El campo vibratorio y las fronteras de la ciencia desde un punto de vista cient¨ªfico
Acaba de salir un libro que nos sumerge en las fluctuaciones de vac¨ªo que contienen los ¨¢tomos y, con ello, nos conecta con las ondas electromagn¨¦ticas por las cuales se comunican los organismos vivos
Las ondas electromagn¨¦ticas se propagan a m¨¢s velocidad que las ondas ac¨²sticas. Esto es debido a que el canal por el que se propagan las ondas ac¨²sticas est¨¢ formado por las mol¨¦culas del aire, mientras que el canal utilizado por las ondas electromagn¨¦ticas es el vac¨ªo.
Vamos a ilustrar esto con el ejemplo de un concierto de m¨²sica cl¨¢sica retransmitido por radio, donde la persona que est¨¦ en su casa, con la radio conectada, siempre oir¨¢ la se?al de los instrumentos antes que la persona que se encuentre en la primera fila de dicho concierto. Este curioso fen¨®meno se produce debido a que los micr¨®fonos est¨¢n m¨¢s cerca de los instrumentos que de las personas del p¨²blico.
De esta manera, el proceso de transformar las ondas ac¨²sticas de los instrumentos en ondas electromagn¨¦ticas y llevarlas as¨ª hasta los hogares -transformando de nuevo dichas ondas electromagn¨¦ticas en ac¨²sticas- tarda menos de lo que tardan las ondas ac¨²sticas de los instrumentos en llegar hasta el p¨²blico que asiste al concierto. A partir de este hecho, en el que el vac¨ªo y sus fluctuaciones se convierten en materia de estudio, Einstein alcanz¨® su teor¨ªa de la relatividad. Porque el vac¨ªo es la sustancia de nuestro universo, donde ¡°Nada es todo y todo es nada¡±, a decir del principio del budismo, la doctrina filos¨®fica y espiritual que m¨¢s se acerca a la F¨ªsica.
Acaba de salir un libro que nos habla de estas cosas, un trabajo did¨¢ctico y muy entretenido que nos sumerge en las fluctuaciones de vac¨ªo que contienen los ¨¢tomos y, con ello, nos conecta con las ondas electromagn¨¦ticas por las cuales se comunican los organismos vivos. Las citadas ondas bien se pueden definir como la m¨²sica f¨ªsica o material que nos relaciona, no solo con los dem¨¢s organismos vivos, sino con nosotros mismos, estableciendo un mon¨®logo interior que atraviesa nuestras mol¨¦culas y que pone en funcionamiento nuestro cuerpo, creando un sistema de coherencia ideal donde todos nuestros ¨®rganos cooperan unos con otros.
As¨ª nos lo cuenta Changlin Zhang, profesor de biof¨ªsica de las universidades de Hangzhou y Siegen, en este libro titulado El campo vibratorio, publicado por Atalanta. Se trata de un estudio hol¨ªstico que abarca todo el campo vibratorio de los sistemas vivos, un trabajo did¨¢ctico que traspasa las fronteras de la ciencia para recordarnos, entre otros asuntos, que Niels Bohr, fundador de la f¨ªsica cu¨¢ntica, identificaba el equilibrio din¨¢mico de las part¨ªculas invisibles con el diagrama del taich¨ª, donde el blanco simboliza el yang y el negro el yin, energ¨ªas contenidas en la conocida esfera de la tradici¨®n oriental que representa el principio generador del universo. Porque Bohr, llevado por las corrientes de la filosof¨ªa oriental, se movi¨® en las fronteras de la ciencia con intenci¨®n org¨¢nica. Bien sab¨ªa que de nada vale aprender el m¨¦todo cient¨ªfico sin captar el esp¨ªritu cient¨ªfico, y que dicho esp¨ªritu cient¨ªfico solo se capta lejos del reduccionismo occidental.
Con esto, Zhang nos va contando c¨®mo Schr?dinger, f¨ªsico famoso por utilizar ecuaciones diferenciales para explicar como cambia el estado cu¨¢ntico de un sistema f¨ªsico con el paso del tiempo, se acerc¨® a la filosof¨ªa oriental sin abandonar el ¨¢mbito cient¨ªfico.
Como ejemplo sirva que Schr?dinger se?al¨® la diferencia entre una computadora y la mente humana, explicando el yo desde la perspectiva del pensamiento oriental, como mera memoria singular. A partir de aqu¨ª, Schr?dinger definir¨¢ el reconocimiento del mundo como acumulaci¨®n de memoria.
Tras la lectura del libro de Zhang, podemos afirmar que somos algo m¨¢s que mol¨¦culas conformando vida, es decir, somos un pliegue en el vac¨ªo envuelto en el tejido de los acontecimientos donde, parafraseando a Heisenberg, diferentes clases de conexiones se alternan con la finalidad de mantener la memoria viva en el tiempo presente.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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