Crean una pomada de invisibilidad capaz de hacer ratones transparentes
Los investigadores utilizaron un colorante que se emplea en alimentaci¨®n que permite que la luz atraviese el cr¨¢neo o el abdomen
Cuando miramos a una persona, es dif¨ªcil imaginarla transparente. Nos parece imposible que nuestra mirada pueda atravesar ese cuerpo s¨®lido. Sin embargo, un cristal es igual de s¨®lido y vemos lo que hay detr¨¢s. Al cambiar de medio, entre el aire y el vidrio, la luz modifica su velocidad y direcci¨®n, dependiendo del ¨ªndice de refracci¨®n. En ese cambio de ritmo, su camino se puede torcer un poco, pero, como el material es homog¨¦neo, llega al otro lado sin problema y podemos ver la calle tras el cristal. Sin embargo, el cuerpo est¨¢ hecho de materiales heterog¨¦neos y la luz, cada vez que pasa de un material a otro, se enfrenta a ¨ªndices de refracci¨®n muy diferentes y altera su rumbo. Eso hace que los cuerpos sean opacos y que para ver con claridad lo que hay dentro de una persona haya que sajarle primero. Pero no tiene por qu¨¦ ser as¨ª. Un grupo de cient¨ªficos acaba de presentar un colorante que vuelve transparentes la piel o los cr¨¢neos de ratones vivos.
El logro lo firma en la revista Science un equipo de investigadores de la Universidad Stanford (EE UU) que aplic¨® algunas ideas fundamentales para llegar a una conclusi¨®n que va contra la intuici¨®n. Algunos colorantes especialmente eficaces absorbiendo la luz y volviendo los objetos opacos tambi¨¦n pod¨ªan servir para igualar los ¨ªndices de refracci¨®n de distintos materiales y volverlos transparentes. ¡°Algo muy creativo de este art¨ªculo es que, para lograr la transparencia, utilizan unas mol¨¦culas que absorben mucha luz y la bloquean. Pero solo en el rango azul. En el rojo, cambian el ¨ªndice de refracci¨®n de otros materiales, como la piel, y los hacen transparentes¡±, explica Mart¨ªn L¨®pez, investigador del Instituto de ?ptica del CSIC, que explora este tipo de fen¨®menos, pero no ha participado en el trabajo de Stanford. ¡°Combinamos el colorante amarillo, que es una mol¨¦cula que absorbe la mayor parte de la luz, con la piel, que es un medio de dispersi¨®n. Individualmente, estas dos cosas impiden que la mayor parte de la luz las atraviese, pero juntas, nos permitieron hacer transparente la piel del rat¨®n¡±, resume Zihao Ou, profesor de f¨ªsica de la Universidad de Texas en Dallas y coautor del estudio, en un comunicado de su instituci¨®n.
Uno de los colorantes que pens¨® que ser¨ªa especialmente interesante provocando este efecto, muy opaco en el azul y con capacidad para otorgar transparencia en el rojo, era la tartracina, que se emplea en gran cantidad de alimentos para lograr un color amarillento. Cuando los investigadores lo introdujeron en agua, sus mol¨¦culas se estructuraron de tal forma que igualaron los ¨ªndices de refracci¨®n del entorno e impidieron la dispersi¨®n de la luz produciendo transparencia.
Despu¨¦s, empezaron a probar este ung¨¹ento en pechugas finas de pollo. Cuando fueron incrementando la concentraci¨®n de tartracina, el ¨ªndice de refracci¨®n de los fluidos dentro de las c¨¦lulas musculares aument¨® hasta que igual¨® el de las prote¨ªnas de los m¨²sculos. En ese momento, como por arte de magia, las pechugas se volvieron transparentes.
A continuaci¨®n, se prob¨® la pomada en ratones vivos, primero en el cr¨¢neo. Tras unos minutos, cuando penetr¨® completamente en la piel, esta se volvi¨® transparente, dejando ver los vasos sangu¨ªneos que riegan el cerebro. Despu¨¦s, pusieron la tartracina en el abdomen de los animales, que se decolor¨® hasta que pudieron verse las contracciones del intestino. Cuando se enjuag¨® la piel y el cr¨¢neo de los roedores, recuperaron su opacidad y los investigadores no observaron que la sustancia les hiciese da?o. ¡°Es muy relevante que esto se haga con mol¨¦culas muy bien conocidas y que se utilizan como colorante alimenticio, porque se sabe que no son t¨®xicas¡±, explica L¨®pez. ¡°En nuestro campo, cuando trabajamos con estas propiedades ¨®pticas avanzadas, normalmente lo hacemos con materiales muy t¨®xicos¡±, a?ade.
La nueva t¨¦cnica, que a¨²n deber¨¢ desarrollarse, tiene mucho potencial, tanto desde el punto de vista de la investigaci¨®n como por sus aplicaciones m¨¦dicas, para acceder al interior del cuerpo sin necesidad de intervenciones dolorosas, peligrosas o molestas. Los gusanos C. elegans se convirtieron en modelos animales que revolucionaron la biolog¨ªa, en parte, porque eran transparentes y permit¨ªan observar lo que suced¨ªa en su interior mientras viv¨ªan. La tartracina ampliar¨ªa el n¨²mero de especies en las que se podr¨ªa contar con esa ventaja. ¡°Las larvas de pez cebra son transparentes y se utilizan porque es posible ver las neuronas de su cerebro mientras est¨¢ vivo¡±, apunta Juan Lerma, investigador del Instituto de Neurociencias de Alicante del CSIC. ¡°Aqu¨ª, son capaces de ver las neuronas ent¨¦ricas [que controlan el hambre o los movimientos del intestino] a trav¨¦s de la piel. Esas c¨¦lulas est¨¢n entre dos capas de m¨²sculo y aqu¨ª no tienes necesidad de abrir la tripa para verlas. Me parece sorprendente y un punto importante de inicio con aplicaciones en investigaci¨®n y en medicina no invasiva¡±, concluye.
Adem¨¢s de las aplicaciones m¨¦dicas, no faltar¨¢ quien pregunte si embadurnarse del ung¨¹ento de tartracina o inyect¨¢rselo, que seg¨²n los autores mejorar¨ªa su efectividad, puede otorgar la invisibilidad. De momento, seg¨²n cuenta Mart¨ªn L¨®pez, parece complicado. ¡°Ellos, por ejemplo, tienen que afeitar el cr¨¢neo de los ratones antes de aplicar la pomada. La raz¨®n es que el ¨ªndice de refracci¨®n del hueso es distinto del pelo y si quiero hacerlos transparentes al mismo tiempo deber¨ªa aplicar dos mol¨¦culas diferentes. Si a?ado m¨¢s tejidos, tengo que a?adir m¨¢s ¨ªndices de refracci¨®n, y ser¨ªa imposible igualar los ¨ªndices de refracci¨®n de todos los materiales del cuerpo¡±. La ciencia, de momento, le deja el negocio de las capas de invisibilidad a la magia.
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