Nuevo informe del IPCC: vivimos ya en un planeta distinto, hay que actuar r¨¢pido para asegurar un futuro habitable
An¨¢lisis del investigador Jos¨¦ Manuel Moreno de la revisi¨®n cient¨ªfica del grupo de expertos de Naciones Unidas sobre los impactos provocados por el calentamiento del planeta
Cada a?o se publican miles de trabajos sobre el cambio clim¨¢tico y sus impactos sobre los sistemas naturales y humanos. Resumir lo que se sabe y condensarlo en una frase que sea f¨¢cil de entender por todos y que sirva para guiar la gobernanza mundial no es sencillo. El Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Clim¨¢tico, m¨¢s conocido como IPCC (sus siglas en ingl¨¦s), es justo lo que viene haciendo cada seis o siete a?os desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas. En 2007, en el plenario que se celebr¨® aqu¨ª, en Valencia, se acu?¨® por primera vez para referirse al clima la frase ¡°el calentamiento del sistema clim¨¢tico es inequ¨ªvoco¡±. Por si no queda claro, lo que dice es que la ciencia del clima en aquel momento no ten¨ªa duda de que el planeta se estaba calentando.
Como no puede ser de otra manera, para poder llegar a tal conclusi¨®n ten¨ªa que haber m¨²ltiples evidencias, que no puedo desarrollar aqu¨ª. La ciencia del clima utiliza datos recolectados por miles de observatorios, distribuidos por todo el mundo, y por sat¨¦lites, sondas y otras muchas fuentes que permiten una cobertura global y sirven de base para los pron¨®sticos diarios del tiempo que forman parte de nuestra cotidianeidad. Si bien los estudios del clima vienen teniendo bases de datos mundiales, que permiten saber el tiempo de ma?ana en cualquier lugar del planeta, no existe informaci¨®n comparable en resoluci¨®n espacial o temporal para los ecosistemas o los sistemas humanos. En general, apenas hay observaciones de forma generalizada para todo el mundo y mucho menos que tengan el n¨²mero de a?os necesario para poder inferir de forma robusta cambios de tendencia y explicar las razones de ello. Cada pa¨ªs tiene sus datos, pocos en general, y poco disponibles de forma abierta.
Los naturalistas o los cient¨ªficos sociales del Grupo II (Impactos, adaptaci¨®n y vulnerabilidad) del IPCC hemos sentido envidia sana hacia nuestros compa?eros del Grupo I (Las bases f¨ªsicas del clima), porque ellos pod¨ªan hacer algo que no estaba a nuestro alcance. ?C¨®mo hemos ido caracterizando lo que estaba ocurriendo con los impactos del cambio clim¨¢tico en los sistemas naturales y humanos en este tiempo? Pues como se ha podido.
En el cuarto informe (2007) dijimos: ¡°hay evidencia observacional de todos los continentes y la mayor¨ªa de los oc¨¦anos de que los sistemas naturales est¨¢n siendo afectados por cambios regionales del clima, particularmente por el aumento de las temperaturas¡±. Como se ve, lenguaje comedido para decir que estaba pasando algo, pero las evidencias que ten¨ªamos eran limitadas, y apenas permit¨ªan lanzar un mensaje global. A nivel regional, sobre todo en los sitios mejor estudiados, pudimos ir algo m¨¢s lejos: ¡°Por primera vez, se han documentado en Europa amplios impactos de los cambios en el clima actual (confianza muy alta)¡±.
En el quinto informe (2014), tras un exhaustivo estudio de todos los trabajos que hab¨ªa en aquel momento, pudimos ampliar el mensaje: ¡°En las ¨²ltimas d¨¦cadas, los cambios en el clima han causado impactos en los sistemas naturales y humanos en todos los continentes y en los oc¨¦anos.¡± C¨®mo se ve, en los siete a?os de un informe a otro la ciencia hab¨ªa avanzado, y ya se pudo hablar de impactos generalizados en tierra y mar y en los distintos sistemas naturales y humanos del mundo, aunque las evidencias siempre son m¨¢s robustas en los continentes ricos, mejor estudiados, que en los pobres.
El sexto informe que se acaba de aprobar va un paso m¨¢s all¨¢, y culmina el proceso que comenz¨® en 1988, al decir: ¡°La evidencia cient¨ªfica acumulada es inequ¨ªvoca: el cambio clim¨¢tico es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta¡±. Por fin, aunque por desgracia, la terminolog¨ªa dura de ¡°no hay duda¡± se aplica tambi¨¦n a la inmensa complejidad de los sistemas naturales de todo el planeta y los sistemas humanos que de ellos dependen. La ciencia ha tardado 30 a?os en certificar que nuestra acci¨®n amenaza la salud del planeta y, con ello, nuestro bienestar. ?Qu¨¦ lleva al IPCC a dar este salto en sus conclusiones? Como siempre, son evidencias m¨²ltiples, que escapan el detalle que cabe en una peque?a nota. No obstante, hay un grupo de ellas que merece comentarse.
Desde hace unos pocos a?os, los episodios meteorol¨®gicos y clim¨¢ticos extremos, sobre todo los de mayor magnitud, son estudiados con t¨¦cnicas de lo que llamamos atribuci¨®n. En resumen, se analiza si lo ocurrido es atribuible al cambio clim¨¢tico. Por ejemplo, los extraordinarios incendios de Australia de hace un par de a?os, que arrasaron 5,8 millones de hect¨¢reas, matando a miles de millones de animales, o las inundaciones de centro Europa del a?o pasado, o la ola de calor del a?o pasado del Pac¨ªfico Norte, que hizo que se alcanzasen temperaturas bien por encima de 40 grados en zonas del norte de Canad¨¢, o tantos y tantos ejemplos de extremos clim¨¢ticos y meteorol¨®gicos que, por desgracia, vivimos ya en primera persona casi todos los a?os. Muchos de los episodios que se estudian resultan haber sido causados, en parte, por el cambio clim¨¢tico; esto es, el cambio clim¨¢tico tuvo algo que ver porque los hizo m¨¢s probables, intensos o duraderos.
Los impactos de estos episodios extremos son los que conducen a los mayores desastres, y hoy est¨¢n da?ando nuestros sistemas naturales, minando los modos de vida de millones de personas y conduciendo a su migraci¨®n forzada, entre otros efectos. Son la expresi¨®n m¨¢xima del impacto de un clima recalentado. A esto se suman otros m¨²ltiples casos de impactos aqu¨ª y all¨¢ que pueden referirse al cambio de clima, y que, pacientemente, los autores del IPCC han ido recopilando.
El resultado final es que el impacto del cambio clim¨¢tico sobre el planeta no tiene duda. Vivimos ya en un planeta distinto del que conocimos los que peinamos canas. Pero hay m¨¢s, el IPCC avisa: ¡°Cualquier nuevo retraso en la acci¨®n concertada mundial har¨¢ que se pierda la breve ventana que a¨²n existe, pero que se cierra r¨¢pidamente para asegurar un futuro habitable¡±. En otras palabras, hay tiempo para actuar y evitar impactos mayores, pero este es corto, muy corto, por lo que hay que incrementar la ambici¨®n para detener el calentamiento y hacer que las emisiones de los gases de efecto invernadero empiecen a descender ya, no a disminuir su tasa de aumento, sino a disminuir a secas. Basta ya de hacerse trampas al solitario. Que vivamos en un mundo distinto del que algunos vimos al nacer porque nosotros lo hemos cambiado es algo que requiere toda nuestra atenci¨®n.
Jos¨¦ Manuel Moreno. Catedr¨¢tico de Ecolog¨ªa, Universidad de Castilla-La Mancha y miembro del equipo de autores del IPCC.
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