Cohete nuevo con tecnolog¨ªa a?eja, ?es el SLS el m¨¢s potente de la historia?
Todo sobre el poderoso artefacto que usar¨¢ la NASA para que la humanidad regrese a la Luna con el programa Artemis
Se empez¨® a dise?ar hace m¨¢s de una d¨¦cada y cada lanzamiento cuesta alrededor de 2.000 millones de euros. El Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, por sus siglas en ingl¨¦s) ser¨¢ el protagonista de esta primera fase del Programa Artemis, con el que Estados Unidos y Europa pretenden volver a mandar humanos a la Luna. Estos son algunos de los detalles m¨¢s destacados de este nuevo cohete que debe demostrar su capacidad a partir de ahora, impulsando la c¨¢psula Orion en la que viajar¨¢n los astronautas en un futuro.
?Es realmente el m¨¢s potente jam¨¢s construido?
Por un peque?o margen. Al despegue desarrolla un empuje algo superior al Saturn V de hace 50 a?os, pero el 75% corresponde a sus dos enormes aceleradores laterales, un concepto heredado del transbordador espacial.
?Por qu¨¦ ese color anaranjado?
Es un aislante t¨¦rmico para ayudar a que no hierva el combustible criog¨¦nico almacenado y evitar la condensaci¨®n y la formaci¨®n de hielo en su exterior. Est¨¢ hecho de l¨¢tex reforzado porque los p¨¢jaros carpinteros lo encontraban muy atractivo para hacer sus nidos. No se pinta de blanco para ahorrar el peso de la pintura: supondr¨ªa cerca de media tonelada.
?Cu¨¢ntos motores utiliza?
Cuatro, aprovechados del programa del transbordador. Ya entonces representaban una tecnolog¨ªa revolucionaria, puesto que consum¨ªan una mezcla muy energ¨¦tica de hidr¨®geno y ox¨ªgeno. La primera etapa del Saturn V empleaba cinco, m¨¢s convencionales, que quemaban keroseno. Eso s¨ª, aquellos monstruos desarrollaban mucha m¨¢s potencia: solo uno de los cinco equival¨ªa a tres RS-25 de los que monta el SLS.
?Se recupera el SLS?
No. Los RS-25 se desarrollaron para montarlos en el transbordador que s¨ª regresaba a la Tierra. De hecho, los cuatro que equipan al primer SLS han volado ya muchas veces. Uno de ellos, una docena, incluyendo la misi¨®n que llev¨® al espacio a Pedro Duque en 1998. Pero esta vez ser¨¢ distinto: La primera etapa del nuevo cohete caer¨¢ en el Atl¨¢ntico y toda ella ¡ªmotores incluidos¡ª se perder¨¢.
?Y los aceleradores laterales?
Los aceleradores se ensamblan apilando segmentos cil¨ªndricos. En este caso, un segmento m¨¢s que los que se utilizaban en el transbordador (de ah¨ª su gran potencia al despegue). Casi todos tambi¨¦n son reutilizados. Algunos sirvieron en seis o siete lanzamientos. En cada uno ca¨ªan al mar, suspendidos por sus propios paraca¨ªdas, y unas barcazas se encargaban de remolcarlos hasta tierra. All¨ª se limpiaban del efecto corrosivo del agua salada y pod¨ªan rellenarse y volverse a utilizar. En el SLS los aceleradores tambi¨¦n se pierden.
?Qu¨¦ carga puede enviar a la Luna el SLS?
En su configuraci¨®n actual puede poner 27 toneladas en ¨®rbita translunar (el Saturn V, algo m¨¢s de 43). Claro que el lanzador del Apollo dispon¨ªa de tres etapas y en especial la segunda era la que hac¨ªa la mayor parte del trabajo. De momento, el SLS monta una segunda etapa denominada ICPS en la que la ¡°I¡± corresponde a ¡°Interim¡± o sea, ¡°provisional¡±. En realidad, el ICPS es una tercera etapa que equipa a cohetes m¨¢s peque?os, adaptada para ajustarse a los ocho metros de di¨¢metro del SLS. Se utilizar¨¢ por lo menos en los tres primeros vuelos, porque la definitiva a¨²n no est¨¢ desarrollada. Cuando entre en servicio, doblar¨¢ la capacidad de carga del SLS.
?Por qu¨¦ el SLS no se ha hecho recuperable?
Porque se empez¨® a dise?ar hace 12 a?os, cuando a¨²n faltaban tres para que Space X consiguiera recuperar su primer Falcon. Esa tecnolog¨ªa ni siquiera estaba en los planes inmediatos de la NASA. Por otro lado, aparte de las enormes dificultades t¨¦cnicas de la maniobra, el SLS ya va muy justo de combustible y la operaci¨®n de frenado y aterrizaje supone un gasto considerable.
?Cu¨¢nto cuesta un lanzamiento del SLS?
Alrededor de 2.000 millones de d¨®lares/euros. Casi el doble que un Saturn V (en moneda actualizada). M¨¢s un coste total de desarrollo que multiplica por once esa cifra. Los continuos retrasos y costes extras del programa han sido una fuente de bochorno para la NASA, que ha visto c¨®mo el proyecto estaba a punto de ser cancelado en m¨¢s de una ocasi¨®n. Si no ha sido as¨ª es porque la fabricaci¨®n de sus componentes est¨¢ repartida pr¨¢cticamente entre los cincuenta Estados, y los congresistas de Washington no quer¨ªan matar a la gallina de los huevos de oro. Est¨¢ por ver si la gallina sobrevive muchos a?os m¨¢s.
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