Los Premios Princesa de Asturias reconocen historias de luchadores
El rey Felipe VI destaca a quienes ¡°abren nuestra cultura¡± desde el ecologismo, el feminismo o la defensa de la educaci¨®n universal
El conocimiento es toda una aventura. Lleva a ir m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites, asomarse a lo desconocido. ¡°Hechos no fuisteis para vivir como brutos¡±, afirmaba en la Divina Comedia Ulises, cazador por excelencia del saber. Y, fieles a esa consigna, los Premios Princesa de Asturias han encumbrado hoy viernes a un grupo de valientes: navegantes hacia un mundo mejor, expertos en la superaci¨®n. De los c¨®digos literarios, la escuela tradicional, el dolor, el cambio clim¨¢tico, el machismo o lo que se les plante delante. No hay barreras que les asusten. Solo las conciben, si acaso, para descubrir qu¨¦ hay detr¨¢s.
Siri Hustvedt, premiada de las Letras, siempre mezcla en su escritura formas distintas, porque cree que una sola no basta para ¡°abarcar la complejidad de la vida¡±. ¡°Debemos aprender que la autoridad y la sabidur¨ªa vienen en muchos formatos, sexos, colores, formas y tama?os¡±, asegur¨®. Frente a los lemas simplones que seducen a las urnas y rechazan al otro, la estadounidense abander¨® la diversidad y la curiosidad, los libros y la memoria. Invit¨® a complicarse la vida, a rehuir ¡°las emociones ramplonas y las respuestas f¨¢ciles¡±. Pidi¨® pensar, en definitiva, m¨¢s all¨¢.
Los otros premiados tambi¨¦n lo hacen. La ciudad polaca de Gdansk, celebrada por la Concordia, se ha levantado cada vez que la historia la golpeaba: la Segunda Guerra Mundial, el autoritarismo comunista o el reciente asesinato de su alcalde Pawel Adamowicz. Peter Brook marc¨® la hoja de ruta al teatro del siglo XX, los estudios de Alejandro Portes combaten con datos los fantasmas xen¨®fobos que rodean la inmigraci¨®n y la esquiadora Lindsey Vonn ¡ªque hoy tambi¨¦n celebraba su cumplea?os¡ª desafiaba las monta?as a 150 Km/h con las rodillas destrozadas por las lesiones. Individuos excepcionales todos ellos. Pero seres humanos, al fin y al cabo.
Es decir, hombres y mujeres. Juntos, porque los premiados recordaron que los avances se logran de la mano. La fundaci¨®n que ahora dirige Vonn est¨¢ volcada en el empoderamiento femenino. Y Hustvedt dedic¨® su galard¨®n ¡°a todas las ni?as que leen muchos libros sobre un sinf¨ªn de temas, piensan, preguntan, dudan, imaginan y se niegan a estar calladas¡±. A saber si la joven Sultana, all¨¢ por EE UU, la estar¨ªa escuchando. A ella, en concreto, no pudo detenerla ni un r¨¦gimen.
Sus notas eran brillantes, pero su sexo, en Afganist¨¢n, la oblig¨® al silencio. Cuando los talibanes prohibieron la escuela a las chicas, termin¨® encerrada en casa, ¡°cocinando y limpiando todos los d¨ªas m¨¢s de 10 horas¡±, como cont¨® el matem¨¢tico Salman Khan en su discurso. ¡°Su cu?ado vio que ten¨ªa curiosidad y le regal¨® un ordenador¡±, continu¨® el Princesa de Asturias de Cooperaci¨®n Internacional. Ah¨ª descubri¨® la academia gratuita online con la que Khan ha atra¨ªdo a 100 millones de alumnos desde 2009. Y se atrevi¨®: estudi¨®, aprendi¨®, viaj¨® a Pakist¨¢n para superar una prueba de acceso a universidades de EE UU. Hace dos a?os, al fin obtuvo un permiso de asilo. ¡°Acaba de pasar el verano investigando sobre computaci¨®n cu¨¢ntica¡±, aclar¨® Khan. El ingeniero subray¨® que la Tierra est¨¢ llena de tesoros como Sultana, pero muchos est¨¢n escondidos: ¡°Imaginen un mundo donde cada ni?o verdaderamente tenga acceso a una educaci¨®n de calidad y gratuita¡±.
La ense?anza es tambi¨¦n una de las misiones del Museo del Prado, Princesa de Asturias de Comunicaci¨®n y Humanidades. Pero no la ¨²nica: la pinacoteca quiere asombrar, explicar, fascinar. Y alguna tarea menos visible, como la que simbolizaba la presencia en la ceremonia de Laura Fern¨¢ndez D¨ªaz, jefa de vigilantes de sala del museo. El presidente de su patronato, Javier Solana, cree que el museo tambi¨¦n debe unir: ¡°Nuestro gran pa¨ªs se vuelve siempre m¨¢s universal, libre y tolerante cuando se contempla a s¨ª mismo en las obras maestras del Prado¡±. Quiz¨¢s aludiera, de paso, a la actualidad. Porque unos 900 kil¨®metros separan Oviedo y Barcelona, pero hoy la distancia se med¨ªa en a?os luz. Mientras Asturias ovacionaba a los reyes y sus hijas y los acariciaba con las banderas de Espa?a colgadas frente al Teatro Campoamor, miles de catalanes volv¨ªan a invadir las calles para protestar contra la sentencia del proc¨¦s. Mismos minutos, mismo pa¨ªs. Y, sin embargo, dos universos distintos.
La gala prefiri¨® centrarse en lo suyo. Los ecos de la huelga independentista no entraron en el Campoamor. La princesa Leonor, a sus 13 a?os, fue aplaudida de pie tras sus primeras palabras oficiales. Algunos, entre el p¨²blico, se animaron a gritar: "?Viva Espa?a! ?Viva el Rey!". Y el propio Felipe VI dej¨® a un lado noticias y expectativas: su discurso fue un largo abrazo a Leonor. De Rey a Princesa. De padre a hija.
Don Felipe tambi¨¦n defini¨® a los premiados como ¡°personas que abren nuestra cultura y trazan nuestro rumbo hacia nuevos horizontes¡±. Cada uno a su manera, pero con mensajes parecidos: aunque a veces cueste verlo, el futuro est¨¢ ah¨ª. Exige, sin embargo, coraje y uni¨®n. ¡°Todos estamos hechos con los mismos ¨¢tomos¡±, subray¨® la bi¨®loga Sandra Myrna D¨ªaz, Princesa de Asturias de Investigaci¨®n Cient¨ªfica y T¨¦cnica junto con Joanne Chory. Y traz¨® un hilo que conecta los bisontes de Altamira, los cuadros de Goya, Garc¨ªa Lorca, Miguel Hern¨¢ndez y hasta tigres, lombrices o tomates. ¡°En este maravilloso entremezclarse, el alquimista supremo son las plantas¡±, sentenci¨® la estudiosa. Y de ah¨ª creen las dos cient¨ªficas que hay que partir para salvar el barco, ¡°el tapiz¡±, como lo llam¨® D¨ªaz, que todos habitamos: estamos a tiempo, seg¨²n la bi¨®loga, pero a condici¨®n de trabajar codo con codo.
Una vez m¨¢s, la ceremonia parec¨ªa decir que las diferencias nunca restan: al rev¨¦s, suman. En la ciudad de las estatuas, donde el transe¨²nte se cruza a diario con Woody Allen o La Regenta, los Princesa de Asturias juntaron palabras para el futuro tan s¨®lidas como ese bronce. Al final, puede que el mejor resumen siempre estuviera ah¨ª, ante la entrada del Teatro Campoamor. Es otra escultura de Oviedo. Se titula Esperanza caminando.
Babelia
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