El Estrecho, una autopista caliente de buques con gasolineras en las dos orillas
Gibraltar y su entorno registran el paso de 110.000 mercantes al a?o. ¡°Cuanto m¨¢s barcos, m¨¢s problemas¡±, denuncia un experto
Bel¨¦n Chaparro alza la mano y se?ala al horizonte de la playa de Levante de La L¨ªnea de la Concepci¨®n: ¡°Poco nos pasa para lo que hay¡±. El panorama es inquietante. A la sombra del Pe?¨®n, el granelero OS35 se yergue a duras penas semihundido y rodeado de barcos de salvamento y de barreras para detener el vertido de fuel que ya mancha las costas del entorno. Pero la vecina de La L¨ªnea apunta con ah¨ªnco m¨¢s al este, justo a los m¨¢s de una decena de mercantes que, fondeados en el mar, esperan repostaje o avituallamiento en un puerto, el de Gibraltar, que lleva cerrado desde que el mercante siniestrado el lunes se comb¨® por la mitad en la tarde del mi¨¦rcoles.
A Chaparro, que acudi¨® este jueves por primera vez a ver el desastre del granelero, acompa?ada de su hijo, la estampa que ve en ese momento le entristece y preocupa. Lo que le enfada es que, con la excepci¨®n del buque semihundido tras el choque con un metanero, ese paisaje de buques en el mar ¡°es lo normal¡±. La realidad le da la raz¨®n. El paso de 14 kil¨®metros que dejan los continentes de Europa y ?frica entre el Atl¨¢ntico y el Mediterr¨¢neo es atravesado por m¨¢s de 110.000 buques al a?o. Muchos de ellos, solo est¨¢n de paso, pero necesitan servicios de avituallamiento de v¨ªveres, cambios de tripulaci¨®n y repostaje de combustible que, en la mayor¨ªa de los casos, se produce mientras est¨¢n fondeados en alta mar, una pr¨¢ctica legal conocida como bunkering que solivianta desde hace a?os a los ecologistas. La l¨®gica es aplastante y la condensa Benito N¨²?ez, director general de la Marina Mercante de Espa?a: ¡°Cuanto m¨¢s barcos, m¨¢s problemas¡±.
Porque el Estrecho de Gibraltar no es solo lo que los estrategas militares llaman un choke point o punto de congesti¨®n vital en los movimientos de mercanc¨ªas mundiales. Es que esa gran concentraci¨®n de buques ¡ªen un grado similar de importancia al Canal de Suez o el Estrecho de Malaca¡ª se produce entre dos orillas que implican a tres Estados (Espa?a, el Reino Unido y Marruecos) con sus respectivas jurisdicciones y cuatro puertos (Gibraltar, Algeciras, Ceuta y T¨¢nger Med). Todo se condensa en un estrechamiento natural tan acusado que no hay espacio para aguas internacionales, as¨ª que todos los buques se someten a lo que el derecho mar¨ªtimo internacional llama ¡°paso inocente¡±, en un cruce que Espa?a y Marruecos se reparten a modo de autopista de dos sentidos, controlada en el lado espa?ol por el Centro de Coordinaci¨®n de Salvamento de Tarifa (conocido como Tarifa Tr¨¢fico).
M¨¢s factores complican las reglas del juego. Adem¨¢s de los flujos de paso este-oeste, tambi¨¦n se da un enorme movimiento de pasajeros norte-sur, transbordo y descarga de mercanc¨ªas ¡ªel puerto de Algeciras es uno de los m¨¢s importantes de Europa en esta tarea¡ª, pesca¡ ¡°Uno de nuestros principales quebraderos de cabeza es Algeciras y el Estrecho. Es de todo y eso pasa en pocas ocasiones¡±, explica N¨²?ez. Y como tel¨®n de fondo de tanto trasiego, el medioambiente como posible damnificado final. ¡°Gibraltar, Algeciras, Ceuta y T¨¢nger son puertos con gasolineras que tratan de atraer a los buques para que reposten. El corredor del Estrecho es como la Quinta Avenida de Nueva York y donde intentas poner las lucecitas para que se paren en tu gasolinera y no en la de al lado, aunque algunas compa?¨ªas operan incluso en distintos puertos¡±, ejemplifica el abogado Sebasti¨¢n D¨ªaz, experto en Derecho Mar¨ªtimo en la zona del Estrecho y profesor asociado de la Universidad de C¨¢diz.
En esa competencia, el Pe?¨®n fue la primera que encendi¨® sus neones porque ¡°entendi¨® que era la principal v¨ªa de negocio y se adaptaba a sus condiciones naturales en fondeo¡±, como detalla D¨ªez. ¡°Los brit¨¢nicos son los amos del juego mar¨ªtimo tanto a nivel jur¨ªdico como financiero desde hace siglos. Gibraltar ha tratado de establecer un sistema jur¨ªdico que le d¨¦ la mayor viabilidad al negocio, aunque eso no implica que tengan especiales exenciones fiscales. Los barcos afectos a navegaci¨®n mar¨ªtima internacional est¨¢n exentos de impuestos y eso pasa igual all¨ª que en Espa?a¡±, a?ade el experto. De hecho, aunque el puerto gibraltare?o sigue siendo el n¨²mero uno en bunkering, en la bah¨ªa algecire?a, su hom¨®logo espa?ol le sigue de cerca, con la diferencia de que Algeciras tiene muchos m¨¢s canales de ingresos.
¡°Esto es una gasolinera entre el Atl¨¢ntico y el Mediterr¨¢neo¡±, denuncia enfadado Antonio Mu?oz, ecologista de Agaden en el Campo de Gibraltar. Lo mismo opina la ONG Greenpeace que, este viernes, lanz¨® un duro comunicado en el que acus¨® al Pe?¨®n de ser una ¡°gasolinera low cost de buques localizada en un ¨¢rea rodeada de zonas protegidas y un enclave muy importante de migraci¨®n de especies marinas y de aves¡±. Pero en el Pe?¨®n lo niegan y aseguran que su diferencia cualitativa con respecto a otros puertos cercanos no es tanto el precio, como las facilidades de burocracia en cambios de tripulaci¨®n, su marco legal ante problemas o su experiencia.
Si la actividad fren¨¦tica del Estrecho funciona, aparentemente, como un reloj de precisi¨®n, es gracias a que toda la actividad mar¨ªtima internacional se rige por unas normas de cumplimiento obligatorio que emanan de multitud de convenios internacionales. ¡°Eso no pasa en otros ¨¢mbitos de comunicaciones, no tienen esa norma com¨²n. Hay convenios para todo, para contaminaci¨®n, limitaci¨®n de responsabilidad, de arqueo¡ Ah¨ª tenemos una ventaja, aunque tambi¨¦n hay idiosincrasias locales¡±, explica N¨²?ez. Aunque pese a tanta coordinaci¨®n, a veces la maquinaria falla y llega el accidente, como el del OS35, en su caso por un choque con un metanero no relacionado con labores de repostaje, que ya llev¨® a Gibraltar a detener a su capit¨¢n por no hacer caso a las indicaciones de su puerto tras el siniestro.
El ¨²ltimo suceso de cierta entidad antes del granelero fue en febrero de 2021, este s¨ª relacionado con una maniobra de repostaje en el mar de Gibraltar que acab¨® por verter 1.000 litros de fuel. Pero para encontrar un hundimiento de gravedad, como el del OS35, hay que irse al del New Flame, que acab¨® partido en dos y hundido en febrero de 2008, tras quedar tocado despu¨¦s de un accidente con un petrolero. ¡°750 toneladas de fuel marino que acabaron en el fondo de la bah¨ªa. Hubo vertidos en las playas de la zona¡±, rememora Mu?oz. Entre ese a?o y el anterior, hubo varios accidentes m¨¢s, algunos provocados por una complicaci¨®n a?adida en la zona, ¡°la peligrosidad por los temporales, que aqu¨ª es mucha¡±, a?ade el ecologista.
N¨²?ez defiende que en estos a?os la seguridad, coordinaci¨®n y control ha mejorado ostensiblemente: ¡°Antes no hab¨ªa aviones, sat¨¦lites, ni los medios de inspecci¨®n que hay ahora. Hay un control mucho m¨¢s exhaustivo y cuando pasa algo, se castiga con severidad. No se nos conoce por ser generosos con los armadores, las multas no son peque?as¡±. De ah¨ª que el m¨¢ximo responsable de la Marina Mercante, dependiente del Ministerio de Transportes, apueste por reforzar a¨²n m¨¢s ¡°el control, la inspecci¨®n y las normativas internacionales¡±. ¡°La mejor emergencia es la que no se tiene que dar¡±, zanja el experto.
El ecologista Mu?oz asume que dif¨ªcilmente se puede atajar el bunkering porque es legal y apuesta por que los buques ¡°no dependan tanto de combustibles f¨®siles¡±. Pero, sobre todo, pide a Gibraltar un mayor ejercicio de transparencia y a la Uni¨®n Europea que intervenga, por supuestos trasvases de combustibles ¡°prohibidos¡± por estar realizados en aguas cercanas al Pe?¨®n que son zonas de especial conservaci¨®n de la Red Natura 2000. ¡°?Qu¨¦ piensa la UE de un lugar del inter¨¦s comunitario? En las negociaciones del Brexit, ?qu¨¦ piensa hacer?¡±, denuncia el activista.
Mientras, en la orilla de la playa de Levante de La L¨ªnea, Chaparro y su hijo vuelven sobre sus pasos, tras ver al OS35 combado y semihundido. Quiz¨¢s vuelvan en unos d¨ªas, asumen que les queda paisaje para rato. Para ellos, ya es habitual que los barcos del Estrecho formen parte de su d¨ªa a d¨ªa. ¡°De tanto tr¨¢nsito de barcos, estamos acostumbrados a decidir a qu¨¦ playa vamos en funci¨®n de los vientos para no encontrarnos aceite. Deber¨ªa haber m¨¢s control, pero aqu¨ª ?a qui¨¦n se lo pides? Vete a saber¡±, se queja la mujer indignada mientras su hijo asiente.
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