Locura y libertad en dos actos
Jaroslaw Bielski dirige una adaptaci¨®n actualizada de ¡®Alguien vol¨® sobre el nido del cuco¡¯, de Dale Wasserman
?Cu¨¢l es el l¨ªmite de la locura? ?Qui¨¦n dice qui¨¦n es el loco? ?Cu¨¢ndo empieza el desequilibrio y acaba la supuesta normalidad? Todas estas cuestiones aparecen en Alguien vol¨® sobre el nido del cuco, de Ken Kesey (adaptada al teatro por Dale Wasserman), y que se estren¨® como pieza teatral en Nueva York en 1963, protagonizada por Kirk Douglas. Fue su adaptaci¨®n al cine, en 1975 ¡ªdirigida por Milos Forman y con Jack Nicholson de protagonista¡ª la que catapult¨® a la fama esta historia sobre la locura: gan¨® cinco premios Oscar, los llamados big five (mejor pel¨ªcula, director, gui¨®n, actor y actriz). Ahora, llega actualizada a Madrid en forma de ambicioso proyecto teatral (hasta el 4 de noviembre en el Teatro Fernando Fern¨¢n G¨®mez; entrada general, 19 euros).
¡°No solo es un cl¨¢sico sino que perdura¡±, dice Jaroslaw Bielski, director del nuevo montaje y que hace tres lustros ya hizo una adaptaci¨®n de la obra. Los grandes temas que abordaba Alguien vol¨® sobre el nido del cuco (la libertad, la lucha, el sistema coercitivo o la locura) se mantienen vigentes: ¡°Seguimos subyugados a un poder difuso [las redes sociales, el control]. Adem¨¢s, creemos que es una historia importante y, sobre todo, que rejuvenece. Y mucha gente joven no la ha visto¡±, agrega Bielski, que en este nuevo montaje ha contado con la colaboraci¨®n de la productora La Dalia, con amplia experiencia en cine y que se lanza ahora al teatro.
¡°Siempre afrontamos los proyectos bas¨¢ndonos en el inter¨¦s que tienen¡±, dice Silvia Melero, productora ejecutiva de La Dalia. ¡°Y alguien tiene que hacer estas cosas¡±, contin¨²a. ¡°Los presupuestos en teatro son bastante ajustados, pero con nuestro dinero y con un poquito de ayuda de la Comunidad de Madrid, hemos conseguido una rica banda sonora [de Luis Prado] o un cuidado vestuario [de Almudena Bret¨®n y Fede Pouso]¡±. El despliegue para la obra no es peque?o: casi tres horas de funci¨®n, audiovisuales y 15 actores en escena, con Pablo Chiapella (La que se avecina) en el papel del protagonista McMurphy y acompa?ado de, entre otros, Alejandro Tous, Mona Mart¨ªnez, Niko Verona, Fernando Tielve y Javier S¨¢ez.
La acci¨®n arranca con la llegada del paciente McMurphy a un psiqui¨¢trico, que desencadena toda una revoluci¨®n interna. La gran enfermera Ratched, cordial, cruel y peligrosa, no soporta ver cuestionado su poder y control sobre la instituci¨®n, lo que genera una tensi¨®n que va creciendo a medida que avanza la obra. El resto de internados se debate entre seguir los liberadores impulsos de McMurphy y enfrentarse a Ratched o cumplir las normas y tomar la medicaci¨®n para que todo siga funcionando, para bien o para mal, como siempre. ¡°[McMurphy] Es un hombre libre, que no est¨¢ atado a los convencionalismos, pero que tampoco piensa en el futuro¡±, dice Chiapella. ¡°Est¨¢ dispuesto a anteponer la libertad ¡ªo lo que ¨¦l considera que es ser libre en cada momento¡ª a su salud o su bienestar. Le gusta jugar, ponerse al l¨ªmite¡±, agrega el actor.
El blanco impoluto y el ambiente as¨¦ptico, fruto del notable trabajo de la escen¨®grafa Laura Lostal¨¦, dominan la escena, que en todo momento se desarrolla en el interior de la instituci¨®n psiqui¨¢trica. Una serie de grandilocuentes audiovisuales, obra de Felipe Ramos, marcan, de manera efectiva, el paso del tiempo en el psiqui¨¢trico. Tambi¨¦n el avance de las esperanzas y desazones de los internados, que en un momento parecen inocentes v¨ªctimas y un segundo despu¨¦s, crueles verdugos. Tanto que Chiapella hace un aviso a los espectadores: ¡°No van al teatro sino que entran en una instituci¨®n¡±.
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