PhotoEspa?a premia la experimentaci¨®n y originalidad de Thomas Ruff y Chema Madoz

Los fot¨®grafos Thomas Ruff y Chema Madoz pertenecen a mundos creativos muy alejados. Comparten, eso s¨ª, un af¨¢n por la constante experimentaci¨®n y la b¨²squeda de la originalidad. As¨ª lo consideran los organizadores del festival PhotoEspa?a, que han querido reconocer a ambos artistas su aportaci¨®n a la fotograf¨ªa, un medio que en los ¨²ltimos 30 a?os ha vivido una explosi¨®n sin precedentes.

Ruff, nacido en la localidad alemana de Zell am Hamersbach en 1958, ha obtenido el premio PhotoEspa?a 2011 "como reconocimiento a su personalidad art¨ªstica radical, precisa y coherente y su experimentaci¨®n en torno a las propiedades de la fotograf¨ªa". El madrile?o Madoz, su coet¨¢neo, ha merecido el premio Bartolom¨¦ Ros "por la originalidad de su obra y la solidez en su trayectoria, con un lenguaje conceptual y enormemente sugerente".

Una de las series m¨¢s conocidas de la obra de Ruff, los retratos de gran formato que realiz¨® en la d¨¦cada de los ochenta, puede verse en la exposici¨®n 1000 caras / 0 caras / 1 rostro. Cindy Sherman, Thomas Ruff, Frank Montero Collado, instalada en la sala Alcal¨¢ 31 de Madrid como parte de la programaci¨®n de PhotoEspa?a. En ella se explora la cuesti¨®n de la identidad a partir de la obra de Sherman, que ha hecho de sus infinitas suplantaciones de personalidad la marca de su obra, mientras que Ruff, por el contrario, elimina la individualidad de los personajes que retrata. La exposici¨®n se completa con la obra de un fot¨®grafo desconocido, el mexicano Frank Montero Collado, que se fotografi¨® a lo largo de las distintas etapas de su vida.

Seg¨²n Ruff, su obra y la de Madoz coinciden en una aproximaci¨®n "artesana" a la producci¨®n fotogr¨¢fica, aunque reconoci¨® que ¨¦l forma parte de una "tradici¨®n alemana clara". El artista, formado en la Academia de Arte de Dusseldorf, fue disc¨ªpulo de Bernd Becher y se le suele incluir en la llamada Escuela de Dusseldorf, la generaci¨®n de fot¨®grafos alemanes que a partir de la d¨¦cada de los ochenta desarroll¨® una nueva objetividad, integrada por nombres como Candida H?ffer, Thomas Struth y Andreas Gursky. Sus obras han disparado las cotizaciones de las fotograf¨ªas como piezas de coleccionismo.

"Todos nosotros ¨¦ramos artistas individuales, pero como siempre hay que categorizar, pues se dice 'estos vienen de D¨¹sseldorf y hacen fotos de gran formato, pues los llamamos escuela de Becher. Pero tenemos estilos diferentes. Solo coincidimos en el lugar y en el medio. El ¨¦xito de este grupo es que fue que coincidimos en el momento justo, en el lugar adecuado y quiz¨¢s tambi¨¦n usando el medio oportuno", ha matizado Ruff esta ma?ana tras recibir el premio. En opini¨®n de Madoz, el alem¨¢n y ¨¦l coinciden "en la frialdad de la mirada", independientemente de lo que fotograf¨ªen. El madrile?o ha construido una obra muy personal a base de objetos imposibles de su invenci¨®n que juegan con la l¨®gica del espectador.

Otros premios de la presente edici¨®n de PhotoEspa?a han ido a parar al fot¨®grafo mexicano Fernando Brito, premio Descubrimientos PHE, y al checo Jan C¨¢ga que ha recibido el Premio OjodePez de Valores Humanos por su serie Swimmers with a disability (Nadadores con discapacidad).

La galer¨ªa Helga de Alvear ha recibido el Premio Festival Off por la exposici¨®n de Isaac Julien Ten thousand waves, mientras que el premio al mejor libro de fotograf¨ªa del a?o en categor¨ªa nacional ha sido para Europa de Bernard Plossu, coeditado por la Fundaci¨®n Santander 2016 y La F¨¢brica Editorial. El premio al mejor libro de fotograf¨ªa internacional lo ha conseguido Destroy this memory, de Ricard Misrach, editado por la firma estadounidense Aperture Foundation. El galard¨®n a la editorial destacada del a?o ha sido para Nobody (Reino Unido) por sus publicaciones B Side, de Stephen Grill y Coming up for air, de Stephen Gill.