Universos paralelos

Fueron casi cinco horas y dos universos paralelos, como el t¨ªtulo de la canci¨®n que enton¨® uno de sus protagonistas, Jorge Drexler. Los escenarios contiguos donde este viernes se sucedieron cuatro actuaciones de la segunda jornada del festival R¨ªo Babel, en Madrid, albergaron dos apuestas diferentes en lo musical y lo escenogr¨¢fico. Por un lado, la chilena Mon Laferte y el uruguayo Drexler. Por otro, justo a continuaci¨®n, los espa?oles Dorian y Love of Lesbian. El nexo entre ambas fue la lengua, en una muestra de la diversidad?¡ªy la orientaci¨®n latinoamericana¡ª en la que basa su programaci¨®n el festival.

Mon Laferte, invitada el pasado abril al famoso festival de Coachella, plante¨® un doble paseo: por la m¨²sica de su continente (de la cumbia al chachach¨¢, pasando por el mambo o el swing) y por las fases del amor, como el que ofrece su ¨²ltimo disco, Norma, del que interpret¨® temas como Ronroneo y Por qu¨¦ me fui a enamorar de ti. No hab¨ªa mucho p¨²blico, pero lo hizo bailar y lleg¨® a recomenzar una canci¨®n cuando sinti¨® que su voz ¡ªcon una gran capacidad para cambiar de registro¡ª no se escuchaba bien. ?

La sigui¨® un artista m¨¢s consagrado: el uruguayo Jorge Drexler, oscarizado por Al otro lado del r¨ªo y triunfador de los ¨²ltimos Grammy latinos, con su disco?Salvavidas de hielo. Frente a su apuesta en este por la omnipresencia de las guitarras (la percusi¨®n procede incluso de golpearlas), Drexler?¡ªque siempre ha dejado clara su obsesi¨®n por innovar¡ª sac¨® toda la artiller¨ªa: un Universos paralelos con un bajo al estilo funky, un Sea (la canci¨®n que da t¨ªtulo a su disco m¨¢s marcado por las bases electr¨®nicas) latinizado o un Silencio en el que brill¨® la guitarra.

La actualidad se col¨® entre canci¨®n y canci¨®n. En dos ocasiones reivindic¨® las fiestas del Orgullo LGTB que se celebran estos d¨ªas en Madrid. Antes de entonar un tema en defensa de la diversidad cultural como Movimiento, pidi¨® un aplauso para el barco espa?ol Open Arms por rescatar recientemente a 40 migrantes a la deriva en el Mediterr¨¢neo, y prolog¨® Despedir a los glaciares con un llamamiento a "no votar a los partidos que adoptan una medida antiecol¨®gica" como la moratoria de multas en Madrid Central, paralizada por un juez. Cerca del final, se lanz¨® a por Bolivia con la explicaci¨®n de que era un reconocimiento al ¨²nico pa¨ªs que acogi¨® a sus abuelos y a su padre cuando hu¨ªan del nazismo en 1939, e invit¨® al escenario al rapero puertorrique?o DJ sin suela, que hab¨ªa actuado el d¨ªa anterior y mand¨® "al carajo las fronteras".

Pasaban las diez de la noche y el sol hab¨ªa ca¨ªdo. Comenz¨® un festival distinto. La pl¨¦yade de tatuajes de Mon Laferte y la colorida camisa de manga corta de Drexler dieron paso al riguroso negro de los integrantes de Dorian. Los teclados tomaron el relevo y la variedad geogr¨¢fica de influencias se desvaneci¨® ante el estudiado ¡ªy con ejecuci¨®n impecablemente empastada¡ª indie de Dorian. Salvo una menci¨®n a las fiestas del Orgullo y otra a la influencia en su obra de la m¨²sica y literatura latinoamericana, el festival se hab¨ªa trasladado de planeta. El p¨²blico era bastante m¨¢s numeroso y joven. El espect¨¢culo, medido, con cuatro proyecciones verticales de formas geom¨¦tricas y lluvias de confeti y globos con los colores que primaban: negro y blanco. A cualquier otra parte seguida de Tormenta de arena marcaron el c¨¦nit del recital.

Con apenas los minutos justos para que el p¨²blico cambiase de escenario, lleg¨® el turno de Love of Lesbian, formaci¨®n?que comparte con Dorian el encuadramiento en la etiqueta indie y haber visto la luz en la provincia de Barcelona. Sus cantantes colaboraron como invitados uno en el concierto del otro.

"Somos los Rolling Stones", brome¨® el cantante de Love of Lesbian, Santi Balmes, poco despu¨¦s de arrancar con 1999 sobre un escenario con est¨¦tica de cafeter¨ªa hipster. La ¨²nica referencia pol¨ªtica fue tambi¨¦n sobre el Orgullo LGTB: "Que nadie con caspa en el cerebro os margine por vuestra orientaci¨®n sexual", dijo. El concierto fue in crescendo hasta Club de fans de John Boy, directamente bailada y coreada a gritos. La joven voz mexicana?Silvina Estrada ayud¨® a dar un giro a Incendios de nieve.?El cierre fue para Ah¨ª donde sol¨ªamos gritar. La multitud la celebr¨® como un himno generacional.