Josep Maria Trigo, astr¨®nomo: ¡°Si se descubre que viene un cometa, da igual d¨®nde nos resguardemos¡±
Especialista en asteroides y cometas que amenazan a la humanidad, publica el libro ¡®La Tierra en peligro¡¯ en el que recoge el conocimiento actual de estos temores
El astr¨®nomo Josep Maria Trigo (Valencia, 52 a?os) es un apasionado de la defensa planetaria: la ciencia y la tecnolog¨ªa dedicada a evitar que una roca espacial nos deje como a los dinosaurios. Sobre todo, porque cree que no estamos preparados y que a la poblaci¨®n le falta informaci¨®n. Por eso, acaba de publicar La Tierra en peligro (Universitat de Barcelona Edicions), para alertar sobre los temores que ha ido aprendiendo como investigador del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) y el Institut d¡¯Estudis Espacials de Catalunya.
Pregunta. ?Est¨¢ la Tierra en peligro?
Respuesta. Estamos expuestos. Pero estamos muy acostumbrados a todo este conjunto de noticias sensacionalistas, que no aciertan ni una, porque realmente no se entiende en qu¨¦ consiste el peligro de impacto. Falla la prensa y fallan los cient¨ªficos a la hora de explicar el peligro de impacto y que esto se entienda por el p¨²blico en general. Cuando se acerca un asteroide, muchas veces aparece la t¨ªpica noticia de que va a haber un impacto, pero no es as¨ª. Sin embargo, peque?os asteroides del tama?o del de Cheliabinsk [que explot¨® en Rusia el 15 de febrero de 2013] est¨¢n ah¨ª y puede haber uno as¨ª ma?ana. La mayor¨ªa de estos objetos de pocas decenas de metros, hasta incluso 100 metros, todav¨ªa no los conocemos. Nuestro conocimiento actual dice que grandes impactos a la escala de siglos seguramente no tendr¨¢n lugar, pero estamos detectando mayor flujo de impactos de objetos de pocas decenas de metros de lo que ser¨ªa de esperar. Estamos descubriendo que estos cuerpos fr¨¢giles que se despedazan y pasan cerca de la Tierra, en un encuentro muy, muy cercano, y si se fragmenta, las piezas pueden caer en el pozo gravitatorio de nuestro planeta y salir despedidas en ¨®rbitas muy diferentes. Pero los objetos vuelven a la Tierra al mismo tiempo. A corto y medio plazo, el peligro viene de este tipo de objetos. Eso explicar¨ªa, por ejemplo, que cuando lleg¨® el asteroide Duende [descubierto desde Granada], que pas¨® rozando los sat¨¦lites artificiales, ese mismo d¨ªa tuvo lugar Cheliabinsk. Y aunque las ¨®rbitas no coinciden en absoluto, somos muchos los que pensamos que hay una correlaci¨®n.
P. ?Y en qu¨¦ fallan los cient¨ªficos?
R. Los cient¨ªficos a veces no explicamos bien que son cuerpos peque?os que van cambiando sus ¨®rbitas. El principal error es hacer creer a la gente que conoces bien las ¨®rbitas de objetos, cuando en realidad vamos obteniendo ¨®rbitas con una precisi¨®n que no es muy alta. Y cuando vuelven a pasar, las corregimos. Un claro ejemplo es Apofis, un asteroide que ha estado en el candelero y que recientemente se descart¨® el impacto, gracias a las siguientes observaciones. Esto se le tiene que explicar al p¨²blico: cuando son asteroides pr¨®ximos a la Tierra, no hacemos un seguimiento continuo y hay un sesgo muy importante. Yo creo que la manera en que deber¨ªamos abordar esto frente al p¨²blico es: los cient¨ªficos han descubierto este asteroide que pasar¨¢ a tal distancia y se va a hacer un seguimiento de estos objetos, y las p¨¢ginas donde se puede encontrar m¨¢s informaci¨®n son estas. La gente debe saber que aquellos medios que auguran impactos son panfletos, no son medios de comunicaci¨®n serios.
P. ?Le preocupan m¨¢s los que nos pueden dar un susto, como el asteroide de Cheliabinsk?
R. En Cheliabinsk hubo m¨¢s de 1.500 heridos y se podr¨ªan haber evitado. Y si esto ocurre en una ciudad como Madrid o Barcelona o Nueva York, pues podr¨ªamos hablar de decenas o cientos de miles de heridos. El riesgo tambi¨¦n surge de nuestra ignorancia. Es decir, ves una enorme bola de fuego y te quedas all¨ª mir¨¢ndola. Hay que informar a la gente: no lo hagas o te va a suponer quemaduras graves. O cuando llegue a la onda de choque, si est¨¢s delante de un vidrio o de cualquier edificio que se te venga encima, obviamente tienes las de perder. Es una informaci¨®n que deber¨ªan de dar los medios, m¨¢s que el que se nos vaya a venir el cielo encima.
Si ves una enorme bola de fuego en el cielo, no te quedes all¨ª mir¨¢ndola o te va a suponer quemaduras graves
P. ?Cu¨¢l es el escenario que le preocupa m¨¢s?
R. A m¨ª particularmente me puso los pelos de punta el asteroide 2015 TB145. Un cometa extinto, oscuro, de 600 metros, sumamente r¨¢pido, descubierto con tres semanas de margen, y que pas¨® ligeramente m¨¢s lejos que la Luna. Y pienso que puede haber bastantes m¨¢s objetos de este tipo. J¨²piter, por su presencia, tiene un papel protector muy importante para la Tierra, respecto a los impactos quiz¨¢s m¨¢s peligrosos, que ser¨ªan los de los impactos de objetos muy exc¨¦ntricos y que llegan con much¨ªsima energ¨ªa. Me refiero principalmente a estos cometas, de periodo largo, con ¨®rbitas muy exc¨¦ntricas, que se vayan m¨¢s all¨¢ de la ¨®rbita de J¨²piter. Son cometas extintos que se acercan a la Tierra, con periodos que pueden ser de tres, cuatro o cinco a?os, y que realmente no los vemos porque son tremendamente oscuros. 2015 TB 145 era un monstruo en el l¨ªmite de lo que podr¨ªa ser una hecatombe o por lo menos una devastaci¨®n a escala regional. Estos son los que quiz¨¢s nos deber¨ªan preocupar m¨¢s, porque no los conocemos todos, son tan oscuros y exc¨¦ntricos que podr¨ªa haber alguno m¨¢s.
P. Con presupuesto ilimitado, ?c¨®mo organizar¨ªa la defensa planetaria?
R. Con una serie de telescopios en la ¨®rbita de la Tierra trabajando en el rango infrarrojo, donde ves m¨¢s que la luz reflejada, y ya no te molestan tanto las estrellas y otros objetos de fondo. Ser¨ªa ideal tener un conjunto de telescopios monitorizando el cielo para concretar ese seguimiento. La clave siempre es tener una predicci¨®n buena de cu¨¢ndo va a tener lugar el impacto. Conocer el movimiento, poder estudiar c¨®mo evolucionan, extender esa observaci¨®n durante meses: ah¨ª se ganar¨ªa much¨ªsima informaci¨®n de aquellos procesos que m¨¢s desconocemos. Y desde Tierra, pondr¨ªa m¨¢s radiotelescopios del tama?o del que se ha inaugurado en China. Y desde luego, claro est¨¢, con las misiones espaciales.
P. ?Misiones como DART, que va a chocar contra un asteroide?
R. Ese sistema binario que va a interceptar DART es un buen ejemplo del tipo de asteroides que nos llegan: D¨ªdymo tiene casi 780 metros y Dimorfo 160, por tanto, son de esas dimensiones que nos pueden preocupar. Estudiar de cerca esos dos objetos es un avance, porque dependiendo de las caracter¨ªsticas de cada cuerpo hay que ver qu¨¦ tipo de soluciones se dan. Hemos ido a asteroides como Ryugu y Bennu. Y esas misiones son claves para poder paliar el riesgo de impacto de un futuro. En el caso de Bennu, se ha demostrado que en la superficie ese cuerpo tiene una consistencia baj¨ªsima, m¨¢s fr¨¢gil que la arena h¨²meda que se seca cuando montas un castillo en la playa. Y estos son buenos ejemplos del reto cient¨ªfico tecnol¨®gico al que te enfrentas cuando quieres desviar un asteroide. Porque claro, superficialmente es muy fr¨¢gil, pero ?qu¨¦ hay dentro? Hay un bloque monol¨ªtico, ?de qu¨¦ dimensiones? Un material tan fino, poroso, que amortigua cualquier impacto, indica que quiz¨¢s esa no sea la mejor soluci¨®n. Tendr¨ªamos que plantear otro tipo de alternativas, pero que involucran un conocimiento con d¨¦cadas de antelaci¨®n de la ¨®rbita del cuerpo. Tienes que saber que de aqu¨ª a 50 a?os tienes el asteroide que te impactara y, por tanto, poder desarrollar esa misi¨®n con lo que comportar¨ªa, porque tendr¨ªa que ser una misi¨®n colectiva de todas las agencias espaciales al un¨ªsono. Estamos hablando, obviamente, de crear un monstruo que se pusiera al lado del asteroide o se posara en ¨¦l y lo fuera apartando de su trayectoria. Gracias a estas misiones que traen muestras de asteroides estamos aprendiendo muchos m¨¢s detalles sobre estas propiedades, que suponen un reto b¨¢rbaro, porque no son propiedades a las que estamos acostumbrados.
Los cometas extintos oscuros son los que nos deber¨ªan preocupar m¨¢s, porque no los conocemos todos
P. ?Cree que ante un cometa peligroso habr¨ªa unidad planetaria?
R. Yo pienso que funcionar¨ªa bien, estoy convencido. Hay claros ejemplos de que las agencias espaciales est¨¢n trabajando en colaboraci¨®n continua, y lo de Rusia lo ha demostrado. Un cometa ya a priori es muy improbable, podr¨ªa ser de mil millones de a?os. Pero de ocurrir, ante un reto de esa magnitud, est¨¢ claro que o lo hacemos en conjunto, de manera unitaria, o no lo hacemos. Porque es inviable plantearse que una sola agencia monte un proceso de paliaci¨®n del impacto de esas caracter¨ªsticas. Sea una nave con misiles o lo que se quiera realizar para enfrentarse a un monstruo as¨ª. Tiene que coordinarse entre las diferentes agencias, buscar alternativas, quiz¨¢s incluso montar dos o tres opciones en paralelo.
P. Necesitar¨ªa una preparaci¨®n de a?os.
R. Con un peque?o asteroide, no. Quiz¨¢s con una misi¨®n como DART, totalmente robotizada, va directa hacia su objetivo. Tener un robot de esas caracter¨ªsticas puede ser muy ¨²til para el futuro. Pero siendo realistas, tendr¨ªamos que conocer la ¨®rbita del asteroide con a?os de antelaci¨®n. Y tenemos grandes carencias antes de llegar ah¨ª: no tenemos programas de seguimiento desde el espacio que nos permitan mejorar el conocimiento de las ¨®rbitas. Nos faltan radiotelescopios para descubrir c¨®mo son realmente estos objetos. Tenemos que avanzar mucho. Hemos convencido a la ONU de implementar cada a?o el D¨ªa del Asteroide para cobrar conciencia de que es preciso permanecer alerta y ampliar nuestro conocimiento de estos objetivos.
P. Y si vemos una fulguraci¨®n en el aire, no pararnos a hacer un selfi.
R. Es importante que se debata a nivel social que esto es un peligro latente. Intento enfatizar que nos basamos en el registro hist¨®rico de la humanidad, pero es algo que est¨¢ enormemente sesgado, desconocemos muchos eventos de este tipo que hayan tenido lugar en el pasado. Porque nuestros antepasados, ante un evento de una disrupci¨®n tipo Tunguska, lo interpretaban de muchas otras maneras. Y seguro que cre¨ªan que Dios interven¨ªa.
El peligro de impacto tiene m¨²ltiples cabezas, como la hidra
P. ?Apariciones marianas que en realidad eran asteroides?
R. Incluso se ha propuesto que los eventos de Sodoma y Gomorra de las Escrituras en realidad era un estallido atmosf¨¦rico. Puede ser que muchos de estos eventos interpretados como fuego que viene del cielo, pudieran ser atribuidos a alg¨²n acontecimiento as¨ª. Recientemente, se descubri¨® que tambi¨¦n en el desierto de Chile hay materiales de lo que se supone que es un estallido. Y en el desierto de Libia se encontraron tambi¨¦n pruebas de un impacto, o un estallido atmosf¨¦rico, como ocurri¨® en Tunguska. En estos casos, cuando las bolas de fuego tocan el suelo, queda todo incinerado y los materiales fundidos: no dejan testimonios. Esto es otro ejemplo del sesgo que puede tener un evento as¨ª.
P. Es decir, que a lo mejor hemos calculado mal las probabilidades.
R. El peligro de impacto tiene m¨²ltiples cabezas, como la hidra. Una es el impacto directo con un asteroide tipo Chicxulub, un asteroide 12 kil¨®metros, asociado a la extinci¨®n de los dinosaurios. Otro puede ser un estilo Tunguska, que produce una onda de choque, desparrama los ¨¢rboles en 2.000 kil¨®metros cuadrados de taiga y luego los incinera cuando llega la bola de fuego. Y otros a medio camino entre ambos: objetos de cientos de metros que quiz¨¢s provoquen cr¨¢teres, porque son fr¨¢giles, pero que te incinera todo, provoca un cambio a una escala regional. Fuentes de peligro que quiz¨¢s menospreciamos.
P. ?Tiene pesadillas con asteroides?
R. No, soy bastante feliz en ese sentido. Disfruto mucho estudi¨¢ndolos, pero prefiero no pensar en esas cosas. Porque si se descubre que viene un cometa, que son aut¨¦nticas bombas qu¨ªmicas, da igual donde nos resguardemos. Nos enfrentar¨ªamos a un invierno global, de dimensiones y de extensi¨®n desconocida: semanas, meses, a?os. Y, por tanto, para qu¨¦ preocuparte. Esperemos que no ocurra en mucho tiempo, por lo menos en miles de a?os, para que ya dispongamos de peque?as colonias en la Luna o en Marte que garanticen la supervivencia de la especie. Es un peligro latente: si cayera un objeto de grandes dimensiones exterminar¨ªa por completo nuestra civilizaci¨®n.
Puedes escribirnos a javier@esmateria.com, seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte para recibir nuestro bolet¨ªn semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.