Dos p¨¢ginas in¨¦ditas del diario de Ana Frank muestran su curiosidad por el sexo
Un procedimiento fotogr¨¢fico digital permite descubrir sus referencias a las relaciones y la prostituci¨®n
Las p¨¢ginas 78 y 79 de Kitty, el nombre dado por Ana Frank a su primer diario, con tapa de cuadros rojos, que recibi¨® el 12 de junio de 1942, por su cumplea?os, eran un enigma. Con tachones y papel de estraza pegado encima resultaba imposible leerlas. Hasta ahora. Gracias a un procedimiento fotogr¨¢fico digital, la fundaci¨®n que lleva su nombre en ?msterdam ha presentado este martes unos pasajes en los que la adolescente, de 13 a?os, se preguntaba qu¨¦ har¨ªa si alguien le pidiese que le instruyese "sobre asuntos de sexo". "?C¨®mo iba a hacerlo? Esta es la respuesta", escribe. Son reflexiones propias de su edad que arrojan nueva luz sobre su personalidad.
Ambas p¨¢ginas fueron descubiertas en 2001, cuando fueron escaneados todos los manuscritos de Ana Frank. Est¨¢n fechadas el 28 de septiembre de 1942, cuando llevaba dos meses oculta de los nazis junto con su familia y otros tres amigos de sus padres. Todos viv¨ªan en la parte de atr¨¢s de una casa de los canales de la capital holandesa y en noviembre llegar¨ªa otro conocido. A pesar de la situaci¨®n, ¡°Ana no pierde la curiosidad de los adolescentes sobre la sexualidad¡±, seg¨²n Ronald Leopold, director de la fundaci¨®n. Y como la chica ten¨ªa dotes para la escritura, mezcla bromas sobre lo que imagina que puede estar pasando fuera con sus anhelos m¨¢s ¨ªntimos. En la primera p¨¢gina, anuncia que piensa "plasmar bromas obscenas". Como esta: "?Sabes por qu¨¦ hay chicas de las Fuerzas Armadas alemanas en Holanda? Para servir de colch¨®n a los soldados". La burla produce cierta incomodidad, dada la ocupaci¨®n nazi del pa¨ªs, pero muestra que Ana era una ni?a como las dem¨¢s. "Este tipo de chanzas sucias son cl¨¢sicas de su edad, y es imposible evitar una sonrisa al leerlo", asegura Frank van Vree, director del Instituto para el estudio de la Guerra, el Holocausto y el Genocidio (NIOD, en sus siglas en neerland¨¦s), que ha colaborado en el trabajo.
Con la sexualidad, Ana se pone seria. En la segunda p¨¢gina se hace la pregunta del principio. ?C¨®mo podr¨ªa responder ella a una pregunta sobre sexo? Luego analiza la llegada de la regla, hacia los 14 a?os, y sus consecuencias, un tema que aparece en otro momento del texto. "Es un signo de que una chica est¨¢ lista para tener relaciones con un hombre. Pero eso no se hace antes del matrimonio. Despu¨¦s, s¨ª. Tambi¨¦n se puede decidir [a partir de entonces] si se quiere tener ni?os o no. Si es que s¨ª, el hombre se echa sobre la mujer y deja su semilla en la vagina de ella. Todo sucede con movimientos r¨ªtmicos¡±. Cuando la pareja decide evitar los ni?os, ¡°la mujer toma medidas internas y eso ayuda¡±. ¡°Puede fallar, claro, pero si de verdad quieres hijos, a veces no es posible. Al hombre le gustan estas relaciones y las desea; la mujer algo menos, pero tambi¨¦n¡±.
La prostituci¨®n y la homosexualidad aparecen asimismo en estas p¨¢ginas, con ingenuidad. ¡°Si los hombres son normales, van con mujeres. Por la calle, hay mujeres que hablan con ellos y entonces se van juntos. En Par¨ªs, hay casas muy grandes para eso. Pap¨¢ ha estado all¨ª. El t¨ªo Walter no es normal. Hay chicas que venden esta relaci¨®n¡±.
El Instituto Huygens para la Historia Holandesa ha participado tambi¨¦n en este esfuerzo, y sus portavoces se?alan que ¡°lo m¨¢s probable es que Ana misma pegara las p¨¢ginas¡±. Otto Frank, el padre, fue el ¨²nico superviviente del Holocausto de su familia. La madre y la hermana murieron, como Ana en los campos de concentraci¨®n. En 1947, antes de la publicaci¨®n del Diario, ¨¦l censur¨® cinco p¨¢ginas en las que la ni?a hablaba de las rencillas entre sus padres y la dif¨ªcil relaci¨®n con su madre. En 1998, fueron a?adidas a una edici¨®n considerada completa. El Diario de Ana Frank ha sido traducido a 70 lenguas y publicado en 60 pa¨ªses, seg¨²n su fundaci¨®n.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.