El caballero perdido que compr¨® ¡®Ciudadano Kane¡¯
Un historiador localiza en un museo de Boston una estatua que desapareci¨® de Zamora en el XIX
Lionel Harris, due?o de la The Spanish Art Gallery, en Londres, visitaba Espa?a olisqueando ¡°tesoros¡± entre finales del XIX y principios del XX. As¨ª, rebuscando en la Pen¨ªnsula de norte a sur, en sus manos cayeron, entre otros, el Sepulcro de don Garc¨ªa Osorio y do?a Mar¨ªa de Perea, de Oca?a (Toledo), que hoy se encuentra en el Victoria&Albert Museum londinense, varias piezas del convento de San Francisco (Cu¨¦llar, Segovia) o la tumba de Juan Ruiz de Vergara, que compr¨® en 1912 a la catedral de Valladolid. En sus andanzas termin¨® llegando a Zamora en 1899 y se adentr¨® en la muy deteriorada iglesia del convento de San Pablo y San Ildefonso, donde descubri¨®, en el presbiterio, la tumba de su fundador, ¡°de rodillas, dentro de un nicho del Renacimiento, y a sus pies un lindo paje reclinado sobre el casco en actitud de dormir¡±. El caballero, ¡°una imagen orante excelente¡±, estaba esculpido en alabastro, seg¨²n recoge el historiador Sergio P¨¦rez Mart¨ªn en su estudio De Zamora a Boston: el monumento funerario de don Alonso de Mera, que ahora ha hecho p¨²blico el Instituto de Estudios Zamoranos Flori¨¢n de Ocampo.
La imagen, tras pasar por las manos del brit¨¢nico, y luego por las del multimillonario estadounidense?William Randolph Hearst ¡ªel famoso Ciudadano Kane de Orson Welles¡ª, acab¨® en el Museo de Bellas Artes de Boston. All¨ª, el historiador zamorano la ha localizado y ha reconstruido su recorrido. Se desconocen los detalles de la venta del sepulcro que a finales del siglo XIX en el inventario patrimonial de Zamora fue descrito como ¡°un caballero armado¡±, a cuyos pies se dispon¨ªan ¡°el yelmo y las manoplas¡±, y con el siguiente epitafio: ¡°Aqu¨ª yace el honrado caballero Alonso de Mera, que fund¨® y dot¨® esta iglesia y monasterio de monjas, en el a?o 1533¡±.
Harris transport¨® la obra ¡ªy otras muchas m¨¢s¡ª a Londres y la expuso en su galer¨ªa. Uno de sus compradores m¨¢s habituales, en los a?os 30 del siglo pasado, era Hearst, que se encaprich¨® de la escultura y la adquiri¨® por solo 2.000 d¨®lares (1.794 euros). Pero en 1940, el imperio econ¨®mico del millonario comenzaba desmoronarse, por lo que tuvo que vender o subastar numerosas piezas que hab¨ªa adquirido para decorar sus propiedades, como la Casa Grande, en San Sime¨®n (California), el famoso castillo Hearst, con una finca de m¨¢s de ocho millones de metros cuadrados.
El multimillonario, agobiado por las deudas, termin¨® vendiendo al anticuario neoyorquino Joseph Brummer el sepulcro el 28 de noviembre de 1940 por la misma cantidad por la que lo adquiri¨®. Brummer, inmediatamente, se lo llev¨® a su galer¨ªa de la Calle 57 con la intenci¨®n de que alguno de los ricos de la ciudad ¡ªdurante lo que se consider¨® la ¡°edad dorada americana¡±¡ª se lo adquiriese a su vez. El 9 de noviembre de 1944, el Museo de Bellas Artes de Boston volvi¨® a comprar la escultura, pero ya por 26.000 d¨®lares (23.328 euros), y la expuso en la galer¨ªa 218-b, donde, seg¨²n el estudio de P¨¦rez Mart¨ªn, ahora se encuentra bajo el ep¨ªgrafe de un desconocido ¡°don Monzo Averesque¡±, lo que provoca la perplejidad del historiador.
?Y qu¨¦ paso con los otros elementos de la tumba? En los a?os setenta del siglo pasado ¡°se dio a conocer que los restos del sepulcro, es decir, las pilastras y entablamento que flanqueaban el arcosolio y la cimera a modo de ¨¢ngeles tenantes con el escudo del comitente que remataba el conjunto mural hab¨ªan sido recuperados de entre las ruinas del edificio para pasar a formar parte de una colecci¨®n particular de Zamora¡±, se?ala el informe de Mart¨ªn donde se hace referencia a esta obra de los maestros Antonio Falcote y Juan de Montejo.
El problema, se?ala el historiador, no fue solo este expolio, sino que durante las dos primeras d¨¦cadas del siglo XX los robos y ventas ¡°no cesaron, m¨¢s bien al contrario¡±. ¡°Parte de un tapiz de una celebre colecci¨®n de la catedral de Zamora se vendi¨® en 1906 a vil precio y uno de los grupos escult¨®ricos de la iglesia rom¨¢nica de San Leonardo pas¨® al Metropolitan Museum of Art de Nueva York en 1916 tras la venta del edificio completo a un particular por parte del obispado¡±.
Y culmina: ¡°En 1926, el p¨¢rroco de Santa Marta de Tera vendi¨® un relieve p¨¦treo con una Maiestas Domini ¡ªdel a?o 1110¡ª a un anticuario de Valladolid para acabar este en el Museo de Rhode Island (EE UU) porque, a su vez, se lo hab¨ªa donado el magnate norteamericano John Nicholas Brown", que, por cierto, era familiar de Hearst. El saqueo con parentesco.
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