China, un gigante en renovables adicto al carb¨®n

En esta cumbre del clima que se celebra en Dub¨¢i (COP28), China ha llegado como l¨ªder indiscutible en energ¨ªas limpias en el mundo. El pa¨ªs invirti¨® en 2022 casi la mitad del gasto mundial en tecnolog¨ªas de bajas emisiones, 546.000 millones de d¨®lares (unos 504.000 millones de euros), tres veces m¨¢s que la Uni¨®n Europea (180.000 millones de d¨®lares) y Estados Unidos (141.000 millones), seg¨²n estimaciones de BloombergNEF, y este a?o instalar¨¢ un r¨¦cord de nueva capacidad e¨®lica y fotovoltaica, 230 gigavatios (GW), adem¨¢s de 39 GW de t¨¦rmica y 8 GW de hidr¨¢ulica, seg¨²n las proyecciones de la consultora brit¨¢nica Wood Mackenzie. Sin embargo, tras estos logros reverbera un eco de incertidumbre: la arraigada dependencia al carb¨®n del pa¨ªs que sigue siendo el mayor emisor de di¨®xido de carbono (CO?) del planeta en t¨¦rminos absolutos, no per c¨¢pita.

El gigante asi¨¢tico ha construido este a?o m¨¢s del 95% de la capacidad de generaci¨®n de electricidad a partir de carb¨®n de todo el mundo, seg¨²n el laboratorio de ideas estadounidense Global Energy Monitor (GEM). Pek¨ªn, preocupada por la inestabilidad de las energ¨ªas renovables cuando no hay sol o viento, ha acelerado el desarrollo de proyectos de carb¨®n a un ritmo sin precedentes, escud¨¢ndose en la necesidad de garantizar la seguridad energ¨¦tica.

El a?o pasado, China quem¨® m¨¢s carb¨®n que el resto del planeta, y m¨¢s del 60% de su electricidad se gener¨® a partir de este combustible, seg¨²n un informe de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE) publicado en octubre. Si bien el pa¨ªs ha desmantelado 70,45 GW de centrales de carb¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada, y se calcula que la producci¨®n nacional alcanzar¨¢ su punto m¨¢ximo en torno a 2025, a¨²n es incierta la velocidad a la que su uso quedar¨¢ relegado a un papel secundario, advert¨ªa la agencia.

De hecho, desde que el Gobierno chino concedi¨® en 2019 el menor n¨²mero de permisos a la creaci¨®n de plantas energ¨¦ticas a base de carb¨®n, su construcci¨®n se ha disparado, seg¨²n alertaban en noviembre los investigadores del GEM. ¡°No solo se est¨¢ ignorando el compromiso emitido en 2021 por el presidente Xi Jinping de ¡®controlar estrictamente¡¯ los programas de generaci¨®n de energ¨ªa a partir de carb¨®n (¡­), sino que las autoridades han pasado de desalentarlos a impulsarlos¡±, apuntaban desde la ONG con sede en San Francisco.

Mientras que la capacidad energ¨¦tica de carb¨®n se ha desplomado desde 2015 fuera del gigante asi¨¢tico, los reguladores chinos fijaron el a?o pasado el objetivo de empezar a construir en 2023 plantas capaces de producir 80 GW de nueva potencia, a los que se sumar¨ªan otros 80 GW en 2024. Datos del Rastreador Global de Centrales de Carb¨®n del GEM muestran que, a octubre de 2023, China ten¨ªa en construcci¨®n un total acumulado de 136,2 GW. En comparaci¨®n, India, segundo en cabeza, ten¨ªa 31,6 GW. Para poner las cifras en perspectiva, en Am¨¦rica Latina no se ha iniciado la construcci¨®n de ninguna central desde 2016, y, desde 2019, tampoco se ha hecho en ning¨²n pa¨ªs de Europa, ?frica, Oriente Medio o miembro de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE).

Por ello, la nueva racha de construcci¨®n desenfrenada ha suscitado dudas sobre el compromiso de Pek¨ªn para eliminar progresivamente la quema de este combustible f¨®sil, el m¨¢s contaminante, y del que provienen alrededor del 70% de las emisiones de la segunda econom¨ªa mundial. Adem¨¢s de las emisiones de CO?, preocupan las de metano. China tambi¨¦n es el mayor emisor de este gas de efecto invernadero, con 28 millones de toneladas anuales, seg¨²n la AIE, y, el domingo, Climate Trace revel¨® que las minas de carb¨®n fueron las responsables de una gran proporci¨®n del aumento de estas emisiones en 2021 y 2022. El mes pasado, Xi Jinping y su hom¨®logo estadounidense, Joe Biden, se comprometieron a colaborar en la b¨²squeda de formas de reducirlo y a incluirlo en sus pr¨®ximos planes clim¨¢ticos nacionales. Pek¨ªn ya ha anunciado una hoja de ruta, aunque sin proporcionar demasiados detalles.

Disminuir la utilizaci¨®n del carb¨®n en todo el mundo figura entre los puntos centrales de las conversaciones que est¨¢n teniendo lugar estas semanas con motivo de la COP28. Fue precisamente en la cumbre del clima de Glasgow, hace dos a?os, cuando el mandatario chino anunci¨® que su pa¨ªs alcanzar¨ªa el pico de emisiones de CO? para finales de esta d¨¦cada y la neutralidad de carbono (llegar a emitir a la atm¨®sfera la misma cantidad de gases que se absorbe por otras v¨ªas) antes de 2060. Para 2030, China espera, adem¨¢s, reducir sus emisiones de CO? por unidad de PIB en al menos un 60% en comparaci¨®n con los niveles de 2005 y que el 25% de la electricidad se genere a trav¨¦s de combustibles no f¨®siles.

Dimitri de Boer, responsable para Asia de la organizaci¨®n Client Earth, considera que, ¡°a pesar de las inversiones en energ¨ªa de carb¨®n que se est¨¢n produciendo¡±, el medio ambiente contin¨²a siendo una prioridad, y muestra de ello son los megaproyectos de energ¨ªas limpias que se han puesto en marcha en el norte del pa¨ªs o la gran apuesta por los veh¨ªculos de nuevas energ¨ªas (China es el mayor productor, consumidor y exportador de coches el¨¦ctricos del planeta). ¡°Hemos predicho que China entrar¨ªa en una meseta de m¨¢ximos de carbono por estas fechas, y algunos de los ¨²ltimos an¨¢lisis sugieren que puede estar ocurriendo¡±, asegura De Boer. El nuevo reto es que ¡°los efectos del cambio clim¨¢tico est¨¢n empezando a azotar el pa¨ªs, justo cuando las tecnolog¨ªas ecol¨®gicas y la movilidad el¨¦ctrica est¨¢n despegando¡±, se?ala.

Seguridad energ¨¦tica

A pesar de ser la naci¨®n con la mayor capacidad de producci¨®n de energ¨ªas verdes, actualmente, la solar y e¨®lica solamente generan el 10% de la electricidad total. Por eso, las autoridades esgrimen como argumento que la energ¨ªa a partir de carb¨®n garantiza un suministro estable, y que sirve de apoyo a la producci¨®n de electricidad intermitente a partir de renovables.

¡°China hab¨ªa asumido una postura m¨¢s agresiva a favor de la descarbonizaci¨®n antes de 2021, y parec¨ªa que las plantas de carb¨®n desaparecer¨ªan mucho m¨¢s r¨¢pido de lo esperado¡±, cuenta por tel¨¦fono Cosimo Reis, analista de la consultora Trivium China. La crisis en¨¦rgica del oto?o de 2021 cambiar¨ªa el curso de los acontecimientos. Entonces, m¨¢s de la mitad de las provincias de China se vieron obligadas a adoptar alg¨²n tipo de medida de racionamiento de la electricidad debido a una oleada de apagones sin precedentes; al verano siguiente, la ola de calor y las sequ¨ªas tambi¨¦n provocaron apagones industriales en algunas regiones. ¡°Hubo un caldeado debate sobre sus causas; muchas voces manifestaron que las energ¨ªas renovables no eran fiables y que el sistema a¨²n no era los suficientemente maduro para la transici¨®n¡±, explica Reis, ¡°que no se pod¨ªa sacrificar la seguridad energ¨¦tica¡±, detalla.

Con este tel¨®n de fondo, el Centro de Desarrollo e Investigaci¨®n, adscrito al Gobierno chino, adelant¨® en septiembre que la capacidad de producci¨®n de electricidad a partir de carb¨®n podr¨ªa incrementarse en m¨¢s de 200 GW a finales de la d¨¦cada. El m¨¢ximo responsable chino para el clima, Xie Zhenhua, lleg¨® a describir la eliminaci¨®n total de los combustibles f¨®siles como ¡°poco realista¡±. No obstante, Reis opina que ¡°no est¨¢ del todo claro¡± cu¨¢ntos de esos proyectos ver¨¢n finalmente la luz.

Y es que China tambi¨¦n enfrenta un exceso de capacidad de generaci¨®n de electricidad a partir de carb¨®n, con una tasa de utilizaci¨®n de centrales que apenas super¨® el 50% en 2022. ¡°Durante a?os, se liber¨® espacio en la red para electricidad limpia. De hecho, muchas de esas plantas de carb¨®n est¨¢n perdiendo cantidades ingentes de dinero¡±, expone Reis. Ante esta situaci¨®n, a partir del 1 de enero, las centrales recibir¨¢n pagos fijos por capacidad en lugar de por la electricidad que generen. Los regulares aseguran que esto fomentar¨¢ la transici¨®n ecol¨®gica y garantizar¨¢ la viabilidad financiera de las reservas de carb¨®n, que se emplean en los picos de demanda o cuando la electricidad a partir de renovables es insuficiente. ¡°La cuota del carb¨®n en la producci¨®n de electricidad est¨¢ cayendo, y eso no va a cambiar¡±, asevera Reis, quien agrega que ¡°es innegable que [esta apuesta] ayudar¨¢ a estabilizar el sistema¡±.

¡°Nuestra estrategia consiste en primero construir y luego desmantelar¡±, explic¨® en octubre Sun Zhen, asesor del Departamento de Cambio Clim¨¢tico del Ministerio de Ecolog¨ªa y Medio Ambiente, durante un seminario organizado por Naciones Unidas y la Embajada de Espa?a en Pek¨ªn. ¡°De esta manera garantizamos la seguridad energ¨¦tica mientras desplegamos con la mayor celeridad posible nuevas fuentes de energ¨ªa renovable, estableciendo as¨ª una base s¨®lida para reducir progresivamente el uso de energ¨ªas f¨®siles¡±, detall¨®.

Desde Greenpeace para Asia Oriental, sin embargo, enfatizan que la clave es mejorar la infraestructura tecnol¨®gica de la red y hacerla m¨¢s estable y eficiente, e insisten en que ¡°el almacenamiento energ¨¦tico es crucial para la transici¨®n ecol¨®gica¡±. El desaf¨ªo persistente es transportar la energ¨ªa que China produce (principalmente en la parte occidental del pa¨ªs) a los lugares en los que m¨¢s se consume (en el Este de la naci¨®n). De hecho, las cinco provincias que m¨¢s centrales de carb¨®n han aprobado desde 2021 son los centros industriales y principales importadores de electricidad.

Reis se muestra optimista con el futuro ecol¨®gico de China: ¡°Este a?o hemos visto un r¨¦cord de crecimiento en la capacidad de energ¨ªa solar y e¨®lica, y muchos en la industria consideran que podr¨¢n llegar a satisfacer la creciente demanda nacional, aunque por supuesto llevar¨¢ tiempo¡±. ¡°China tiene toda la predisposici¨®n para mantener su posici¨®n de liderazgo y alcanzar sus objetivos medioambientales¡±, apostilla.

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