La historia que esconde la voz de Andrea Bocelli

No fueron pocas las personas que intentaron convencer al tenor italiano Andrea Bocelli (Lajatico, 1958) de que jam¨¢s conseguir¨ªa ser un cantante l¨ªrico.¡°Nunca en tu puta vida ser¨¢s un cantante¡±, le dijo un productor tras una actuaci¨®n en el cabaret donde sol¨ªa tocar cuando era estudiante para pagar sus estudios de derecho. ¡°No creo que tengas el m¨¢s m¨ªnimo talento para cantar ¨®pera¡±, le asegur¨® tambi¨¦n un cr¨ªtico musical. Sin embargo, la violencia de las cr¨ªticas no consigui¨® alterar al aspirante a tenor que confiesa a este peri¨®dico no haberse dejado jam¨¢s condicionar por el exterior ni por las cr¨ªticas, por muy duras que fueran. Si bien la obra art¨ªstica de Bocelli, mundialmente reconocido como uno de los cantantes l¨ªricos m¨¢s prol¨ªficos y populares de su generaci¨®n ¡ª80 millones de discos vendidos en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas¡ª no parece tener ning¨²n secreto, menos conocido es el camino que tuvo que recorrer desde el peque?o pueblo toscano de Lajatico hasta alcanzar los m¨¢s prestigiosos escenarios.

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Un recorrido que sedujo y provoc¨® la admiraci¨®n del director brit¨¢nico Michael Radford, que no dud¨® en aceptar la propuesta de adaptar al cine la novela autobiogr¨¢fica La M¨²sica del silencio escrita por el mismo Bocelli en 1999 (Un relato en tercera persona en el que el cantante recurre a la figura de su ¨¢lter ego, Amos Bardi). ¡°Jam¨¢s hab¨ªa hecho un biopic sobre alguien que a¨²n est¨¢ vivo y la verdad no fue nada f¨¢cil, pero me pareci¨® que su trayectoria merec¨ªa ser contada¡±, explica a EL PA?S por tel¨¦fono el director, que destaca en particular la capacidad del maestro italiano de superar lo que califica de drama inicial: la p¨¦rdida de la visi¨®n. Aquejado desde su nacimiento de un glaucoma cong¨¦nito que le provoca una ceguera parcial, el int¨¦rprete pierde completamente la vista a los 12 a?os. Bocelli recibe un pelotazo en los ojos mientras juega a f¨²tbol en un internado de la provincia de Reggio Emilia donde lo env¨ªan sus padres para aprender a leer en braille.

¡°Andrea jam¨¢s percibi¨® su ceguera como un obst¨¢culo¡±, asegura Radford, que asume haber enfocado La M¨²sica del silencio, que se estren¨® el pasado viernes en Espa?a, esencialmente en el aspecto humano y en el relato de la ¡°superaci¨®n¡± de su h¨¢ndicap, como hizo anteriormente en el documental Michel Petrucciani (2011), dedicado a un genio franc¨¦s del jazz, el pianista Michel Petrucciani fallecido en 1999. ¡°Uno es lo que Dios quiere que seamos. Cada uno de nosotros nace con sus virtudes y sus faltas. Nada es casual en este mundo¡±, cree Bocelli, cuya profunda fe cat¨®lica siempre fue notoria. El tenor, que se enganch¨® a la m¨²sica con tan solo tres a?os en una cl¨ªnica de Tur¨ªn, fascinado por la ¨®pera que estaba escuchando un paciente ruso en una habitaci¨®n cercana a la suya, est¨¢ convencido de que su pasi¨®n por el canto hubiera sido la misma si no hubiese sido ciego. Sencillamente, asegura a este diario, ¡°habr¨ªa sido todo menos penoso¡±.

¡°Cuando era joven me interrogaba, buscaba entender qui¨¦n era, d¨®nde estaba, a d¨®nde iba¡±, cuenta el cantante. Un cuestionamiento que no evidencia la pel¨ªcula de Radford, cuyo guion, escrito por el tambi¨¦n director de El cartero (1994), mezcla ficci¨®n y elementos autobiogr¨¢ficos. ¡°La primera parte del filme respeta bastante fielmente mi libro¡±, explica Bocelli refiri¨¦ndose al relato del descubrimiento de su don, su empe?o en seguir llevando una vida normal (en particular la pr¨¢ctica de la equitaci¨®n y del piano), su primer premio con 14 a?os en un concurso de j¨®venes talentos o la p¨¦rdida moment¨¢nea de su voz en el tr¨¢nsito hacia la adolescencia.

La segunda parte, en la que Radford aborda la ¨¦poca estudiantil de Bocelli ¡ªinterpretado por el actor brit¨¢nico Toby Sebastian¡ª, la relaci¨®n con su primer amor, sus actuaciones nocturnas en el piano bar o sus clases con su profesor de m¨²sica, el gran tenor Franco Corelli (protagonizado por Antonio Banderas), fue ¡°m¨¢s una interpretaci¨®n del director¡±, opina. ¡°El cine y la literatura son dos g¨¦neros con lenguajes muy distintos. Lo que m¨¢s me importaba era que el mensaje que quer¨ªa compartir estuviera claro y me parece que as¨ª es¡±, a?ade Bocelli, que aparece, acompa?ado por su voz en off, al principio y en el cierre de la pel¨ªcula donde alude a la necesidad ¡°de nunca perder la fe y confiar en lo que tiene pensado el creador del mundo¡±. Un relato que culmina con la primera gran actuaci¨®n del tenor junto al cantante italiano Zucchero, y su victoria en el Festival de San Remo en 1994.

Pese a que la cr¨ªtica no ha sido muy favorable, Radford cree que cumpli¨® con su objetivo: ¡°Hacer una pel¨ªcula dirigida al gran p¨²blico y en particular a los admiradores de Bocelli¡±. ¡°En Italia fue todo un ¨¦xito¡±, se enorgullece el cineasta. Para explicar su implicaci¨®n en la obra, cita a Vittorio de Sica, uno de los maestros del neorrealismo italiano: ¡°Hay dos tipos de pel¨ªculas, las del coraz¨®n y las que te dan de comer y, a veces, las segundas son mejores porque en las m¨¢s personales, uno acaba implic¨¢ndose demasiado y no piensa en la audiencia¡±.