La SGAE promete a Cultura cumplir con sus peticiones para evitar la intervenci¨®n
La entidad se compromete a introducir el voto electr¨®nico, aplicar la directiva europea incluso antes de reformar sus estatutos y aceptar el reparto que dicten de los tribunales
El Ministerio de Cultura y la SGAE llevan tiempo al borde del abismo. A veces lo miran, se asoman, y dan pasos hac¨ªa ¨¦l. Otras, de golpe, retroceden y se alejan del barranco. El ministerio anunci¨® hace justo una semana que plantear¨ªa al juez la intervenci¨®n de la entidad, tras demasiados meses de desencuentros y falta de confianza. D¨ªas despu¨¦s, Jos¨¦ Guirao pareci¨® matizar su intenci¨®n y, sin embargo, el mi¨¦rcoles envi¨® un nuevo requerimiento a la SGAE con el que le prohib¨ªa la concesi¨®n de anticipos-pr¨¦stamos a los socios. Ahora es la propia entidad la que tiende la mano a Cultura para apartarse del precipicio: hoy viernes ha remitido una serie de promesas en las que, b¨¢sicamente, se compromete a cumplir con los principales deseos del Ministerio. A cambio, la SGAE espera evitar la intervenci¨®n anunciada. De hecho, el ministro podr¨ªa renunciar a la intervenci¨®n una vez enviado el escrito al juez.
El 27 de septiembre de 2018, Cultura envi¨® un apercibimiento a la entidad, donde amenazaba por primera vez con su intervenci¨®n si no solucionaba antes de enero tres asuntos pendientes: la reforma de los estatutos ¡ªpara adaptarlos a una directiva europea¡ª, la introducci¨®n del voto electr¨®nico en sus comicios y la modificaci¨®n del reparto, para evitar desajustes a favor de la m¨²sica emitida de madrugada, que nadie ve pero ingresa millones, y que investiga la justicia. Pues bien, la SGAE propone ahora un arreglo para las tres cuestiones: cambiar su reglamento para incluir el voto electr¨®nico, ¡°aplicar directamente¡± la nueva directiva europea ¡°sin la intermediaci¨®n de los estatutos¡±, y someterse a lo que decida la justicia sobre el reparto de 2018. He aqu¨ª un indicio de las complicaciones que vive la entidad: sus ¨²ltimas tres distribuciones semestrales de los ingresos entre los socios est¨¢n recurridas ante los tribunales.
¡°En virtud de este triple compromiso, la SGAE ha solicitado a Cultura el archivo del expediente de apercibimiento. De forma paralela, la entidad se compromete a retirar el recurso contencioso-administrativo presentado contra el citado apercibimiento¡±, se lee en un comunicado emitido por la SGAE. La Audiencia Nacional ya rechaz¨® el 29 de enero la petici¨®n de la SGAE de paralizar el apercibimiento del ministerio.
La SGAE se esfuerza
La junta directiva de la entidad subraya tambi¨¦n los esfuerzos realizados en los ¨²ltimos meses. Y recuerda que elabor¨® en los tiempos previstos una propuesta de modificaci¨®n de los estatutos que recibi¨® el 58,01% de votos a favor en la Asamblea General de los socios en diciembre. Sin embargo, precisaba de una mayor¨ªa de dos tercios, de ah¨ª que la reforma fuera rechazada. ¡°La junta directiva no tiene responsabilidad alguna sobre la decisi¨®n de la Asamblea. Entiende que ha impulsado la modificaci¨®n de los estatutos hasta donde alcanza su competencia¡±, defiende el documento. Por eso, la SGAE informa al ministerio tambi¨¦n de que le entregar¨¢ un informe para detallar c¨®mo aplicar la directiva europea a la espera de la reforma de los estatutos, a la vez que promete volver a intentar someterlos al voto de la Asamblea en ¡°un tiempo prudencial¡±.
El movimiento de la entidad a?ade dudas en el camino hacia la intervenci¨®n, para la que Cultura necesita, en todo caso, la autorizaci¨®n de un juez. Por un lado, cientos de creadores como Pedro Almod¨®var, ?lvaro Urquijo, Isabel Coixet, Miguel R¨ªos o Coque Malla pidieron al ministerio una "urgente y necesaria" actuaci¨®n, para que cese a su presidente, Jos¨¦ ?ngel Hevia, y la junta directiva y que revierta los repartos de derechos de junio y diciembre de 2018. Por otro, fuentes de Cultura explican que varios nombres conocidos e importantes del sector, y de poderosas cadenas de televisi¨®n, les han trasladado su oposici¨®n a la intervenci¨®n. Tanto la SGAE como el Ministerio han dejado claro que esta era el ¨²ltimo recurso y el menos deseado.
El panorama, como es habitual en la SGAE, se complica debido a los muchos otros frentes abiertos a la vez: la conclusi¨®n de la comisi¨®n deontol¨®gica (que acusa a 14 miembros de la c¨²pula de la SGAE, entre ellos Hevia, de conflictos de intereses); la denuncia de la propia entidad contra varias editoriales; una serie de sentencias judiciales que ponen en duda tanto las actuaciones de los ¨²ltimos meses de la SGAE como sus repartos; o la investigaci¨®n judicial sobre la m¨²sica emitida de madrugada, una franja en la que act¨²an a menudo muchos miembros de la actual junta directiva.
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