Prohibido hacerse un selfi con la foto de Hitler
El Museo del Dise?o de Den Bosch abre su primera muestra sobre el nazismo y afronta cr¨ªticas por frivolizar su ideolog¨ªa
La primera antol¨®gica organizada hasta la fecha sobre el Dise?o del Tercer Reich abre este domingo en la ciudad holandesa de Den Bosch envuelta en pol¨¦mica. Presentada por el Museo del Dise?o, aborda la formaci¨®n de la identidad nazi a trav¨¦s del poder de sus s¨ªmbolos, y no podr¨¢n hacerse fotos en el interior para evitar selfies junto a la imagen de Hitler. La seguridad ha sido reforzada, y el Movimiento de J¨®venes Comunistas de Holanda, y la Uni¨®n de Antifascistas piensan manifestarse en contra ¡°para que no se glorifique la cultura del nacional socialismo¡±. Un artista local planea, adem¨¢s, extender una alfombra con una esv¨¢stica a las puertas de la sala.
Un Volkswagen Beetle, el coche del pueblo, el escarabajo, en lenguaje coloquial, ideado por Hitler y firmado en 1938 por el ingeniero Ferdinand Porsche, preside la muestra, que no pierde el tiempo. Hitler aparece en fotos convenientemente enfocadas, iluminadas y retocadas, junto a lemas como ¡°Un Pueblo, un Imperio, un L¨ªder¡±, pensados para fomentar la idea de eternidad en la unidad nacional. Otras im¨¢genes son mucho m¨¢s directas, si cabe, como la de su cabeza sobre un fondo negro acompa?ada solo de su apellido y el supuesto efecto magn¨¦tico de su mirada. O una pose de uniforme junto a un contundente ¡°S¨ª¡±. ¡°Resumen la est¨¦tica de la imagen de marca de Hitler, pensada para convertirlo en un l¨ªder y que necesit¨® de un concepto amplio de dise?o para p¨²blicos diferentes. El mensaje era siempre el mismo, con el antisemitismo como divisa controlada desde el poder, pero suger¨ªa diversidad para atraer a j¨®venes y mayores¡±, dice el historiador Thomas van den Heuvel, implicado en el montaje de la muestra.
Las tres caras de Hitler cuelgan enmarcadas frente a una vitrina con sendas esv¨¢sticas, y el museo ha aumentado el n¨²mero de vigilantes para que nadie, en particular alg¨²n neonazi, las reproduzca. No hay venta de recuerdos en la tienda, y la direcci¨®n seguir¨¢ asimismo las redes sociales, por si aparecen instant¨¢neas o comentarios fuera de contexto. Dentro, la exposici¨®n incluye, entre otros, un ejemplar de Mein Kampf, la autobiograf¨ªa de Hitler; mapas que ¡°germanizan¡± las partes de Polonia que deb¨ªan ser anexionadas, o estandartes con esta llamada urgente: ¡°Alemania, despierta¡±. La antorcha de los Juegos Ol¨ªmpicos de Berl¨ªn (1936) est¨¢ en una vitrina, ¡°y es un ejemplo de la vuelta a la gloria del pasado para utilizar el presente, porque el dise?o nazi abarca desde edificios neocl¨¢sicos dotados de los ¨²ltimos avances t¨¦cnicos, al gran mueble aparador de Hitler, que deb¨ªa impresionar¡±.
Timo de Rijk, director del museo, subraya el cuidado puesto para no caer en la mera propaganda. ¡°Como historiadores, tratamos de entender c¨®mo el dise?o, financiado desde el Estado, sirvi¨® a una ideolog¨ªa maligna. Una muestra as¨ª no habr¨ªa podido organizarse en Alemania, es demasiado controvertida. Pero han pasado 75 a?os de la liberaci¨®n de Holanda por los Aliados, y este es el lugar adecuado. Fuimos invadidos por los nazis en 1940, y hay ya mucha gente que no ha vivido la II Guerra Mundial. Sin embargo, el nazismo es uno de los acontecimientos m¨¢s se?alados del siglo XX. Ha conformado nuestra noci¨®n del bien y el mal, y hay hoy muchas discusiones sobre la identidad¡±, dice. Agradecido a sus colegas germanos por su apoyo, indica que ¡°esta es la primera antol¨®gica dedicada al dise?o nazi desde un punto de vista hist¨®rico¡±. Entre otros, ¡°el Museo Hist¨®rico Alem¨¢n (Berl¨ªn) y el Museo de la Ciudad (M¨²nich) dos colecciones ¨²nicas, han cedido obras esenciales, junto a pr¨¦stamos holandeses y privados¡±.
La pureza de la raza proclamada por el Tercer Reich en sus dise?os gr¨¢ficos, implicaba erradicar a grupos enteros de poblaci¨®n, y mientras el R¨¦gimen aparentaba estabilidad, se preparaban los campos de concentraci¨®n, ¡°Hemos hablado con la comunidad jud¨ªa y tambi¨¦n con el Ayuntamiento. La antigua sinagoga de Den Bosch est¨¢ frente al museo, y la muestra concluye con el dise?o de las c¨¢maras de gas. Con el Holocausto. Un nazi convencido dir¨¢ que son mentira, pero que al salir se vea la sinagoga confronta con la historia real y es una forma de justicia¡±, asegura De Rijk.
La guerra explicada a los nietos
El Ayuntamiento de Den Bosch pidi¨® al museo sumar la muestra sobre el Dise?o del Tercer Reich a los actos que conmemoran el 75 aniversario de la liberaci¨®n, "y no pudo parecernos mejor, por eso contamos asimismo con un amplio programa para j¨®venes y familias. Nos llaman muchos mayores preguntando si pueden venir con sus nietos y hasta biznietos", dice Timo de Rijk, director del Museo del Dise?o. En 1940 hab¨ªa en la provincia de Brabante (Den Bosch es su capital) 2.252 ciudadanos jud¨ªos. Solo sobrevivieron 563. En conjunto, 107.000 fueron deportados de Holanda por los nazis; regresaron 5.000, seg¨²n el campo de tr¨¢nsito de Westerbork, al noreste del pa¨ªs. Al final de la conversaci¨®n, De Rijk indica que en los a?os setenta, en Holanda todav¨ªa se pod¨ªa llamar fascista a la polic¨ªa durante un arresto o manifestaci¨®n. "Desde entonces es un insulto, lo mismo que nazi, y el que lo usa, en especial en pol¨ªtica, no es tomado como un profesional serio. Tal vez se emplee en las redes sociales o en la calle, pero nunca en el Parlamento", dice.
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