La apabullante lecci¨®n del ¡®Loco¡¯ Bielsa a Chile
El nuevo seleccionador de Uruguay despert¨® el entusiasmo con un 3-1 que esboz¨® lo que ser¨¢ su estilo r¨¢pido y agresivo. La v¨ªctima fue Chile, un equipo que sigue dependiendo de sus viejas glorias para hacerse competitivo
![Nicol¨¢s de la Cruz, Federico Valverde y Darwin N¨²?ez drurante el partido contra Chile, este viernes en Montevideo (Uruguay).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VKNWNP5EWFW54CEANZXXZ5YV4A.jpg?auth=9d9405878f24f78987879e23942d8d08c7ac49707adaeac447b9aa52b3be6959&width=414)
Uruguay, al igual que Brasil, contrat¨® a un t¨¦cnico extranjero no para clasificar al Mundial del 2026, sino para intentar ganarlo. Y Marcelo Bielsa, en su funci¨®n de estreno, no s¨®lo vapule¨® a Chile, sino que mostr¨® buena parte de sus herramientas para fabricar la ilusi¨®n celeste.
Los charr¨²as no tienen un s¨²per clase como Messi o Vinicius, pero apuestan fuerte por Federico Valverde, el crack del Real Madrid, y Darwin N¨²?ez, del Liverpool. La mente sagaz del primero y la velocidad del segundo desmoronaron la estrategia de Eduardo Berizzo y se quedaron con los tres puntos con un contundente 3 a 1.
El morbo del duelo estaba dado por la relaci¨®n entre Bielsa y Berizzo, que se fundieron en un emocionado abrazo al final del partido. El Loco fue clave no s¨®lo en la carrera, sino en la vida del Toto, a quien selecci¨®n¨® cuando ten¨ªa 14 a?os y jugaba por el equipo de su peque?o pueblo corbob¨¦s, Cruz Alta. Lo protegi¨® cuando quiso estudiar leyes paralelamente al f¨²tbol, lo consol¨® en la muerte de su padre -en un accidente cuando viajaba a Buenos Aires para verlo jugar en River- y se preocup¨® cuando Berizzo, dirigiendo al Sevilla, supo que ten¨ªa c¨¢ncer en la pr¨®stata.
En el Centenario, el maestro demostr¨® que pese a tener menos tiempo de trabajo tiene camino adelantado, gracias a la materia prima y a la solidez de sus convicciones. Bielsa quiere un Uruguay de transiciones r¨¢pidas y juego por las bandas, y en las r¨¢fagas de dominio consigui¨® marcar tres veces y desnudar la enorme lentitud del equipo chileno.
Berizzo no cont¨® anoche con dos de sus viejos estandartes, resabios de una generaci¨®n brillante que gan¨® dos Copas Am¨¦ricas pero que, en su declive, se qued¨® fuera de los ¨²ltimos dos mundiales. Alexis S¨¢nchez estuvo dos meses sin entrenar antes de firmar en el Inter de Mil¨¢n como ¨²ltima alternativa y Arturo Vidal fue al banco por considerar el t¨¦cnico que no estaba en nivel f¨ªsico ni futbol¨ªstico de afrontar un partido completo.
Las diferencias fueron tan grandes que el marcador result¨® poco expresivo. Mientras Uruguay volaba y consagraba a Nicol¨¢s de la Cruz como goleador de la noche, Chile balbuceaba un esquema defensivo que s¨®lo cobr¨® fuerza cuando ingres¨® Vidal, ya con la goleada consumada.
El triunfo de la Celeste servir¨¢ para despertar el entusiasmo de un p¨²blico que apenas lleg¨® a las 30 mil personas, dejando muchos claros en el estadio que deber¨ªa albergar la inauguraci¨®n de la Copa del Mundo del 2030, si Sudam¨¦rica gana la postulaci¨®n del centenario. Aunque llevar el modelo del v¨¦rtigo a Quito en la pr¨®xima fecha clasificatoria sea una tarea de marca mayor.
Chile piensa ahora en Colombia sin margen para otra derrota, porque ya la confianza es muy baja y la idea t¨¦cnica exageradamente difusa. Desde Montevideo parti¨® un grupo herido, que advierte lo muy lejos que ha quedado la idea que el mismo Bielsa impregn¨® hace ya quince a?os y que hoy es s¨®lo el amargo recuerdo de un brillo que desapareci¨®. Y no hay nada que parezca remediarlo.
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