Centinelas en el fin del mundo: los ping¨¹inos son los primeros en sufrir la emergencia clim¨¢tica
Una expedici¨®n espa?ola a la Ant¨¢rtida estudia la personalidad individual de cada ave para determinar sus diferentes respuestas ante el calentamiento global
Isla Decepci¨®n, en la Ant¨¢rtida, al sur del continente americano, tiene entre sus habitantes a los animales m¨¢s expuestos a los desmanes humanos contra el medio ambiente. Una alteraci¨®n dr¨¢stica en las temperaturas del terru?o g¨¦lido supone que los miles de ping¨¹inos de las diferentes poblaciones deban adaptar su comportamiento ante la escasez de alimento. Por ejemplo, emigrar o arriesgarse m¨¢s ante otros depredadores.
A diario, un grupo internacional de cient¨ªficos y militares recorre esta isla volc¨¢nica con forma de herradura para conocer el impacto de estos cambios en la personalidad individual de cada ping¨¹ino. ¡°Las poblaciones de ping¨¹inos son como el canario en la mina en cuanto a sufrir las consecuencias del cambio clim¨¢tico¡±, advierte Carlos Barros, conservador de aves del Oceanogr¨¤fic de Valencia, desde la base del Ej¨¦rcito de Tierra Gabriel de Castilla, uno de los dos enclaves espa?oles en la zona. El cient¨ªfico participa en una expedici¨®n de dos meses en isla Decepci¨®n, dentro del proyecto Perpantar (Personalidad de Ping¨¹inos Ant¨¢rticos).
El contingente actual cuenta con 38 personas, de los cuales la mitad son cient¨ªficos de m¨²ltiples disciplinas. Para llegar a la otra base espa?ola, la Juan Carlos I, en la vecina isla Livingston, se embarcan a bordo del buque oceanogr¨¢fico Hesp¨¦rides. En la pen¨ªnsula ant¨¢rtica, los expedicionarios pueden estudiar en tiempo real c¨®mo los ping¨¹inos interact¨²an con su entorno a nivel individual gracias a un seguimiento con dispositivos digitales de rastreo. De las diferentes poblaciones del enclave, analizan en concreto la conducta de los ping¨¹inos barbijos, con su caracter¨ªstica franja negra en la cabeza.
Durante d¨ªas y kil¨®metros, en tierra o bajo el mar, estudian su geolocalizaci¨®n para conocer las din¨¢micas de migraci¨®n debido a la escasez de alimento en sus zonas habituales y su continuo desplazamiento hacia otros lugares con m¨¢s recursos. El objetivo del proyecto Perpantar es conocer la personalidad de cada individuo, para determinar su respuesta al cambio clim¨¢tico e intentar paliar sus efectos. El bi¨®logo Andr¨¦s Barbosa, gran experto en ping¨¹inos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), tambi¨¦n iba a participar en esta misi¨®n ant¨¢rtica, pero falleci¨® repentinamente el 30 de enero por un c¨¢ncer. Sus compa?eros destacan su trabajo pionero, iniciado en 1994, y le echan de menos como mentor y amigo.
Las poblaciones de ping¨¹inos son como el ¡®canario en la mina¡¯ en cuanto a sufrir las consecuencias del cambio clim¨¢ticoCarlos Barros, conservador de aves del Oceanogr¨¤fic de Valencia
¡°El cambio clim¨¢tico puede sonar grande, pero aqu¨ª lo vemos en directo¡±, explica Barros. El investigador apunta que los ping¨¹inos ¡°son centinelas de sus efectos¡±, al estar en primera l¨ªnea del da?o a la naturaleza. ¡°Los ping¨¹inos que habitan isla Decepci¨®n se alimentan principalmente de peque?os crust¨¢ceos¡±, el kril, muy sensible como invertebrado al aumento de temperaturas, ¡°por lo que cuando desaparecen afecta directamente a todo el equilibrio del ecosistema polar, en cu¨¢ntas cr¨ªas de ping¨¹ino nacer¨¢n o si la colonia se ver¨¢ obligada a emigrar a otras latitudes¡±, desarrolla el cient¨ªfico.
Tener descendencia supone un gasto energ¨¦tico brutal para los progenitores de todas las especies. En el caso de los ping¨¹inos barbijos, los padres se adaptan al clima m¨¢s ¨®ptimo que logren encontrar. A su vez, buscan el lugar que requiera un menor coste para encontrar alimentos, normalmente cercanos a donde construyan el nido donde depositar¨¢n los huevos con sus cr¨ªas. El pasado diciembre, entre el 22 y el 24, justo cuando comenz¨® la misi¨®n de Barros al inicio del verano austral aprovechando el deshielo, eclosionaron los miles de huevos de las parejas que hay en isla Decepci¨®n.
¡°En las colonias de ping¨¹inos, el grupo sirve de escudo para las cr¨ªas, y las zonas centrales suelen tener una ventaja obvia respecto a las perif¨¦ricas, al estar m¨¢s protegidas contra depredadores¡±, explica Barros. El cient¨ªfico detalla que son los m¨¢s j¨®venes los que suelen estar en los laterales: deben recorrer kil¨®metros en algunas ocasiones para conseguir alimento, ya que tienen que salir a buscarlo ¡°s¨ª o s¨ª¡±. Los depredadores los esperan con el colmillo afilado, como las ballenas, las focas y las orcas.
¡°Incluso he visto volar m¨¢s de seis metros a un ping¨¹ino, gracias a una ola, escapando de leones marinos¡±, narra con fascinaci¨®n Barros, antes de explicar c¨®mo los ping¨¹inos saben que si ellos mueren sus cr¨ªas tambi¨¦n lo har¨¢n, ya que ning¨²n otro se har¨¢ cargo de su descendencia.
La novedad de la estancia actual es la medici¨®n del comportamiento de estas aves marinas. M¨¢s all¨¢ de la complejidad de las interacciones sociales dentro de la colonia, destacan sus diferencias individuales. ¡°La personalidad de cada ping¨¹ino influye en sus posibilidades de sobrevivir a fen¨®menos de estr¨¦s clim¨¢tico, pero tambi¨¦n para lograr huir de depredadores. Qui¨¦n es m¨¢s osado a la hora de ir en busca de alimento para su progenie repercute en si su descendencia vive y esos genes perduran¡±, cuenta Barros. El especialista resume el ecosistema ant¨¢rtico como puro darwinismo: ¡°La evoluci¨®n selecciona al que mejor se adapta al medio natural¡±. La valent¨ªa, en el caso de los ping¨¹inos, obtiene recompensa.
En las islas del Pr¨ªncipe Eduardo (Sud¨¢frica) se encuentra el ambient¨®logo Luis Pertierra, de la Universidad de Pretoria. El investigador viene estudiando las afecciones a subpoblaciones distantes de ping¨¹inos, como los pap¨²a, y evaluando sus escenarios de futuro ante el inexorable cambio global.
El oc¨¦ano austral es una cuna para la vida, donde la biodiversidad se divide y expande, algo que debe ser protegido yaLuis Pertierra, ambient¨®logo de la Universidad de Pretoria
Este experto ec¨®logo, especializado en el cambio clim¨¢tico y las especies invasoras, ha colaborado anteriormente con los investigadores de Perpantar en numerosas campa?as en la Ant¨¢rtida. Considera ¡°el oc¨¦ano austral una cuna para la vida, donde la biodiversidad se divide y expande, algo que debe ser protegido ya¡± tal como escribe junto con otros investigadores en la revista cient¨ªfica Science.
Pertierra celebra como un aliado el ¡°pragmatismo actual¡± que aboga por la conservaci¨®n de los h¨¢bitats como un elemento tangible al que aferrarse por su propio beneficio, m¨¢s all¨¢ del ¡°amor a la naturaleza, quiz¨¢ un elemento demasiado grande¡±. ¡°No viene mal cierto utilitarismo, creo que es bueno¡±, expresa el cient¨ªfico, para fomentar la protecci¨®n de la biodiversidad. ¡°M¨¢s all¨¢ de lo est¨¦tico, la extinci¨®n de estas especies supondr¨¢ una perdida notable de servicios a la humanidad imposibles de recuperar, y saber lo que perdemos ayuda a actuar¡±, sentencia.
El investigador se centra en el estudio del pasado, para entender c¨®mo las especies precisan ¡°millones de a?os de evoluci¨®n para soportar variaciones clim¨¢ticas¡±, a fin de ser conscientes de la limitada resiliencia a la magnitud de los cambios que vivimos ahora en escasas d¨¦cadas.
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