Una corbata con s¨ªmbolos taurinos hasta que los toros vuelvan a Catalu?a
Juan Manuel Albendea, exdiputado del PP, fue la voz de la tauromaquia en el Congreso
Juan Manuel Albendea (Cabra, C¨®rdoba, 1937), exdiputado del PP, est¨¢ convencido de que morir¨¢ con una corbata taurina al cuello. Se prometi¨® a s¨ª mismo que la llevar¨ªa hasta el momento mismo en que los toros volvieran a Catalu?a. Y la promesa data del verano de 2010, cuando el Parlament decidi¨® acabar con la fiesta taurina en la Comunidad. A¨²n no ha vuelto, y hay fundados temores de que no volver¨¢ a pesar de la sentencia favorable del Tribunal Constitucional.
Y as¨ª sigue y seguir¨¢ Albendea con su corbata al cuello (¡°tengo unas 14 con motivos taurinos¡±, dice) como un personal y peculiar modo de protesta.
Ha sido la voz de la fiesta de los toros en la C¨¢mara baja durante cinco legislaturas, ¡ªdesde la VI a la X¡ª, desde marzo de 1996 hasta octubre de 2015. Tras su salida del hemiciclo, la tauromaquia ha vuelto al habitual anonimato entre los representantes de la soberan¨ªa ciudadana; pero aquellas solemnes paredes han o¨ªdo hablar de toros en muchas ocasiones gracias a la constancia, energ¨ªa y pasi¨®n de Albendea.
Bancario, aficionado a los toros (confiesa que a punto estuvo de ser torero), pol¨ªtico, mon¨¢rquico¡ y profesor de sevillanas de Soraya Sa¨¦nz de Santamar¨ªa.
¡°El Gobierno cumple la ley taurina, pero con lentitud¡±
¡ªUn d¨ªa, cuando la actual vicepresidenta del Gobierno era portavoz del Grupo Popular, me dijo: ¡®Te voy a conceder dos cargos, que seas presidente de la Comisi¨®n de Cultura y mi profesor de sevillanas¡¯. Una vez se atrevi¨® a bailar conmigo en alguna celebraci¨®n navide?a, pero creo que no lleg¨® a aprender.
En el amplio sal¨®n de su casa sevillana, rodeado de libros, carteles, fotos y trofeos taurinos, el exdiputado muestra orgulloso el documento de su vida laboral que certifica que ha cotizado sesenta a?os y cinco meses a la Seguridad Social, lo que le da derecho a disfrutar de una m¨¢s que merecida jubilaci¨®n entre nietos, festejos taurinos y muchos recuerdos.
A los 17 a?os, comenz¨® a trabajar como auxiliar administrativo en el Banco Atl¨¢ntico; poco despu¨¦s, ingres¨® en el Banco Bilbao, compagin¨® los estudios de Derecho con la atenci¨®n a los clientes, y pronto alcanz¨® altos puestos de responsabilidad. Cuando se jubil¨® voluntariamente en 1996 era adjunto al presidente Emilio Ybarra, puesto al que accedi¨® tras una larga etapa como director regional del Bilbao en Andaluc¨ªa.
Y asegura que se march¨® de la banca presionado por su vocaci¨®n pol¨ªtica, que le inculc¨® un hermano de su madre, Jes¨²s Pab¨®n, que fue diputado de la CEDA en la Rep¨²blica y director de la Real Academia de la Historia.
A los 59 a?os, tras un flirteo fallido con el Partido Andalucista, Javier Arenas le tendi¨® una mano para que entrara en las listas al Congreso del Partido Popular por Sevilla, lo que le permiti¨® forjar una intensa y larga carrera parlamentaria en las Comisiones de Econom¨ªa, Tribunal de Cuentas, Uni¨®n Europea, Defensor del pueblo, y, sobre todo, en la de Cultura, de la que fue presidente en los ¨²ltimos a?os de su estancia en la Carrera de San Jer¨®nimo.
¡ª¡°Yo no entr¨¦ en pol¨ªtica para defender los toros, pero he tenido esa suerte¡±, comenta orgulloso. Sus dos temas predilectos han sido los toros y los presupuestos de la Casa del Rey, que ha defendido ante el pleno, a?o tras a?o, dado su apego a la monarqu¨ªa en la persona de don Juan Carlos, a quien conoci¨® en Madrid en sus tiempos de estudiante, cuando el joven pr¨ªncipe acud¨ªa a la capital para someterse a los ex¨¢menes finales antes de sus vacaciones estivales en Estoril.
¡°La juventud no conoce los toros, y sin nuevos aficionados no hay futuro¡±
M¨¢s de 20 intervenciones plenarias y multitud de preguntas a distintos Gobiernos sobre cuestiones taurinas avalan su trayectoria como aficionado comprometido en el Congreso de los Diputados.
¡ª¡°Pero la m¨¢s importante, sin duda, fue la defensa de la ponencia que dio lugar a la ley 18/2013 que regula la tauromaquia como patrimonio cultural, ¡ªafirma Albendea¡ª, porque es la primera vez que se obliga al Gobierno y defender y proteger la tauromaquia de acuerdo con el art¨ªculo 46 de la Constituci¨®n¡±.
¡ª?Y es cierto que el Gobierno cumple la ley?
¡ªCreo que s¨ª, pero con lentitud.
¡ªPero, ?usted cree que hay alg¨²n partido pol¨ªtico que de verdad defienda la fiesta de los toros?
¡ªBueno¡, en los programas del PP y PSOE no figura la desaparici¨®n de la tauromaquia, pero tampoco defenderla con todas sus fuerzas¡ esa es la verdad. Sin embargo, en mi partido nadie ha votado nunca en contra de los toros, y, al mismo tiempo, me ha sorprendido la frialdad de los socialistas. Nunca han votado a favor de ninguna propuesta taurina, siempre lo han hecho en contra o se han abstenido con argumentos muy d¨¦biles o enmiendas inoportunas para justificar su decisi¨®n.
Dice que qued¨® impresionado la primera vez que fue a los toros a la edad de once o doce a?os de la mano de su hermano mayor; despu¨¦s, frecuent¨® Las Ventas junto a uno de sus t¨ªos, y aprendi¨® de los aficionados veteranos en el Club Taurino Madrile?o, al que se afili¨® junto al desaparecido Vicente Zabala cuando ambos eran unos j¨®venes incipientes.
Lector empedernido y conocedor profundo de la historia de la tauromaquia, cuenta con una biblioteca de m¨¢s de mil vol¨²menes taurinos cuyo futuro desconoce en estos momentos. Ninguno de sus siete hijos ha heredado la afici¨®n de su padre, y Albendea estima que los libros ser¨¢n donados a alguna instituci¨®n.
Siendo director regional del Banco de Bilbao en Andaluc¨ªa ejerci¨® como cr¨ªtico taurino en el diario sevillano El Correo de Andaluc¨ªa bajo el seud¨®nimo de Gonzalo Argote y, poco despu¨¦s, y con el mismo nombre, escribi¨® de toros en EL PA?S como corresponsal en la Maestranza.
¡ªHe toreado mucho en el campo, y a punto estuve de participar en una novillada sin caballos en un pueblo de Madrid. Ten¨ªa entonces la intenci¨®n de ser torero, y creo que lo hubiera intentado si en ese momento cuento con la ayuda necesaria; quiz¨¢, no ten¨ªa el valor suficiente, no s¨¦¡
Albendea no es nada optimista sobre el presente y el futuro de la fiesta.
¡ªNo; la fiesta es cara y cada vez somos m¨¢s mayores los aficionados a los toros. Hay que bajar los precios de las entradas y que los medios de comunicaci¨®n, especialmente la televisi¨®n p¨²blica, le dediquen la atenci¨®n que merecen. La juventud no conoce los toros y sin nuevos aficionados no hay futuro. No entiendo por qu¨¦ todos los informativos est¨¢n invadidos por el f¨²tbol y no se retransmiten corridas de toros.
¡ªPero la sociedad¡
¡ªS¨ª, la sociedad moderna no est¨¢ muy implicada; la veo un poco alejada de la esencia de la ley que considera la tauromaquia como patrimonio cultural. En fin, no creo que los toros desaparezcan, pero si cada vez va menos gente a las plazas¡
La sociedad y el Gobierno¡ Juan Manuel Albendea se queda pensativo cuando se le pregunta si alguna ha hablado de toros con Mariano Rajoy o Soraya Sa¨¦nz de Santamar¨ªa.
¡ªNo, no lo recuerdo. Y no parece que ninguno de los dos sea aficionado. Al menos, no se les ve por las plazas.
Lo dicho: el exdiputado, aficionado comprometido y apasionado, est¨¢ condenado de por vida a lucir una corbata con motivos taurinos. ?l lo ha querido¡
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