Cuando el tiempo enga?a a los almendros

Un paseante curioso se detiene el 1 de febrero ante unos almendros del Retiro en Madrid y se pregunta si es normal que ya est¨¦n en flor. No, es pronto, seg¨²n las fechas medias del departamento de fenolog¨ªa ¨Dque estudia comportamientos de animales y plantas que se producen al comp¨¢s del clima¨D de la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet). En gran parte de Espa?a la floraci¨®n de este ¨¢rbol frutal tambi¨¦n est¨¢ siendo temprana, con adelantos de hasta un mes sobre lo que se considera normal, un fen¨®meno que se repite a?o a a?o en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Las causas, seg¨²n los expertos, est¨¢n claras: los inviernos suaves que propicia el cambio clim¨¢tico. Las consecuencias son desastrosas.

¡°El tiempo enga?a a los almendros¡±, resume Javier Cano, jefe de la Oficina Meteorol¨®gica de Defensa de Getafe, que lleva 40 a?os anotando en los mismos puntos de la capital la fecha de la eclosi¨®n del Prunus dulcis, un ¨¢rbol de la familia de las ros¨¢ceas introducido hace 2.500 a?os y que anuncia la primavera al ser uno de los primeros en despuntar.

¡°Este a?o, las primeras flores se observaron el 29 de enero, nueve d¨ªas antes de lo normal. El pasado, 11 d¨ªas, a pesar de Filomena¡±, detalla Cano. ¡°La tendencia de 1981-2022 muestra un ligero adelantamiento¡±, concluye, gr¨¢fica en mano. De los ¨²ltimos 12 a?os, en cinco ha sido muy temprana, con adelantos de hasta 22 d¨ªas, y en otros dos, temprana.

Tambi¨¦n en Madrid, el ingeniero agr¨®nomo Gilberto Segovia, que cuida los ejemplares de La Quinta de Los Molinos, est¨¢ convencido de que, de tener cifras, apuntar¨ªan ¡°a una tendencia al adelanto en los ¨²ltimos 50 a?os¡±. ¡°Este a?o es de un par de semanas, una barbaridad, porque el invierno ha sido de risa¡±, constata. Segovia nota una floraci¨®n m¨¢s pobre, con un tama?o m¨¢s peque?o, lo que har¨¢ que la producci¨®n de polen sea m¨¢s escasa.

M¨¢s datos. La red Fenocat del Servicio Meteorol¨®gico de Catalu?a tiene en este ¨¢rbol una de sus dianas, con 25 puntos de recogida de datos desde 2013. Xavier de Yzaguirre, t¨¦cnico de Fenocat, aclara que, de momento, no tienen conclusiones, ya que son necesarias series de 30 a?os. S¨ª pueden aportar evidencias en un punto, Tivissa (Serra d¡¯Almos, Tarragona), donde el observador Josep Borrel lleva desde 1971 recopilando datos de su huerto. All¨ª, la temperatura media ha aumentado 1,7? y la serie revela que la variedad largueta anticipa su floraci¨®n de manera constante ¨D15 d¨ªas en 50 a?os¨D, mientras que la ferragnes acumulaba cuatro d¨ªas por d¨¦cada, pero los ¨²ltimos cinco se ha estancado. De Yzaguirre advierte de que depende mucho de la variedad ¨Dtemprana o tard¨ªa¨D y de la ubicaci¨®n.

A grandes rasgos, cuanto m¨¢s al sur y al este, antes florece. As¨ª, en Baleares y Levante la fecha habitual es entre mediados y finales de enero; en la meseta sur, a mitad de febrero; mientras que en zonas m¨¢s fr¨ªas, como Arag¨®n y Castilla y Le¨®n, se va a marzo; y en la cordillera Cant¨¢brica, a primeros de abril.

Los expertos apuntan a que las temperaturas y el solsticio son determinantes. En oto?o, cierra sus estomas (poros), se a¨ªsla para defenderse del invierno y entra en un estado de somnolencia. ¡°Lo que despierta su reloj biol¨®gico es un flash fr¨ªo y, para que se produzca un normal desarrollo de las partes femenina y masculina, tiene que acumular un determinado fr¨ªo primero ¨Dentre 100-500 horas por debajo de los 7? dependiendo de la variedad¨D, y calor despu¨¦s¡±, detalla Enrique Salvo, bot¨¢nico y profesor de Ciencias Ambientales en la Universidad de M¨¢laga.

Un invierno caluroso

El almendro, ajeno a los calendarios, eclosiona porque ya ha sumado todo el fr¨ªo y el calor que necesita tras un invierno suave. ¡°En diciembre, las m¨¢ximas fueron 1,9? m¨¢s altas, mientras que en enero fueron las m¨¢s altas desde que hay registros, un 2,1? por encima. Tambi¨¦n ha habido mucho contraste t¨¦rmico, de nuevo el mayor de la historia, porque las m¨ªnimas fueron fr¨ªas, 0,7? por debajo de la media. Febrero sigue esta t¨®nica, con un arranque con valores de abril y estos d¨ªas, de mayo¡±, detalla Rub¨¦n del Campo, portavoz de Aemet. El meteor¨®logo destaca la progresiva primaverizaci¨®n de los inviernos, ¡°una clara consecuencia del calentamiento global¡±. De los ¨²ltimos seis, solo uno ha sido fr¨ªo, y el resto, c¨¢lidos ¡ªtres muy c¨¢lidos y uno extremadamente c¨¢lido¡ª.

Los expertos en cambio clim¨¢tico la consideran una especie ¡°sem¨¢foro¡±, ya que estas ¡°alteraciones significativas en su fenolog¨ªa hacen que se enciendan las alarmas¡±, en palabras de Salvo. ¡°Lo que le est¨¢ ocurriendo no es normal. Es el indicador de cambio clim¨¢tico m¨¢s cercano, inmediato y que mejor podemos observar¡±, asegura. Este bot¨¢nico lo estudia en los valles del Guadalhorce y Guadalmedina, la sierra de las Nieves, la Axarqu¨ªa, Sevilla y C¨®rdoba. Su conclusi¨®n es que ¡°se est¨¢ produciendo un adelanto muy significativo y constante¡±. Este a?o en Guadalmedina florecieron a finales de diciembre, ¡°casi un mes antes en una d¨¦cada¡±. ¡°En los cinco biomas con clima mediterr¨¢neo est¨¢ pasado lo mismo¡±, alerta.

En Baleares, ¡°la percepci¨®n es de adelanto¡±, aunque nadie lo est¨¢ monitorizando, cuenta Jeroni Galm¨¦s, catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa Vegetal. Galm¨¦s tampoco tiene ninguna duda de que ¡°se enmarca en los efectos del cambio clim¨¢tico, que altera las condiciones ambientales y hace que el ¨¢rbol cambie su patr¨®n hormonal¡±. No le ocurre, ni mucho menos, solo al almendro: en el olivo se han documentado adelantos de 20 d¨ªas en dos d¨¦cadas, destaca el bi¨®logo. ¡°Hay modelos que intentan predecir su impacto en cada biorregi¨®n y apuntan a que se mover¨¢ hacia el norte en busca de zonas clim¨¢ticamente id¨®neas¡±, ya que en el sur no har¨¢ bastante fr¨ªo, advierte Galm¨¦s.

Espa?a es el m¨¢ximo productor de la UE con m¨¢s de 718.000 hect¨¢reas, de las que 638.000 son de secano, con Andaluc¨ªa, Castilla- La Mancha, Arag¨®n y Catalu?a como bastiones. Ahora, el gran temor es que el fruto se pierda por heladas tard¨ªas, que pueden producirse incluso en mayo. Para atajar estos problemas se est¨¢n haciendo investigaciones gen¨¦ticas con el fin de lograr variedades que florezcan en mayo y que sean capaces de adaptarse a temperaturas cada vez m¨¢s altas.

Otro efecto pernicioso es la falta de sincron¨ªa con los polinizadores, por lo que la producci¨®n puede verse reducida. ¡°A las abejas las pilla envejecidas en lugar de en el momento en el que est¨¢n m¨¢s activas y son m¨¢s eficientes, y este ¨¢rbol necesita polinizaci¨®n cruzada, individuos fuertes y j¨®venes que puedan cargar con el polen y viajar a cierta distancia¡±, indica Salvo. Tambi¨¦n puede afectar a la calidad del fruto y de su cubierta, que se vende como pellet y que ¡°est¨¢ perdiendo grosor¡±, lo que le resta propiedades energ¨¦ticas y expone al fruto a inclemencias, hongos y bacterias. La xylella fastidiosa ha producido una ¡°mortandad masiva¡± en el este y centro de Mallorca, lamenta Galm¨¦s. Destacan tambi¨¦n las consecuencias de la sequ¨ªa, que afecta a la capacidad de producir az¨²car y de transportarla a las almendras.

¡°Es la versi¨®n moderna del truco del almendruco. Durante la Semana Santa, en la que no se pod¨ªa beber leche de vaca, se tomaba de almendra. Si ca¨ªa pronto, lo que se recog¨ªa era almendruco, con una alta concentraci¨®n de amigdalina, que le da un gran amargor, por lo que se le ten¨ªa que echar miel. Ahora, la fase del almendruco se ampl¨ªa, el fruto no madura lo que debe¡±, alerta el profesor de M¨¢laga. ¡°Es un desastre para los agricultores¡±, afirma. Seg¨²n la Mesa Nacional de Frutos Secos, el a?o pasado ¨Dcon un invierno a 0,7? por encima de la media y brotaci¨®n temprana¨D la producci¨®n cay¨® un 12%, donde m¨¢s en Baleares, la mitad. ¡°Hubo heladas en el puente de San Jos¨¦ y se llevaron muchos almendros. Este a?o, todo depende de las dos o tres semanas siguientes¡±, reza Jos¨¦ Ugarrio, t¨¦cnico de Asaja.

¡°Parece haber una tendencia clara hacia el adelanto de las floraciones en todo el mundo ¨Del a?o pasado los cerezos de Jap¨®n experimentaron su eclosi¨®n m¨¢s temprana en 1.200 a?os¨D y que es consecuencia del calentamiento global, pero hacen falta mayores estudios de sus causas y consecuencias¡±, concluye el meteor¨®logo Jos¨¦ Miguel Vi?as.

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