ª comentan lo bien que lo pasan us¨¢ndolo¡±.
Un camino hacia el adi¨®s a la ¡®coitocracia¡¯
Las generaciones m¨¢s j¨®venes miran al sexo con un enfoque m¨¢s abierto. Se acepta la relajaci¨®n en las fronteras de g¨¦nero, se prueban relaciones libres y si algo puede dar gusto, se le da una oportunidad. ¡°Poco a poco nos vamos quitando el peso de la ¡®coitocracia¡¯, esa obsesi¨®n por que la vida marital ten¨ªa s¨ª o s¨ª que acabar en coito vaginal, r¨¢pido y sin pre¨¢mbulos¡±. Los mal llamados preliminares tambi¨¦n cuentan, y la fantas¨ªa, la novedad y la exploraci¨®n de nuevas cotas de placer son bienvenidas. ¡°Se incorporan aceites de masaje, vibradores para usar en pareja¡ El acto sexual va m¨¢s all¨¢ de un misionero sin alegr¨ªas para descargar material gen¨¦tico. La tendencia, tanto en compa?¨ªa o en solitario, ya no es llegar al orgasmo a toda velocidad sino prolongar todo lo posible el tiempo de placer. Los juguetes enriquecen ese juego de alcoba¡±.
Nicola Tartaglia, ur¨®logo, experto en salud sexual y autor del libro Diario de un sex¨®logo reconoce la existencia de esta tendencia, pero apunta que entre los varones sigue habiendo una aut¨¦ntica obsesi¨®n por llegar al orgasmo. ¡°Viene de un legado procreativo que sigue en el subconsciente del hombre. Necesita llegar al orgasmo y eyacular para la procreaci¨®n¡±. Tartaglia tambi¨¦n recuerda que ¡°en nuestra cultura todo lo referente al placer de la zona perianal sigue siendo un tab¨². No solo entre los heterosexuales. Muchos homosexuales tambi¨¦n la desconocen, tanto en cuanto a placer como en el plano anat¨®mico. Es lo primero que ense?amos en la consulta¡±.
El especialista se?ala una sorprendente consecuencia imprevista de la desinhibici¨®n femenina ante sus propios juguetes. ¡°Muchos varones reconocen que no compran juguetes sexuales masculinos, pero que usan los de sus chicas. Y no solo para darles placer a ellas, sino para el suyo propio, por ejemplo, para masajear el glande. Para su propio placer, si est¨¢n solos, la masturbaci¨®n manual sigue llevando al m¨¢ximo disfrute de forma mucho m¨¢s f¨¢cil. De ah¨ª que tampoco expresen esa necesidad que s¨ª tienen las mujeres porque, por su propia anatom¨ªa, el orgasmo durante el coito es m¨¢s dif¨ªcil¡±. De ah¨ª que haya que interpretar las cifras de ventas con otros ojos...
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