Boric y una p¨¦sima idea
Reflotar la iniciativa de condonar el CAE es un intento por recuperar algo de protagonismo, pues ser¨ªa el anuncio principal de su cuenta p¨²blica del 1 de junio
Aunque el Gobierno del presidente Gabriel Boric ha debido renunciar a casi todo su programa original obligado por el ba?o de realidad, todo indica que insistir¨¢ en una de sus promesas de campa?a m¨¢s insignes: condonar el Cr¨¦dito con Aval del Estado (CAE). Como muchas otras medidas del plan de Apruebo Dignidad, de esta apenas conoc¨ªamos el titular, sin que hubiera un mecanismo pensado, poco m¨¢s que un eslogan. Este desconocimiento no solo era para los observadores externos, sino tambi¨¦n para los propios miembros del Gobierno. Reflotar la iniciativa ¨Ccomo anunci¨® el ministro de Hacienda, Mario Marcel¨C es un intento por recuperar algo de protagonismo, pues ser¨ªa el anuncio principal de su cuenta p¨²blica del 1 de junio, decisi¨®n que no es descabellada, considerando que apunta a un componente principal de su electorado y base de apoyo: los j¨®venes universitarios.
?Qui¨¦n podr¨ªa juzgar a Boric por apurar el paso en esta materia? Lleva ya varias semanas traicionando a su grupo m¨¢s leal. El colmo de la deslealtad vino con la distancia que el mandatario tom¨® con el Perro Matapacos, aquel animal que simboliz¨® el esp¨ªritu del estallido social de octubre de 2019, junto con el denominado rescate de las Isapres (las aseguradoras privadas de salud que antes prometi¨® eliminar) a inicios de esta semana. Al electorado fiel, sobre todo en a?o de municipales, hay que cuidarlo, hacerle gui?os, mimarlo. Incluso si implica da?ar las ya alica¨ªdas arcas fiscales.
Ahora bien, la medida arroja luz sobre varios de los problemas que adolece la coalici¨®n gobernante. Ya hemos mencionado el primero: se trata de un nuevo intento por congraciarse con los propios, aun a costa de dejar de lado asuntos mucho m¨¢s prioritarios. Se ha dicho hasta la saciedad que conviene m¨¢s invertir en educaci¨®n parvularia y b¨¢sica; sobre todo cuando los recursos escasean y no se ve posible avanzar en una reforma tributaria (la cual, sobra decirlo, fracas¨® por la falta de votos de la propia coalici¨®n de Boric). El centro de estudios Horizontal simul¨® los escenarios de la condonaci¨®n, y no son favorables: ser¨ªa equivalente a 37 veces el presupuesto asignado al proyecto de sala cuna universal, que representa el 0,1% del PIB, incluido como una de las partidas de gasto necesarias del acuerdo fiscal propuesto por el Ministerio de Hacienda; asimismo, ser¨ªa 40 veces mayor que el presupuesto destinado al Plan de reactivaci¨®n educativa anunciado por la administraci¨®n actual, el cual ascendi¨® a 288 millones de d¨®lares para el a?o 2023.
El dif¨ªcil contexto econ¨®mico no puede ser menospreciado. Menos a¨²n en momentos en que la deuda de las empresas p¨²blicas y del Gobierno central alcanza sus m¨¢ximos niveles en cuatro d¨¦cadas, como mostr¨® un estudio de Libertad y Desarrollo. La magnitud de los desaf¨ªos que enfrenta el Estado de Chile ¨Csistema de salud, pensiones, mejorar las condiciones de seguridad, etc¨¦tera¨C hace que debamos elegir con mucho cuidado el uso que se dar¨¢ a los recursos. La condonaci¨®n de un cr¨¦dito no debiera estar entre ellas.
El socialista Oscar Landerretche aporta una tercera raz¨®n, m¨¢s de fondo. En una entrevista con Radio Infinita, el economista dec¨ªa: ¡°...a las personas que pagaron el CAE religiosamente, a esos que se jodan, ?no les vamos a devolver la plata? Entonces, la pregunta es ?le van hacer un perdonazo a la gente que no pag¨®, pero la que s¨ª pag¨®, ?que se jodan? Me parece inmoral¡±. Lo que subyace al enojo de Landerretche es la pregunta por el mensaje que se est¨¢ dando a nivel general. ?Es razonable condonar una deuda ¨Cque deber¨¢ ser asumida por el Estado¨C a quienes no han cumplido con ella? ?No refleja esto una visi¨®n de justicia distorsionada? ?Cu¨¢l es el precio a pagar por hacer promesas electorales? ?Se puede aprobar lo que sea aunque sea deficiente o injusto? Destruir el incentivo a pagar, a cumplir las obligaciones, no es inocuo, menos cuando nuestro pacto social es tan fr¨¢gil.
La idea refleja una pr¨¢ctica peligrosa para una pol¨ªtica que coquetea con la demagogia: avanzar en promesas que no se pueden cumplir o que, de cumplirlas, generar¨ªan da?os dif¨ªciles de reparar. Hay, adem¨¢s, algo particularmente vil en el mecanismo que ha seguido la Administraci¨®n Boric: lanzar el anzuelo cada seis meses para luego reconocer que no es posible hacerlo, o que la medida era descaminada. Se mira el corto plazo como ¨²nico horizonte, se logra una peque?a ganancia, un respiro, pero al poco andar se horrorizan y perturban por las consecuencias de lo hecho. Ya lo sufrieron con los retiros de fondos previsionales y los indultos a delincuentes del estallido social. En vez de volteretas o arrepentimientos tard¨ªos, har¨ªan bien en dejar atr¨¢s, sin tanto remordimiento, una p¨¦sima idea.
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