¡®La Mujer Rey¡¯: c¨®mo acertar en feminismo pero suspender en historia
La autora, arque¨®loga, explica que el filme demuestra que se puede hacer una pel¨ªcula sobre historia africana liderada por mujeres, pero critica la irresponsabilidad con la que trata el tema de la esclavitud
La Mujer Rey es una pel¨ªcula extraordinaria en muchos sentidos. Narra un episodio hist¨®rico del Reino de Dahomey (actual Ben¨ªn) en su lucha contra el Imperio de Oyo (Nigeria) a principios del siglo XIX. En concreto se centra en las Agojie, la primera unidad militar africana formada exclusivamente por mujeres, cuyas guerreras infund¨ªan terror y admiraci¨®n en igual medida por toda la regi¨®n. Descritas como ¡°amazonas¡± por los visitantes europeos por sus similitudes con el mito griego, las agojie inspiraron tambi¨¦n las Dora Milaje de la pel¨ªcula Black Panther, la unidad de guerreras de ¨¦lite que protege al rey en el imaginario Wakanda. En la realidad, la ¨²ltima batalla de las agojie fue en 1894 contra los colonizadores franceses.
Como arque¨®loga especializada en el ?frica occidental fui al cine a ver La Mujer Rey con mucha ilusi¨®n: la posibilidad de no solo imaginar, sino de ver representado directamente en pantalla un reino africano en toda su grandeza y complejidad, no como un ap¨¦ndice de la historia europea ni mediante clich¨¦s de ¡°tribus¡± pobres e impotentes, es algo inusual. Y en muchos aspectos, La Mujer Rey no defrauda: el cari?o puesto en la reconstrucci¨®n hist¨®rica de la vida diaria de las agojie, en el vestuario, objetos, y costumbres, es excepcional.
Hay peque?os errores en la reconstrucci¨®n que se podr¨ªan haber subsanado f¨¢cilmente consultando a alguno de los arque¨®logos que llevan excavando en Dahomey d¨¦cadas, pero son tolerables. En un mundo en que las ¨²nicas historias africanas que nos presenta Hollywood suelen ser sobre plantaciones con mano de obra esclavizada o versiones blanqueadas del Egipto fara¨®nico, una pel¨ªcula que presenta a un reino africano y a sus mujeres como poderosas l¨ªderes de su propia historia es una magn¨ªfica noticia.
Por esa misma raz¨®n, es muy frustrante la irresponsabilidad con la que la pel¨ªcula trata el tema de la esclavitud. En La Mujer Rey, Dahomey es presentado como un reino que, habi¨¦ndose visto forzado a vender personas a comerciantes europeos en el pasado, decide abanderar la lucha contra la trata. Mediante poderosos discursos en que la l¨ªder de las agojie Nanisca (Viola Davis) equipara el sometimiento al Imperio de Oyo con la trata atl¨¢ntica, el Rey Gezo (John Boyega) decide acabar con el tr¨¢fico de personas y centrarse en la producci¨®n agr¨ªcola.
En contraste, sus enemigos del Imperio de Oyo son presentados como esclavistas vocacionales, villanos violentos sin ning¨²n tipo de complejidad cuya maldad es derrotada en batalla por la virtud de Dahomey y las agojie.
La realidad fue muy distinta: Dahomey no solo no abander¨® el abolicionismo, sino que fue el principal esclavista de la regi¨®n, muy por encima del ¡®malvado¡¯ Imperio de Oyo. Del puerto de Ouidah (que en la pel¨ªcula aparece bajo control europeo-Oyo, pero que realmente estaba gestionado por Dahomey), salieron entre 1659 y 1863 casi un mill¨®n de africanos y africanas esclavizados, convirti¨¦ndolo en el segundo mayor suministrador de esclavos del comercio atl¨¢ntico, solo por detr¨¢s de Luanda, en la actual Angola.
Es cierto que durante el reinado de Gezo (1818-1859) aument¨® el cultivo y venta de aceite de palma, pero no por haber cesado la trata, sino porque la abolici¨®n de la esclavitud por parte del Reino Unido hab¨ªa hecho disminuir los ingresos y el aceite ayudaba a complementarlos. De hecho, la cantidad de personas vendidas en el puerto de Ouidah no solo no disminuy¨® tras la victoria de Dahomey sobre Oyo, sino que aument¨®.
Por su parte, las agojie, lejos de ser adalides de la lucha contra la esclavitud, participaban directamente en la captura y venta de personas y su llegada generaba pavor entre las poblaciones rurales. Entrevistas con los ¨²ltimos supervivientes de la trata atl¨¢ntica en EE UU recogidas en el libro Barracoon (2018) incluyen testimonios detallados de la brutalidad de las agojie y sus razias de esclavos.
De hecho, la actriz Lupita Nyongo (que inicialmente iba a hacer el papel de Nawi en la pel¨ªcula), dej¨® el proyecto tras entrevistar para un documental a descendientes de esclavas capturadas por las agojie. Nyongo, que inicialmente hab¨ªa imaginado a las agojie como las Dora Milaje de Wakanda, comprendi¨® r¨¢pidamente que la realidad era bastante m¨¢s compleja que la ficci¨®n.
La Mujer Rey es una pel¨ªcula de ficci¨®n basada en hechos reales y como tal se le pueden permitir licencias art¨ªsticas. Pero convertir a un reino que esclaviz¨® y vendi¨® a decenas de miles de personas en una vanguardia del abolicionismo no es admisible.
En particular, cuando era innecesario: se podr¨ªa haber hecho una pel¨ªcula que celebrara el poder, valent¨ªa y sororidad de las agojie y la complejidad cultural y art¨ªstica de Dahomey, sin esconder su papel en la trata, pero centr¨¢ndose en otros hilos narrativos. Por falta de material no es: las agojie lucharon contra los colonizadores franceses y otros muchos reinos vecinos, y las intrigas de la corte de Dahomey dar¨ªan para varias temporadas de Juego de tronos.
Entiendo que necesitemos modelos y h¨¦roes que nos sirvan de ejemplo e inspiraci¨®n en el mundo real, pero no puede ser a costa de simplificar, aplanar y edulcorar una historia que ha sido tradicionalmente maltratada y excluida como es la africana. La Mujer Rey rompe tab¨²es y demuestra que se puede hacer una pel¨ªcula sobre historia africana liderada por mujeres y que sea un ¨¦xito en taquilla. Espero que sea la primera de muchas y que en el futuro nos tomemos tambi¨¦n la historia africana con el respeto que merece.
Sirio Can¨®s Donay es arque¨®loga del CSIC en el Instituto de Ciencias del Patrimonio.
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