Criptonita de Lavapi¨¦s

Ese trampantojo chill¨®n y cubista llama poco la atenci¨®n del atl¨¦tico paseante. La esquina acent¨²a su contorno puntiagudo y el dramatismo de la mujer que llora sin dar la cara a ese bosque psicod¨¦lico de extra?os y llamativos diamantes como pu?ales. El rinc¨®n que ha elegido esta semana Cancio es un paisaje de Lavapi¨¦s. Ese reino de la espontaneidad donde algunos han descubierto para¨ªsos bajo los adoquines. Lo han catalogado como el barrio m¨¢s cool del mundo. Pero tras la euforia, conviene no despistarse. Puede que sea una treta para desalojar corralas, edificios de renta baja y rellenarlos de nuevos inquilinos que amenacen el car¨¢cter bohemio, mestizo y popular del vecindario. Ya Carmena quiere desarrollar una norma para joderles la fiesta a los par¨¢sitos que explotan las viviendas tur¨ªsticas, ese c¨¢ncer que vac¨ªa los centros de las ciudades con el espejismo de la nueva econom¨ªa. Colaborativa, la llaman. Asesina, m¨¢s bien. Seamos claros.

De preponderar con su apetito voraz, ?borrar¨ªan todas esas huellas de arte urbano? Si as¨ª lo hicieran, las triangulares y amenazantes geometr¨ªas de la pared, adquirir¨ªan su verdadero fin¡­ A un paso est¨¢n de convertirse en criptonita para defender el barrio de desmanes inmobiliarios e invasiones con rentas altas. Es un aviso. Quien ose desalojarlo, recibir¨¢ un azote de superh¨¦roes alimentados por esa poderosa energ¨ªa de la imaginaci¨®n al poder, a gusto entre distintas culturas, una tierna resistencia castiza, okupas, grafiteros y hordas fieles en sus tabernas.