?Si no quiero estar entre los diez ¡®seleccionados¡¯ para las fiestas de esta Navidad, soy un bicho raro?
El distanciamiento con los familiares no es exclusivo de tiempos de pandemia: ?qu¨¦ motivos nos alejan de los ¡®nuestros¡¯ y qu¨¦ tipo de v¨ªnculos nos unen a ellos?
Este a?o toca mojarse y elegir una alineaci¨®n titular para las cenas y comidas de las fiestas de Navidad. Diez integrantes como m¨¢ximo. Delicada decisi¨®n... O no. Tras hacer los c¨¢lculos oportunos, la cifra habr¨¢ aliviado a algunas personas que deseaban librarse de ciertos compa?eros de mesa habituales. Otras, quiz¨¢ la mayor¨ªa, sentir¨¢n que la pandemia les ha robado lo que les quedaba de esp¨ªritu navide?o. Ahora s¨ª. Les pesar¨¢ tener que ¡°romper¡± la familia. Eso duele. Pero tambi¨¦n hace pensar: ?hasta d¨®nde llega esta instituci¨®n, en realidad? Cuando el distanciamiento ya era emocional, ?no ser¨¢ este el mejor plan?
Seg¨²n la primera acepci¨®n del Diccionario de la Real Academia Espa?ola, la familia se compone de aquel ¡°grupo de personas emparentadas entre s¨ª que viven juntas¡±. Su segunda entrada ampl¨ªa la cuesti¨®n hablando del ¡°conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje¡±. ?Recogen el sentir general? Seguramente, ya que ambos lemas tienen mucho que ver con nuestra concepci¨®n tradicional de la familia. Pero el fil¨®sofo y soci¨®logo Zygmunt Bauman, reflexionando sobre el momento actual, ya advirti¨® de que las instituciones s¨®lidas que marcaban nuestra realidad, como la familiar, han dado paso al concepto de modernidad l¨ªquida que se caracteriza por el cambio constante. De manera que son definiciones que no aclaran del todo la cuesti¨®n.
A nadie se le escapa que el modelo familiar ha cambiado sustancialmente en los ¨²ltimos a?os. Con ¨¦l, las relaciones entre familiares tambi¨¦n han variado. ¡°Antes entend¨ªamos la familia como el pap¨¢, el hijo y la mam¨¢, y ahora este concepto se ha ido modificando, de manera que hay familias monoparentales, familias de acogida o familias de dos mam¨¢s o dos pap¨¢s. As¨ª que entendiendo desde d¨®nde se lea la familia tambi¨¦n se pueden interpretar las relaciones entre sus miembros. Tener la sangre com¨²n no me tendr¨ªa que obligar a tener un v¨ªnculo con otra persona¡±, dice la psic¨®loga y mediadora familiar Ana Mar¨ªa Rocco. Y aun as¨ª los conservamos.
Separados para siempre¡ por un men¨² ¡°antiveganos¡±
Muchas de las separaciones que este a?o ser¨¢n f¨ªsicas llevar¨¢n existiendo mucho tiempo en el plano emocional. Pasa en las mejores familias, pues si bien hay tantos motivos para alejarse de la sangre como personas, existen patrones de distanciamiento que se explican seg¨²n las ¨¦pocas. ¡°En el pasado reciente los conflictos surg¨ªan cuando los intereses individuales no concordaban o eran incompatibles con los familiares. Por ejemplo, cuando alguien decid¨ªa escapar a las normas homog¨¢micas y casarse con una persona de un nivel social inferior, o cuando un hijo decid¨ªa que no quer¨ªa quedarse en la casa o negocio familiar, y se buscaba la vida en otro sitio. Tambi¨¦n eran habituales los conflictos de poder que exist¨ªan entre suegra y nuera cuando eran convivientes¡±, desarrolla Mar¨ªa Antonia, antrop¨®loga de l¡¯Institut d¡¯Antropologia de Islas Baleares. Antonia explica que actualmente la familia se compone de individuos con mayor capacidad para decidir en funci¨®n de su propio bienestar e intereses, no ¨²nicamente los de la familia. Aun as¨ª, cuando entran en liza razones de inter¨¦s com¨²n, por ejemplo las herencias, el conflicto vuelve a estar servido.
S¨ª, las herencias son un cl¨¢sico, pero los motivos de disputa tambi¨¦n cambian con los tiempos y los movimientos sociales. La psic¨®loga asegura que ahora su consulta se llena de pacientes que se han dejado de reunir con sus familiares a cuenta de los h¨¢bitos alimenticios: ¡°Sucede que algunos son vegetarianos, veganos y otros no. Antes era inimaginable esto, pero cuando una estructura familiar es muy r¨ªgida se hace muy dif¨ªcil superar este tipo de situaciones: una de las partes es muy vehemente y no acepta que la otra coma determinado alimento (o no lo coma). Y no olvidemos que, ya desde la Prehistoria, nos hemos reunido en torno a la comida para hablar y contar cosas¡±. En estos casos, al igual que con otros factores que nos alejan de nuestros allegados, la psic¨®loga aconseja fomentar el respeto y la aceptaci¨®n del otro: ¡°Mi familiar puede ser diferente de m¨ª, pero no incompatible¡±, comenta. Porque si ya el tipo de men¨² elegido para la cena genera disenso, ?qu¨¦ pasar¨¢ este a?o cuando alg¨²n miembro no reciba invitaci¨®n porque el aforo familiar est¨¢ completo?
El distanciamiento sano tambi¨¦n existe
Antes de que hubiera un cupo para estas cenas, y pese a todas las desavenencias, el modelo imperante de familia nos ha llevado en muchas ocasiones a juntarnos con aquellos con quienes ya no tenemos una gran relaci¨®n, pero con los que en cambio pasamos puntualmente fechas se?aladas como las Navidades y los cumplea?os, aunque no los veamos el resto del a?o. ?Por qu¨¦ hacemos esto? ¡°La respuesta social inmediata cuando uno dice ¡®no me hablo con la familia¡¯ es ¡®uy qu¨¦ raro¡¯, ¡®algo malo har¨¢¡¯, sin ni siquiera saber qu¨¦ pasa con esa familia. El hecho de decir que no pertenecemos a un sistema tan primario e indispensable genera muchas veces rechazo y desconfianza en otras personas¡±, desarrolla Rocco, quien recomienda vivir las relaciones familiares desde un lugar m¨¢s creativo y sincero. Porque, por muy extra?o que suene, hay distanciamientos que son sanos. ¡°No se debe mantener una relaci¨®n muy estrecha con alguien si te rechaza, porque eso ser¨ªa una relaci¨®n patol¨®gica. No nos podemos obligar a sentir. Es duro para ambas partes, porque uno de los dos va a sufrir, pero es as¨ª. A veces, en algunas din¨¢micas familiares el distanciamiento emocional es lo m¨¢s sano que podemos vivir¡±, dice la psic¨®loga.
Fran (que elige un nombre diferente al suyo para hablar para este reportaje), es un ejemplo de manual. ¡°Tengo unos padres que se alimentan del conflicto, disfrutan de eso, necesitan la bronca¡ Y son muy t¨®xicos y ego¨ªstas. Llevan as¨ª toda la vida y me lo han hecho pasar muy mal, pero yo ahora ya tengo cuarenta a?os y, aunque me cuesta, s¨¦ gestionarlo y creo que lo m¨¢s inteligente es ni pronunciarse: no entro al trapo de ninguna provocaci¨®n ni tengo ya relaci¨®n alguna con ellos¡±, cuenta con un aire entre resignado y triste. Por eso, esta Navidad Fran repetir¨¢ la norma de los ¨²ltimos a?os: ¡°Volver¨¦ a pasar estas fechas con amigos. Hace a?os que cort¨¦ el celebrarlo con mis padres porque es pasar un mal rato innecesario¡ Ya es una ¡®tradici¨®n¡¯ el que me inviten y yo lo rechace, porque ?qu¨¦ sentido tiene cenar una noche juntos cuando no te hablas el resto del a?o? La sensaci¨®n que te queda es muy agridulce: una mezcla de alivio-tranquilidad-tristeza provocada por el hecho de que te gustar¨ªa pasarlo con tu familia, pero lo que realmente anhelas es que esa familia se comportase como tal el resto del a?o¡±.
As¨ª me criaron mis padres, as¨ª marcar¨¦ yo a mis hijos
As¨ª que, como Fran, no hay por qu¨¦ pasar las Navidades juntos si eso no es lo que nos viene bien a todos ¡ªo a la sociedad, como este a?o¡ª, pero quiz¨¢ s¨ª sea interesante buscar otros momentos de encuentro sincero con los de nuestra sangre, como puede ser pasar una jornada juntos desarrollando una afici¨®n o sencillamente ir a tomar algo a una terraza de un modo informal. Y hay relaciones que se van al traste pero, con el tiempo, uno puede desear recuperar. Quiz¨¢ las ausencias de estas fiestas pueden hacer que algunas personas piensen en hacerlo. Por ejemplo, dos primos que tuvieron una buena relaci¨®n durante su infancia, hasta que el distanciamiento de sus padres les llev¨® a no verse durante largo tiempo. ?Cu¨¢l ser¨ªa el mejor modo para lograrlo?
¡°Perfectamente se puede establecer un v¨ªnculo, y si es mi primo mucho mejor, ah¨ª juega a favor el hecho de que somos familia de sangre y eso le da un plus de seguridad al v¨ªnculo¡±, explica la mediadora familiar. Y da pistas sobre c¨®mo podemos acercarnos a aquellos a quien no nos une la calidez que aporta el d¨ªa a d¨ªa: ¡°Hay que crear peque?as excusas, por ejemplo ahora, despu¨¦s del tiempo de confinamiento, podemos invitar a una reuni¨®n informal para contarnos c¨®mo lo hemos vivido¡±.
Eso s¨ª, podemos tener un inter¨¦s no correspondido y, en ese caso, tendremos que aprender a gestionar el rechazo: ¡°Yo puedo querer acercarme a mi hermano y ¨¦l no, pero eso no nos tiene que hundir en la tristeza, hay que comprender que ese no es su momento. Eso no quita que yo pueda mandarte un mensaje por Navidad, tengo que hacer lo que a m¨ª me haga sentir bien, a no ser que me digan que no quieren que se lo mande, entonces ah¨ª ya tendr¨ªamos que aprender a gestionar el cambio vital y comprender una vez m¨¢s que la sangre no siempre me hace familia¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.