Hacia una revoluci¨®n de la lectura
Roger Chartier, prestigioso experto en historiograf¨ªa, reclama un profundo cambio de estrategias en el mundo del libro para afrontar la nueva era anal¨®gico-digital
![Nave de la distribuidora Machado Libros, en Madrid](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FSPQIFZMXIS4PRF3N74PCSN4PY.jpg?auth=ba1b50e8f10ff3a9988a171f1e2cfa37d6bde4692b0be1075cb7c5b7c8cbc6ed&width=414)
Una certeza: ni apocal¨ªpticos, ni rom¨¢nticos del libro y la lectura. ?Bienvenidos al reino de la incertidumbre! Un territorio sin horizonte claro que desmiente cada d¨ªa a los gur¨²s, porque ¡°lo ¨²nico cierto es la inevitable convivencia de lo anal¨®gico y lo digital donde no se sabe cu¨¢l de los dos soportes dominar¨¢¡±. Es la constataci¨®n de la realidad, por si hab¨ªa dudas, que hace Roger Chartier (Lyon, 1945), uno de los m¨¢s prestigiosos expertos en historiograf¨ªa y director de la Escuela de Estudios Superiores de Ciencias Sociales (EHESS), de Par¨ªs. Jubilaci¨®n o salida de un mundo y llegada de otro donde, afirma Chartier, en su reordenaci¨®n, la escuela y los medios de comunicaci¨®n deben jugar un papel fundamental para preservar, conservar y reforzar valores centenarios que contribuyen a la mejor formaci¨®n del individuo.
Aunque no se trata de una nueva era de un mundo reci¨¦n hecho, a lo Macondo, donde las cosas son tan nuevas que no tienen nombre y deben ser se?aladas con el dedo, s¨ª deben ser renombradas, redefinidas, redescritas, reinterpretadas, recalificadas¡
Una realidad vacilante que obliga, asegura Chartier, a varios cambios, empezando por la propia historiograf¨ªa. ¡°Todo debe ser m¨¢s exigente, debido a los riesgos indomables de la Red, porque el lector fiscaliza el trabajo. Y a su vez hay que orientarlo y ense?arle a valorar y a moverse en el oc¨¦ano de Internet. Y esa es una carencia hoy¡±.
Todo debe ser m¨¢s exigente, debido a los riesgos indomables de la Red, porque el lector fiscaliza el trabajo. Y a su vez hay que orientarlo y ense?arle a valorar y a moverse en el oc¨¦ano de Internet. Y esa es una carencia hoy
Palabras que sirven de ep¨ªgrafe a Chartier, en un par¨¦ntesis de su curso Creaci¨®n, edici¨®n y lectura: presente y pasado, en la Casa del Lector, de Madrid. Si el panorama descrito y analizado verbalmente, en estos cincuenta minutos de entrevista, se plasmara en una nube digital de t¨¦rminos, al estilo de un blog, las palabras m¨¢s prominentes, por el n¨²mero de veces usadas o el ¨¦nfasis puesto en ellas, ser¨ªan: maravilloso, riesgo, orden, cambio, inquietante, democratizaci¨®n, autoridad, confianza, prescripci¨®n, reforzar, coexistencia, transformaci¨®n, yuxtaposici¨®n, identidad, amenaza, medios de comunicaci¨®n, lector. Palabras y conceptos mentados, aqu¨ª y all¨¢, por el autor de obras tales como El mundo como representaci¨®n. Historia cultural: entre pr¨¢ctica y representaci¨®n, en varios aspectos con un esp¨ªritu claro:
Una exigencia: Los historiadores tienen mejores herramientas de trabajo gracias al mundo virtual, lo que tambi¨¦n es un riesgo porque ¡°les obliga a una mayor exigencia en la comprobaci¨®n de datos, escritura o citas, por ejemplo, porque el lector fiscalizar¨¢ todo lo que diga y si se equivoca¡ La gente tiene la posibilidad de participar en tres aspectos: investigaci¨®n, escritura y publicaci¨®n en formato digital¡±.
Una duda: Es un mundo ¡°maravilloso e inquietante¡± en el cual todos pueden aportar. La gran democratizaci¨®n de la creaci¨®n y la divulgaci¨®n. ¡°Es una especie del sue?o del pasado, como en la Ilustraci¨®n, porque cada uno puede participar en la construcci¨®n del presente. Pero eso implica la desaparici¨®n del orden y del discurso instaurado desde Gutenberg donde hay un pacto de confianza sobre la profesionalizaci¨®n de lo publicado y ahora ese cr¨¦dito cient¨ªfico es dudoso y aumentan los riesgos de la falsificaci¨®n y las trampas¡±.
Una advertencia: Librer¨ªas, bibliotecas y medios de comunicaci¨®n son los puntos m¨¢s fr¨¢giles en el ecosistema del libro y la divulgaci¨®n de la cultura. Por eso ¡°este mundo dual requiere medidas urgentes. El fomento y la promoci¨®n de la lectura deben cambiar, reforzarse y adaptarse a los nuevos tiempos¡±.
Una petici¨®n: La revoluci¨®n en la manera de crear, adquirir y divulgar conocimiento y cultura, adem¨¢s, de la posibilidad de la yuxtaposici¨®n de la informaci¨®n en la pantalla pide cautela. ¡°No debemos quedarnos solo en la promoci¨®n de la lectura. Hay que ir m¨¢s all¨¢: trascender a los temas de siempre, a aspectos relacionados con el resto de la vida que hoy se complementan y desarrollan fuertemente en la Red, como la amistad, el amor y la socializaci¨®n en general. La identidad electr¨®nica es m¨¢s manipulable que la tradicional. El Yo cambia. Hay que prestar m¨¢s atenci¨®n a esa dimensi¨®n filos¨®fica del ser humano en el mundo anal¨®gico y digital que propicia un Yo diseminado¡±.
Una cr¨ªtica: Se debe promocionar la cr¨ªtica como modelo de formaci¨®n de buenos lectores. ¡°La cr¨ªtica debe ser un juicio de presentaci¨®n que d¨¦ conocimiento de lo que est¨¢ en la obra. M¨¢s que adjetivar y coger el camino f¨¢cil, o decir que algo es malo o bueno, con juicios rotundos que pueden resultar m¨¢s divertidos, se trata de dar elementos de juicio al lector y bases para que comprenda la obra y aprenda a valorarla por s¨ª mismo. Es la manera ¨²til de prescribir. Tambi¨¦n, hacer visible lo que no es tan visible, por ejemplo libros en otros idiomas o de otros pa¨ªses. Es una contradicci¨®n del mundo global donde se tiende dar m¨¢s voz a lo que ya lo tiene y se descuida lo que no lo tiene, cuando esto puede abrir nuevas v¨ªas de conocimiento¡±.
Una alianza: En un mundo con sobreinformaci¨®n gracias a Internet, y ante la democratizaci¨®n a ultranza de creaci¨®n y difusi¨®n que puede hacer cualquiera en la Red, se requiere de unos medios de comunicaci¨®n y de una escuela que contribuyan, sobre todo a las nuevas generaciones, ¡°a la ense?anza de aprender a discernir toda esa informaci¨®n, saber qu¨¦ merece la pena, adem¨¢s de se?alarles lo que es destacable. El prescriptor est¨¢ en riesgo y no debe ser as¨ª. Debe cambiar sus estrategias. A lo mejor, una manera de atraer lectores es con la provocaci¨®n y para llamar la atenci¨®n desde la rebeld¨ªa, por ejemplo con una campa?a que diga: ¡®Leer es malo para la salud¡¯. Y Roger Chartier r¨ªe mientras improvisa m¨¢s esl¨®ganes en esa l¨ªnea.
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