La investigaci¨®n b¨¢sica en matem¨¢ticas: un motor esencial para Espa?a
Tenemos que ser capaces de ofrecer a los matem¨¢ticos que hacen investigaci¨®n b¨¢sica, ya sea en entidades p¨²blicas o privadas, condiciones muy competitivas
En la actualidad se est¨¢n produciendo a nivel global inmensos avances en m¨²ltiples frentes gracias a las matem¨¢ticas. Muchas universidades e instituciones de prestigio extranjeras est¨¢n creando centros o grupos de investigaci¨®n enfocados en ciencia de datos y fomentando la contrataci¨®n de investigadores en este campo. Dichas acciones pueden interpretarse como un aviso a navegantes de que Espa?a, como pa¨ªs, deber¨ªa moverse en esa direcci¨®n tambi¨¦n, y r¨¢pidamente si no queremos perder el tren. En este mundo globalizado y al ser la ciencia una labor global de todos, es en mi opini¨®n una buena idea aprender de las virtudes y prioridades investigadoras de otras potencias cient¨ªficas, como ellas pueden querer aprender de las nuestras, que son muchas tambi¨¦n.
Para ser puntero en un campo creo que es condici¨®n necesaria tener una base amplia de investigadores en ese ¨¢rea, y lo m¨¢s pronto posible para que se pueda crear una escuela propia. La construcci¨®n de nuevos centros de investigaci¨®n, la creaci¨®n de grupos de investigaci¨®n en los centros ya establecidos, o la contrataci¨®n y atracci¨®n de investigadores en matem¨¢ticas y en particular en ciencia de datos y matem¨¢tica aplicada, requiere recursos. Se requiere poder ofrecer a los matem¨¢ticos condiciones similares a las de las empresas privadas u otros organismos donde muchos matem¨¢ticos brillantes trabajan en proyectos y retos m¨¢s concretos, o en la resoluci¨®n de problemas que son de car¨¢cter m¨¢s urgente o inmediata necesidad para dichos organismos.
Los matem¨¢ticos tenemos una alt¨ªsima demanda. Las autoridades acad¨¦micas de las facultades de matem¨¢ticas espa?olas, sus decanos en particular, conocen muy bien esto y me consta que en muchos casos se ha transmitido a las autoridades universitarias en diferentes rectorados, e incluso m¨¢s all¨¢. Muchas personas dentro y fuera del ambiente investigador, son conscientes de la problem¨¢tica que existe en esta direcci¨®n y por ello la reflexi¨®n que hago con este art¨ªculo es solo una pincelada m¨¢s para ayudar a dar visibilidad a la situaci¨®n. Ojal¨¢ pudiera desarrollarse una normativa universitaria o estatal que reconozca a las matem¨¢ticas su incontestable estatus especial derivado del impacto que tienen en la sociedad actual, a nivel tecnol¨®gico y t¨¦cnico.
Para ser puntero en matem¨¢ticas es necesaria tener investigadores, y lo m¨¢s pronto posible para crear escuela propia; nuevos centros, grupos o la contrataci¨®n y atracci¨®n de investigadores, requiere recursos
A nadie se le escapa que es muy complicado implementar un sistema que proporcione m¨¢s ventajas o mejore las condiciones de los matem¨¢ticos que hacen investigaci¨®n b¨¢sica en universidades o centros de investigaci¨®n p¨²blicos o privados. Sin embargo, la alternativa de ignorar esta problem¨¢tica, es que sea mucho m¨¢s dif¨ªcil o incluso eventualmente imposible atraer a los matem¨¢ticos hacia la investigaci¨®n b¨¢sica, al tener estos tantas otras opciones mejor remuneradas y m¨¢s estables que la carrera investigadora en universidades, en centros p¨²blicos, o incluso en las empresas privadas que tienen departamentos de investigaci¨®n. Tenemos que ser capaces de ofrecer a los matem¨¢ticos que hacen investigaci¨®n b¨¢sica, ya sea en entidades p¨²blicas o privadas, condiciones muy competitivas.
La investigaci¨®n b¨¢sica en matem¨¢ticas, desde la matem¨¢tica m¨¢s pura y abstracta hasta la m¨¢s aplicada, es absolutamente esencial para el desarrollo de cualquier pa¨ªs, en casi todos sus frentes. Por ello es necesario que desde la sociedad se apoye de forma potente, y se d¨¦ a los matem¨¢ticos la libertad para pensar y trabajar en problemas importantes o arriesgados. En la actualidad es de agradecer que muchas instituciones apuestan fuertemente por dicha investigaci¨®n, y la apoyan, no solo desde el sector p¨²blico, sino tambi¨¦n desde el privado donde por ejemplo encontramos entidades bancarias o tecnol¨®gicas que financian con generosidad proyectos de investigaci¨®n sobre ciencia b¨¢sica y proporcionan a sus recipientes gran libertad para trabajar en problemas de todo ¨ªndole. Dicho apoyo es un signo inequ¨ªvoco de la concienciaci¨®n, que todos tenemos cada vez m¨¢s, de que dicha investigaci¨®n es crucial.
La investigaci¨®n en matem¨¢ticas, de la pura y abstracta hasta la aplicada, es absolutamente esencial para el desarrollo de un pa¨ªs, por ello es necesario que desde la sociedad se apoye
En mi opini¨®n, en ning¨²n caso se deber¨ªa entender la investigaci¨®n b¨¢sica en matem¨¢ticas como una apuesta a largo plazo, de futuro lejano. Dicha investigaci¨®n puede ser y ha sido en muchos casos absolutamente esencial para aplicaciones fundamentales de car¨¢cter inmediato. Es m¨¢s, como dec¨ªa el gran matem¨¢tico J¨¹rgen Moser: ¡°No es recomendable intentar dirigir o predecir el desarrollo de las matem¨¢ticas¡± y que ¡°en un tiempo de peligrosa especializaci¨®n nos deber¨ªamos sentir libres de usar todas las herramientas de las que dispongamos, y a usarlas con elegancia.¡± Continuaba Moser diciendo que a ¨¦l le parec¨ªa ¡°un sinsentido discutir si se debe preferir resolver problemas dif¨ªciles, construir estructuras abstractas, o trabajar en aplicaciones. En vez de esto, deber¨ªamos mantener una mente abierta cuando afrontamos nuevos problemas, y no olvidar la unidad de las matem¨¢ticas¡±.
Finalmente, es esencial que las universidades y centros de investigaci¨®n p¨²blicos o privados sean capaces de proporcionar ambientes adecuados para que los matem¨¢ticos encuentren en ellos lugares atractivos para investigar, y una condici¨®n m¨ªnima para ello es que con el paso del tiempo sus labores no investigadoras disminuyan, o como m¨ªnimo no aumenten.
Actualmente, es mi impresi¨®n que la tendencia es que la parte no investigadora de los trabajos de los matem¨¢ticos, en el ¨¢mbito de la gesti¨®n, aumenta, al menos en algunas universidades y centros de investigaci¨®n. Dicho aumento no es porque esas universidades o centros as¨ª lo quieran, que m¨¢s bien es al contrario, sino porque vivimos una ¨¦poca con muchos cambios y a veces adaptarse al impacto de los mismos nos lleva a situaciones que no pod¨ªamos predecir, con las que no estamos conformes, o que no sabemos c¨®mo resolver. En todo caso, dicho aumento me parece muy preocupante. Si esta tendencia se consolida, puede convertirse en una pesada losa para la investigaci¨®n b¨¢sica en matem¨¢ticas en Espa?a, y ello tendr¨¢ consecuencias fuertemente negativas para la evoluci¨®n tecnol¨®gica, cient¨ªfica y digital del pa¨ªs, que descansa en gran parte en las matem¨¢ticas. Nadie queremos esto.
Por todo ello, mi deseo y esperanza es que entre tanta gente inteligente y competente que ocupa puestos de responsabilidad en la sociedad espa?ola, como pueden ser por ejemplo empresarios, gobernantes a todos los niveles p¨²blico/privados, directores de departamento y decanos de matem¨¢ticas, rectores, acad¨¦micos u otros gestores, alguien pueda dar los primeros pasos para encontrar una soluci¨®n mientras estemos a tiempo. Los investigadores de las matem¨¢ticas lo agradecer¨¢n, y adem¨¢s Espa?a y la sociedad en general saldr¨¢n a corto y largo plazo muy beneficiados por ello.
?lvaro Pelayo es catedr¨¢tico de Geometr¨ªa y Topolog¨ªa de la Universidad Complutense y previamente Catedr¨¢tico de Matem¨¢ticas de la Universidad de California San Diego. Comisi¨®n de Relaciones Internacionales de la Real Sociedad Matem¨¢tica Espa?ola.
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