¡°No sabemos lo que ocurre en las residencias de ancianos¡±
El Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa, dirigido por Marina Poll¨¢n, calcula que el coronavirus mat¨® al 1% de los infectados en Espa?a en la primera ola
El mundo estuvo a ciegas durante la primera ola de la pandemia, sin saber hasta qu¨¦ punto era mort¨ªfero el nuevo coronavirus que, de manera imparable, infectaba a millones de personas. El Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa, en Madrid, ha puesto por fin cifras exactas a la tragedia: fuera de las residencias de ancianos, el virus mat¨® a alrededor del 1% de los infectados en Espa?a, alcanzando una espeluznante letalidad por encima del 12% en los hombres mayores de 80 a?os, m¨¢s del doble que en las mujeres. La epidemi¨®loga Marina Poll¨¢n cogi¨® el a?o pasado las riendas de esta instituci¨®n cient¨ªfica, maltratada durante la anterior crisis econ¨®mica. En 2008, en el Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa trabajaba un centenar de personas. Cuando irrumpi¨® el coronavirus este enero, solo eran 64. ¡°La crisis fue terrible. Y eso se ha notado mucho cuando ha llegado la pandemia¡±, lamenta Poll¨¢n, nacida en 1960 en el pueblo leon¨¦s de La Ba?eza, donde su abuelo ten¨ªa una f¨¢brica de chocolate.
Pregunta. ?Qu¨¦ le dir¨ªa a alguien que vea la cifra de letalidad del 0,8% y piense que tampoco es para tanto? Incluso hay cient¨ªficos respetados ¡ªcomo el epidemi¨®logo John Ioannidis, de la Universidad de Stanford (EE UU)¡ª que defienden que las cifras de letalidad no son suficientes para justificar medidas como los confinamientos.
Respuesta. Para tomar medidas hay que tener en cuenta muchos factores. Que un 1% de la poblaci¨®n infectada se muera no es poco. En la primera onda epid¨¦mica este virus infect¨® a unos 2,3 millones de espa?oles. Un 1% de muertes no son pocas. Y, desde luego, desde el punto de vista de la salud p¨²blica lo ideal para cortar la transmisi¨®n es hacer confinamientos. Tienen repercusiones econ¨®micas y a la hora de tomar medidas hay que tener en cuenta las dos cosas. Adem¨¢s, aunque el 1% parezca peque?o, hay que tener en cuenta que en los mayores de 80 a?os, sobre todo en los hombres, la letalidad alcanza entre el 12% y el 16%. Esas cifras son muy importantes. Y en Espa?a la mayor parte de las personas mayores viven con su familia, o viven solos pero reciben las visitas de sus familiares o cuidadores. Las estrategias de aislar solamente a los mayores en este pa¨ªs son muy dif¨ªciles.
P. Ustedes se han dejado fuera las m¨¢s de 300.000 personas mayores que viven en residencias en Espa?a, donde murieron m¨¢s de 19.000 infectadas por el coronavirus, seg¨²n calculan en su estudio. Si se incluyeran, la letalidad en los mayores de 80 a?os ser¨ªa todav¨ªa mayor.
R. Las residencias han sido unos lugares particularmente terribles en Espa?a ¡ªcomo en el Reino Unido, Canad¨¢ o EE UU¡ª porque ha habido grandes brotes, muchos muertos y, en ocasiones, hasta dificultades de acceso a los hospitales. La mortalidad en las residencias no tiene nada que ver, es mucho mayor, si hacemos c¨¢lculos con el n¨²mero de muertes en residencias que hemos podido extraer de distintas fuentes, incluido EL PA?S. Esa es una asignatura pendiente en Espa?a: no tenemos buena informaci¨®n de lo que ocurre en las residencias ni tenemos el n¨²mero exacto de gente que vive en las residencias. Hemos hecho una estimaci¨®n, pero no lo sabemos.
¡°En los mayores de 80 a?os, sobre todo en los hombres, la letalidad alcanza entre el 12% y el 16%¡±
P. ?No hay informaci¨®n centralizada de las residencias de ancianos en Espa?a?
R. No, hemos consultado a las comunidades aut¨®nomas y algunas ten¨ªan m¨¢s informaci¨®n que otras. Hay algunos informes, pero sobre todo de plazas de residencias, m¨¢s que de ocupaci¨®n real. La gran limitaci¨®n de nuestro estudio es que no estudia esos colectivos, donde todo el mundo sabe que la letalidad ha sido mucho mayor.
P. Al excluir casi la mitad de las muertes, que ocurren en residencias, se dulcifica la imagen.
R. Estamos ofreciendo una imagen real de lo que ha ocurrido con la gente que vive en hogares, que es lo que podemos hacer. La situaci¨®n de las residencias ha sido dram¨¢tica. No podemos hacer una media, porque no sabemos la tasa de infecci¨®n en las residencias. No se trata de dulcificar, lo que queremos es saber a cu¨¢ntas personas mata este virus entre los infectados, ya que es la primera vez que nos exponemos a ¨¦l. Y, en las personas que no est¨¢n recluidas en un sitio que puede ser susceptible de grandes brotes, hemos visto esta letalidad.
P. Alguien podr¨ªa pensar que, si se muere una persona en Espa?a, ese dato se mete en un programa inform¨¢tico y toda la informaci¨®n centralizada llega en tiempo real a la directora del Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa, al ministro de Sanidad y al presidente del Gobierno en una aplicaci¨®n en su m¨®vil, pero la realidad no se parece en nada a esto.
R. No se parece en nada a eso, no.
¡°A m¨ª a veces me piden datos determinados y digo: Yo tambi¨¦n los quiero¡±
P. En lo peor de la pandemia, en algunos hospitales se hablaba de enfermeras yendo habitaci¨®n por habitaci¨®n y apuntando con palotes en un papel.
R. Hay comunidades aut¨®nomas que est¨¢n bastante bien informatizadas y pueden tener esta informaci¨®n relativamente r¨¢pido, como Navarra y la Comunidad Valenciana. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, es complicado, porque la historia cl¨ªnica electr¨®nica no es ¨²nica para todos los hospitales. Tienen distintos sistemas de informaci¨®n.
P. Ni siquiera los hospitales de Madrid comparten un mismo sistema inform¨¢tico.
R. Varios hospitales de Madrid pueden compartir un mismo sistema, pero no hay una ¨²nica historia cl¨ªnica electr¨®nica. Se desarrollaron varias. Una cosa buena que ha tenido la pandemia es que ha puesto de manifiesto la necesidad de mejorar los sistemas de informaci¨®n. A m¨ª a veces me piden datos determinados y digo: ¡°Yo tambi¨¦n los quiero¡±. Pero para tener esos datos hay que invertir en sistemas de informaci¨®n.
P. ?Tener la sanidad descentralizada en 17 comunidades aut¨®nomas ha entorpecido la gesti¨®n de la pandemia?
R. Esta es una pregunta pol¨ªtica. Yo creo que habr¨ªa sido m¨¢s sencillo si en vez de tener 17 sistemas de informaci¨®n hubi¨¦ramos tenido uno, pero supongo que hay determinados aspectos de la pandemia, como el tema de los rastreadores y la organizaci¨®n de la atenci¨®n cl¨ªnica, que se hacen con mayor eficiencia de manera descentralizada. Al final cada una de las comunidades hac¨ªa lo que le parec¨ªa mejor, no solo en sanidad, en todo, pero cuando viene un problema de estos nos damos cuenta de que es mejor afrontarlo juntos y consensuar criterios comunes.
¡°Habr¨ªa sido m¨¢s sencillo si en vez de tener 17 sistemas de informaci¨®n hubi¨¦ramos tenido uno¡±
P. ?Han tenido en cuenta solo los muertos directamente por covid o todas las personas muertas que estuvieran infectadas con coronavirus?
R. Esa es una buena pregunta. En el certificado de defunci¨®n el m¨¦dico dice cu¨¢l es la causa b¨¢sica de la muerte y cu¨¢les son las causas contribuyentes. Eso hay que codificarlo y tarda un tiempo. En este momento no tenemos los certificados de defunci¨®n, no podr¨ªamos hacer ese estudio. Ni nosotros ni nadie. Todas las estimaciones que se han hecho son similares a las nuestras, con muertes en pacientes infectados y sin poder tener en cuenta la causa b¨¢sica de defunci¨®n. A d¨ªa de hoy, mientras no tengamos los certificados de defunci¨®n, solo podemos hablar de muertes entre los infectados, asumiendo que son muertes por covid. Pensamos que el coronavirus acelera otros procesos en las personas que ya ten¨ªan otras enfermedades. Tener una comorbilidad es tener m¨¢s papeletas para morirte.
P. El propio Ministerio de Ciencia afirma que el presupuesto del Instituto de Salud Carlos III ¡ªal que pertenece el Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa¡ª sufri¨® un recorte de m¨¢s del 25% en la d¨¦cada anterior al ¨²ltimo presupuesto aprobado, en 2018. El instituto perdi¨® en ese tiempo m¨¢s de 300 investigadores y t¨¦cnicos, el 27% de su plantilla. ?C¨®mo han afectado estos recortes a la gesti¨®n de la pandemia?
R. Desconozco los macrodatos del Instituto de Salud Carlos III, pero s¨ª es verdad que aqu¨ª, en el Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa, perdimos bastantes investigadores: gente que se jubil¨® y no pudimos reponer. La crisis fue terrible. Y especialmente en el departamento de enfermedades transmisibles. Y eso se ha notado mucho cuando ha llegado la pandemia. Espero que ahora nos refuercen, porque el ministro Pedro Duque ha prometido fortalecer el Instituto de Salud Carlos III.
P. En el Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa trabajan en la actualidad 77 personas [13 m¨¢s que en enero, pero todav¨ªa 23 menos que en 2008]. ?Esto es mucho o poco?
R. Para un Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa, poco.
P. ?Cu¨¢nta plantilla le gustar¨ªa tener?
R. En el ¨¢mbito de las enfermedades transmisibles, habr¨ªa que reforzar el departamento y todas las unidades existentes: gripe y virus respiratorios, vacunables, VIH, zoonosis, enfermedades infecciosas de transmisi¨®n alimentaria, enfermedades infecciosas transmitidas por vectores, enfermedades de transmisi¨®n sexual y enfermedades relacionadas con la asistencia sanitaria y la resistencia a los antibi¨®ticos. En el ¨¢mbito de las enfermedades cr¨®nicas, actualmente tenemos investigadores trabajando en c¨¢ncer, enfermedades cardiovasculares y enfermedades neurodegenerativas, as¨ª como un grupo dedicado a los determinantes sociales y conductuales. Deber¨ªamos tener personal investigando en enfermedades cr¨®nicas respiratorias, diabetes, envejecimiento y comorbilidad, as¨ª como reforzar la investigaci¨®n que tenemos en marcha sobre los principales factores de riesgo modificables: tabaco, dieta, ejercicio f¨ªsico. Adem¨¢s, y en colaboraci¨®n con otros centros del Instituto de Salud Carlos III, nos gustar¨ªa reforzar la parte de epidemiolog¨ªa ambiental, ya que los posibles efectos de la contaminaci¨®n son de gran importancia.
P. ?En su estudio sobre la letalidad de la covid hay alg¨²n dato que mueva al optimismo?
R. Lo que me mueve al optimismo es que, seguramente, si pudi¨¦ramos hacer este mismo estudio despu¨¦s de esta segunda ola, probablemente la letalidad ser¨¢ menor. Todav¨ªa no tenemos los datos, pero se ha aprendido mucho sobre c¨®mo tratar a los pacientes y c¨®mo salvar vidas.
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