Alex Mu?oz, ambientalista: ¡°Todos los gobiernos de Chile han sido cooptados por la salmonicultura¡±
Tras siete a?os creando ¨¢reas marinas protegidas en Latinoam¨¦rica, el director del programa Pristine Seas de National Geographic deja su cargo. En enero ingresa a la Universidad de Yale tras obtener la Mccluskey Fellowship, la principal beca de medioambiente de esa casa de estudios
Cuando era ni?o, Alex Mu?oz (49 a?os, Santiago) sol¨ªa pasar los veranos con su familia en el balneario de Conc¨®n, en la Regi¨®n de Valpara¨ªso, en Chile. En esas vacaciones, mientras disfrutaba de la arena y la playa, su mirada siempre se desviaba hacia la enorme chimenea de la fundici¨®n Ventanas de la cupr¨ªfera estatal Codelco, ubicada a pocos kil¨®metros, cuyo humo negro oscurec¨ªa el brillante panorama de su infancia. Nunca pens¨® que a?os m¨¢s tarde terminar¨ªa trabajando para cerrar esa planta, lo que se concret¨® el 31 de mayo pasado, cuando las calderas de la refiner¨ªa dejaron de funcionar.
El abogado de la Universidad de Chile y Master en Derecho Internacional de la George Washington University, fue durante ocho a?os director de Oceana, la ONG internacional dedicada a proteger los oc¨¦anos del mundo. Desde ah¨ª, lider¨® las campa?as para terminar con las que denomin¨® ¡°zonas de sacrificio¡± de Chile, aquellos lugares donde la concentraci¨®n de actividades productivas contaminantes terminaron por da?ar el medioambiente terrestre y marino y la calidad de vida de sus habitantes. ¡°Antes no se usaba esa terminolog¨ªa. Yo la adopt¨¦ justamente para ayudar a las personas que viv¨ªan en esas localidades. Las zonas de sacrificio son las formas en que Chile barri¨® la basura del crecimiento bajo la alfombra para que nadie lo viera¡±, dice a EL PA?S desde su iluminado departamento ubicado en un d¨¦cimo piso, en una zona residencial de la comuna de Las Condes, en Santiago.
Hace siete a?os, Mu?oz dej¨® Oceana para dedicarse a un nuevo desaf¨ªo: fue reclutado como director del programa Pristine Seas de National Geographic para Am¨¦rica Latina. Desde esa posici¨®n, ha liderado la creaci¨®n de numerosos parques marinos en toda la regi¨®n. En Chile fueron cuatro (Isla Sala y G¨®mez, Nazca Desventuradas, el archipi¨¦lago Juan Fern¨¢ndez e Islas Diego Ram¨ªrez y Paso Drake), en Argentina dos (Yaganes y Namuncur¨¢-Banco Burdwood II) y en M¨¦xico el parque Revillagigedo. Eso, adem¨¢s de la protecci¨®n del 30% del mar de Colombia, una promesa que el expresidente de ese pa¨ªs Iv¨¢n Duque concret¨® el a?o pasado con la ayuda de National Geographic. Y esta semana, Dominica, ubicada en el mar Caribe, que cre¨® la primera reserva mundial de cachalotes.
Es un trabajo en el que Alex ha tenido que ser interlocutor entre los cient¨ªficos, las comunidades costeras y los gobiernos para avanzar en la concreci¨®n estas reservas. Una tarea para la cual es importante, resalta, ¡°generar una narrativa com¨²n¡±. ¡°Muchas veces nos encontramos con sectores enfrentados. Y es ah¨ª donde entramos nosotros para darle visibilidad y relevancia a los distintos actores¡±, explica. El ambientalista se?ala que en ese trabajo ha habido ¡°un entendimiento desde el sector pesquero industrial de que sobre explotar el mar, a la larga, es un mal negocio¡±. Menciona la pesca del jurel, por ejemplo, una especie que estaba totalmente colapsada y que est¨¢ empezando a recuperarse, en parte, gracias a los nuevos parques marinos.
Pero ese trabajo tendr¨¢ punto final el 31 de diciembre. La Universidad de Yale, que en 2019 ya le hab¨ªa entregado el World Fellow ¨Cun programa de liderazgo por el cual estuvo un semestre en Connecticut, Estados Unidos¨C acaba de otorgarle la Mccluskey Fellowship, la principal beca medioambiental de esa casa de estudios. A partir del 3 de enero partir¨¢ a Estados Unidos a dedicarse 100% a este nuevo desaf¨ªo.
¡°Me propuse resolver la pregunta de c¨®mo acelerar la creaci¨®n de ¨¢reas protegidas en el mundo¡±, dice. Y agrega: ¡°Si bien hemos avanzado como nunca en la creaci¨®n de ¨¢reas protegidas, estamos llegando tarde y estamos yendo muy lento si queremos llegar a proteger el 30% del planeta de aqu¨ª al a?o 2030, como lo acordaron 196 pa¨ªses en Canad¨¢ el a?o pasado. Tenemos que combinar elementos pol¨ªticos, financieros y tambi¨¦n propios de la conducta de las personas para poder embarcarlas en esta tremenda tarea. Y eso es algo que quiero investigar¡±, dice sobre sus pr¨®ximos pasos.
Sobre lo que vendr¨¢ despu¨¦s de ese a?o de academia, confiesa que a¨²n no lo tiene claro. ¡°Una posibilidad es volver a National Geographic, pero tambi¨¦n est¨¢ la opci¨®n de generar un proyecto propio para la conservaci¨®n, no lo descarto¡±, dice mientras se acomoda en uno de los sillones de su departamento.
En sus siete a?os en Nat Geo ¨Ccomo tambi¨¦n se conoce a la organizaci¨®n global¨C adem¨¢s de empujar la creaci¨®n de parques marinos, Alex se involucr¨® en al menos 12 documentales. Lejos, el que m¨¢s lo conmovi¨® fue Canoeros: memoria viva, que hicieron junto a la comunidad Kaw¨¦sqar en los fiordos de la regi¨®n de Magallanes, en el extremo sur de Chile. ¡°En el caso de los Kaw¨¦sqar (pueblo originario de la zona austral de Chile y Argentina) fue fascinante conocer m¨¢s de su cultura y poder trasladar eso a la historia de un pueblo originario que sufri¨® mucho, desde intentos de exterminio, secuestros para llevarlos a zool¨®gicos humanos, matanzas, y ahora muy oprimidos por la industria salmonera¡±, asevera Mu?oz.
Desde su estreno en 2022, el ambientalista no ha dejado de denunciar los da?os que provoca la salmonicultura en esa zona de Chile. Por lo mismo, su gran batalla es que el Gobierno de Chile ampl¨ªe la protecci¨®n ambiental del Parque Nacional Kaw¨¦sqar, creado en enero de 2019 y que actualmente protege poco m¨¢s de 26 mil hect¨¢reas de tierra, a su territorio marino. Hoy, esas aguas son consideradas reserva nacional y no parque nacional, lo que permite la actividad productiva. Alrededor de 67 salmoneras operan en ese lugar.
Mu?oz no esconde su desilusi¨®n con el actual gobierno de izquierdas de Gabriel Boric, a quien apoy¨® incluso como parte de su campa?a. ¡°Chile ocup¨® un lugar de liderazgo absoluto en conservaci¨®n marina. Lamentablemente, eso se interrumpi¨® con el segundo gobierno del presidente Pi?era y no se ha retomado con el gobierno del presidente Boric¡±, dice.
Su visi¨®n es que la actual Administraci¨®n ha ca¨ªdo ¡°en cierta superficialidad¡±. ¡°?l mismo (Boric) prometi¨® que iba a ser el primer gobierno ecol¨®gico de la historia de Chile y eso todav¨ªa est¨¢ pendiente¡±, advierte. Aunque reconoce como hitos la creaci¨®n del Servicio de Biodiversidad y ?reas Protegidas y la firma del Acuerdo de Escaz¨², plantea que le gustar¨ªa ¡°ver al presidente Boric identificando un gran proyecto de conservaci¨®n¡±. Y ese gran proyecto, dice, podr¨ªa ser ¡°despejar un ¨¢rea de la Patagonia de la industria salmonera¡±.
Cuenta en que hasta ahora para National Geographic y el mismo pueblo Kaw¨¦sqar ha sido ha sido muy dif¨ªcil comunicarse con el presidente para poder plantearle estas ideas. Y que tampoco han tenido suerte con la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas. ¡°Hemos ofrecido toda nuestra colaboraci¨®n desde el ¨¢mbito cient¨ªfico, al ¨¢mbito cultural que aporta la comunidad de Kaw¨¦sqar, pero lamentablemente la ministra Rojas no ha recibido las comunidades, a pesar de lo han solicitado en tres ocasiones¡±, dice con desaz¨®n. S¨ª ha recibido, agrega, a ejecutivos de la industria de los salmones.
El ambientalista entiende que las tensiones entre medio ambiente y crecimiento econ¨®mico son complejas de manejar para un Gobierno, pero considera que un parque marino puede ser tambi¨¦n una fuente de trabajo y traer beneficios econ¨®micos. ¡°Yo entiendo que un pa¨ªs tenga distintas necesidades y urgencias y me parece que es prioritario sacar a la gente de la pobreza. Todos los ambientalistas tenemos que ser sensibles a esa realidad. Pero los parques marinos son tambi¨¦n beneficiosos para la econom¨ªa, las pesquer¨ªas se recuperan, se vuelven m¨¢s abundantes y aumenta la pesca alrededor de los l¨ªmites de un parque¡±, explica.
Argumenta, adem¨¢s, que varias de las salmoneras que operan en Magallanes han traspasado los l¨ªmites de producci¨®n, como es el caso de Australis, que actualmente est¨¢ en un litigio entre sus actuales y antiguos due?os. Y que hay otras que est¨¢n al borde de la quiebra y han pedido su reorganizaci¨®n. ¡°Mi punto es que este milagro econ¨®mico es bien dudoso y se debe a la ineficiencia del Estado para poder regular adecuadamente una actividad muy contaminante¡±, sostiene. Y agrega: ¡°Est¨¢n contratando cada vez menos personas porque han ido automatizando sus labores¡±.
El mundo ambiental viene desde hace a?os denunciando los da?os ambientales en el suelo marino, en la acidez de los mares y la baja de oxigenaci¨®n del agua que produce la industria salmonera. La poca respuesta de los gobiernos frente a esta actividad, sostiene Mu?oz, se debe a que ¡°todos los gobiernos de Chile han sido cooptados por la salmonicultura¡±. Y agrega: ¡°La legislaci¨®n chilena nunca ha sido capaz de asegurar que la salmonicultura se realice en condiciones m¨ªnimas del respeto al entorno. Y la industria ha sido tremendamente agresiva al exigir a todos los gobiernos un apoyo irrestricto¡±, acusa enf¨¢tico. Es, a su juicio, ¡°una captura del Estado¡± que ha tra¨ªdo conductas indebidas, como ¡°puertas giratorias¡±, entre exautoridades de la pesca que luego se transforman en ejecutivos de la industria del salm¨®n.
Mu?oz habla de manera apasionada. Su veta activista sale a flor de piel cuando se encuentra con situaciones que considera abusivas. Es una caracter¨ªstica que lo ha acompa?ado toda su vida, desde que como estudiante de derecho en 1999 lider¨® la ofensiva en Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos por la censura de la pel¨ªcula La ?ltima Tentaci¨®n de Cristo; o como cuando como abogado de derechos humanos trabaj¨® en un consultorio en la popular poblaci¨®n La Pincoya en Santiago, como defensor de mujeres v¨ªctimas de violencia intrafamiliar; o como cuando luch¨® contra las termoel¨¦ctricas ubicadas en Ventanas, al lado de la fundici¨®n de Codelco.
Es un sello que no pretende abandonar ahora en su vida como acad¨¦mico e investigador en la Universidad de Yale. ¡°Siempre me motiv¨® intervenir donde hay una justicia. Es una vocaci¨®n mucho m¨¢s social que ambiental¡±, dice para terminar la entrevista.
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