Tres naves para volver a la Luna
La NASA adjudica los contratos de dise?o y construcci¨®n de los m¨®dulos para regresar al sat¨¦lite
La NASA acaba de adjudicar el dise?o y construcci¨®n de la pr¨®xima nave que aterrizar¨¢ en la Luna, el equivalente al venerable m¨®dulo lunar Apolo, medio siglo despu¨¦s. No uno sino tres consorcios, con otros tantos modelos completamente distintos, han sido los elegidos. El objetivo es poner un humano ¨C la primera mujer- en nuestro sat¨¦lite hacia el 2024.
El primer proyecto seleccionado es de Blue Origin, fundada hace 20 a?os por Jeff Bezos, hoy, el hombre m¨¢s rico del mundo. Blue Origin lleva mucho tiempo trabajando en el dise?o de c¨¢psulas tripuladas y cohetes reutilizables. Y en 2017 present¨® un veh¨ªculo capaz de depositar en la Luna cargas de casi cinco toneladas que, por ahora, no ha pasado de la etapa de prototipo.
Lo m¨¢s significativo de esta candidatura es que Blue Origin se asoci¨® el a?o pasado con tres empresas m¨ªticas del campo aeroespacial: Lockheed Martin, Northrop Grumman y Draper Labs. Aparte de su implicaci¨®n en docenas de programas espaciales, Lockheed es el principal contratista de la c¨¢psula Orion, dise?ada para llevar hasta seis tripulantes de regreso a la Luna. Grumman dise?¨® el m¨®dulo lunar Apolo. Y Draper Labs ¨Centonces Instrumentation Labs, del MIT- fue quien puso a punto el hardware y ¨Cm¨¢s importante- el software del programa lunar.
El proyecto que presenta ahora Blue Origin ¨Cque, sin duda, evolucionar¨¢ a medida que pasen los meses- recuerda levemente a los m¨®dulos lunares que llevaron a 12 astronautas hasta la Luna, si bien a escala mucho mayor y con capacidad para m¨¢s largas estancias.
La segunda opci¨®n est¨¢ encabezada por Dynetics, asociada con una treintena de subcontratistas. Aunque menos conocida, esta empresa ha desarrollado numerosos programas espaciales, en muchos casos de ¨ªndole militar.
En este caso, la novedad reside en que la nave de alunizaje utilizar¨¢ los mismos motores para aterrizar y volver a elevarse. En la Luna pr¨¢cticamente no dejar¨¢ nada (los Apollo abandonaban toda su secci¨®n inferior y el tren de aterrizaje). Los conceptos art¨ªsticos que se han hecho p¨²blicos sugieren que se trata de un veh¨ªculo relativamente peque?o y ¨Cuna ventaja importante- con la portezuela de acceso a muy poca altura sobre el suelo. El modelo de Blue Origin, en cambio, la sit¨²a a casi diez metros, lo que exige largas escaleras o incluso mecanismos auxiliares para izar la carga.
El tercero es Space X, la empresa de Elon Musk que ha hecho historia con su concepto de cohetes reutilizables. Space X lleva a?os proporcionando servicios comerciales de lanzamiento de sat¨¦lites. Recuperar los lanzadores implica una importante reducci¨®n de costes (alg¨²n Falcon ha volado ya cuatro veces para otros tantos clientes). Ha enviado ya varias c¨¢psulas de carga a ensamblar con la Estaci¨®n Espacial Internacional y este mes tiene previsto lanzar la primera con tripulaci¨®n.
El proyecto lunar de Musk roza la ciencia ficci¨®n. La suya es una nave dise?ada en el m¨¢s puro estilo de los cohetes de c¨®mic de los a?os cincuenta: esbelto, sin dep¨®sitos ni ap¨¦ndices que estropeen su l¨ªnea aerodin¨¢mica (pese a que en la Luna no existe aire) y construido en una elegante aleaci¨®n de acero inoxidable que parece un espejo. El cohete, con capacidad para repostar en ¨®rbita, utilizar¨¢ una planta de motores Raptor, sobradamente probados en tierra. Los Falcon 9 utilizados rutinariamente encienden a la vez nueve de esos propulsores; el Falcon Heavy, que ha volado s¨®lo una vez, despega con 27 impulsores encendidos a la vez.
Pese a su apariencia fant¨¢stica, el Starship ¨Cque ese es su nombre- ya ha pasado por algunas pruebas. Un modelo a escala provisto de un solo motor hizo algunos vuelos cortos ¨Cdespegue y aterrizaje-en la base de pruebas que Space X ha construido en Texas. Y hace solo una semana, el segmento principal del fuselaje pas¨® con ¨¦xito su cr¨ªtica prueba de presurizaci¨®n.
La exploraci¨®n espacial parece haber abandonado su car¨¢cter de aventura rom¨¢ntica para convertirse en proyectos industriales de gran alcance
?Veremos en los pr¨®ximos a?os una competencia entre los tres proyectos para ser los primeros en regresar a la Luna? La exploraci¨®n espacial parece haber abandonado su car¨¢cter de aventura rom¨¢ntica para convertirse en proyectos industriales de gran alcance, en los que la rentabilidad puede ser el factor m¨¢s importante. Lanzar tres dise?os a la vez puede tener sentido en cuanto a que esa redundancia asegura que a medio plazo uno u otro (y probablemente los tres) tendr¨¢n ¨¦xito.
Pero tambi¨¦n puede llevar a una dispersi¨®n de esfuerzos que recuerda mucho a la pol¨ªtica de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en su programa lunar en los a?os 60, cuando las oficinas de dise?o de Sergei Korolev y Valent¨ªn Gluskho compet¨ªan por conseguir m¨¢s y m¨¢s financiaci¨®n estatal con la que impulsar sus propios programas. Muchos analistas opinan que fue esa pugna la que en gran medida determin¨® el abandono del proyecto lunar sovi¨¦tico.
Puede seguir a MATERIA en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.