Una tarde para meterse en la cama
Luis Bol¨ªvar cort¨® una oreja de poco peso a un toro noble y con clase de La Palmosilla
La Palmosilla / Bol¨ªvar, Adame, Serna
Toros de La Palmosilla, correctos de presentaci¨®n, muy blandos (inv¨¢lidos primero y tercero) y nobles. Destac¨® por su clase el cuarto.
Luis Bol¨ªvar: pinchazo y estocada ca¨ªda (silencio); estocada baja (oreja).
Joselito Adame: -aviso pinchazo-, estocada ca¨ªda y perpendicular, dos descabellos (2? aviso) y un descabello (silencio); pinchazo y casi entera trasera (silencio).
Rafael Serna: gran estocada (palmas); pinchazo, estocada atravesada -aviso- (silencio).
Plaza de la Maestranza. Tercera corrida de la Feria de Abril. 12 de abril. Menos de media entrada.
La tarde estaba¡ La tarde estaba para coger la escopeta y el perro¡ y meterse en la cama con el perro.
Hab¨ªa llovido copiosamente durante todo el d¨ªa. El cielo, encapotado y gris¨¢ceo. Una temperatura de diez grados (en Sevilla, eso es fr¨ªo siberiano) y un cartel, sobre el papel, sin muchas expectativas. En fin, que el p¨²blico prefiri¨®, si no la cama, s¨ª el cafelito en el sal¨®n de su casa y ver los toros por la tele, con el perro echado sobre las zapatillas.
Y acertaron los que tomaron tan sabia decisi¨®n. Llovi¨® con fuerza durante la lidia del primer toro, se asom¨® despu¨¦s el sol, pero el fr¨ªo se qued¨® en los huesos de los valientes que aguantaron el chaparr¨®n y el anodino espect¨¢culo que ofrecieron toros y toreros.
Toros los de La Palmosilla, muy sevillanos, de correcta presentaci¨®n, muy blandos y nobles; en el l¨ªmite de casi todo, una corrida moderna, como gusta hoy a los p¨²blicos generosos. Dos toros inv¨¢lidos que debieron volver a los corrales y otros dos, segundo y cuarto, que merecieron mejor trato de los toreros.
Bueno¡ los toreros. Dos de ellos, los m¨¢s veteranos, amortizados, y un tercero, el m¨¢s joven, sin suerte en el lote y oscuras perspectivas de futuro.
Luis Bol¨ªvar cort¨® una oreja a su segundo, ese toro cuarto, blando como los dem¨¢s, que no empuj¨® en varas, mordi¨® el polvo al tercer muletazo, pero pronto se reh¨ªzo y mostr¨® a las claras su clase, su nobleza, su movilidad y calidad en la embestida. Un toro de hoy para hacer el buen toreo, un toro con el que sue?an los toreros, que no molesta y permite colocarte y ponerte bonito.
Bol¨ªvar dio muchos pases, aceptables la mayor¨ªa, mejores los de pecho, y son¨® la m¨²sica, pero su labor no acab¨® de remontar. Luci¨® m¨¢s el toro que el torero. Dio el colombiano la impresi¨®n de que se le ha pasado el arroz, de que su toreo es mudo, de que, aunque lo haga bien, no dice nada. Mat¨® de una estocada baja y le concedieron una oreja de poco peso. Se justific¨® como pudo ante el inservible primero, inv¨¢lido consumado, con el que todos perdimos el tiempo.
Llam¨® la atenci¨®n el momento de Joselito Adame. Muchas prisas, excesiva superficialidad, oportunidad perdida, cientos de pases anodinos, aburrimiento y preocupaci¨®n generalizada.
Dijo ser un pegapases ante su primero, un toro que destac¨® por su movilidad y obediencia, con el que no se entendi¨® en momento alguno. Comenz¨® por estatuarios, continu¨® por la derecha, por la izquierda despu¨¦s, y as¨ª hasta siete tandas ¡ªtodo muy r¨¢pido, sin hondura alguna¡ª y parec¨ªa que aquello no ten¨ªa fin. Y m¨¢s fr¨ªo y frialdad en los semblantes. Un pesti?o de Joselito. Menos bondadoso fue el quinto, aunque embisti¨®, con menos clase, pero con la obediencia debida. Tampoco se aclar¨® entonces el mexicano, y pas¨® por Sevilla con m¨¢s pena que gloria.
Y no tuvo suerte el joven Rafael Serna, que volv¨ªa a esta plaza tras su accidentada alternativa en San Miguel del a?o pasado. Repuesto de la cornada de entonces, brind¨® al equipo m¨¦dico su primer toro a sabiendas de que era un nobil¨ªsimo e inservible marmolillo. Dibuj¨® tres o cuatro naturales enjundiosos y el p¨²blico los jale¨®, en lugar de protestar la invalidez del animal. De ah¨ª al carret¨®n hay un paso, y es m¨¢s barato. Y tuvo el torero un detalle impropio: sali¨® a saludar al tercio sin ser reclamado por nadie. Eso se llama mendigar palmas y est¨¢ feo. Afanoso y sin beneficio alguno estuvo ante el dificultoso sexto.
Llovi¨® con fuerza al final del festejo. El viernes, muchos espectadores no volver¨¢n porque estar¨¢n obligatoriamente encamados a causa del fr¨ªo. Lo dicho: acertaron los del perro. ?Por qu¨¦ no vender¨¢n en la plaza caf¨¦ calentito en lugar de tanta copa larga con mucho hielo?
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