La reconstrucci¨®n del exilio de Luis Bu?uel
La Cineteca Nacional de M¨¦xico inaugura la primera exposici¨®n que recoge ¨ªntegro el paso del cineasta aragon¨¦s por el pa¨ªs norteamericano
Excepto, quiz¨¢s, por un cordero que pasee a sus anchas por los jardines de la Cineteca Nacional de M¨¦xico, como sucede en la mansi¨®n que mantiene presa sin explicaci¨®n a la burgues¨ªa en El ¨¢ngel exterminador (1962), todo est¨¢ aqu¨ª. La exposici¨®n Bu?uel en M¨¦xico, inaugurada este mi¨¦rcoles y disponible hasta el pr¨®ximo 19 de abril en la galer¨ªa de la casa del cine mexicano, re¨²ne por primera vez m¨¢s de 300 objetos ¨Centre guiones, cartas, utiler¨ªa y fotograf¨ªas in¨¦ditas¨C que registran el paso de Luis Bu?uel (Calanda, 1900 - Ciudad de M¨¦xico, 1983), por el pa¨ªs norteamericano.
En la exposici¨®n, que tard¨® dos a?os en organizarse debido a la dispersi¨®n de los objetos, se pueden leer las cartas enviadas a Bu?uel por el Nobel de Literatura, Octavio Paz, desde Cannes mientras gestionaba la proyecci¨®n de Los Olvidados (1952) en el festival franc¨¦s. Tambi¨¦n se pueden ver fotograf¨ªas in¨¦ditas del cineasta vacacionando en los balnearios del Estado de Michoac¨¢n y otras de la b¨²squeda de locaciones para Nazar¨ªn (1959), entre r¨¦plicas del vestuario de Robinson Crusoe (1954) o de Los Olvidados. Tambi¨¦n se pueden analizar escenas de ?l (1953) mientras se lee el guion y ver la Palma de Oro que gan¨® Viridana en 1961. Todo seguido por un relato personal del director, con frases como esta, que cierra la exhibici¨®n: ¡°M¨¦xico me hizo un profesional del cine. Antes era solo un aficionado¡±.
Bu?uel no puede entenderse sin su estancia en territorio mexicano. 21 de sus 32 pel¨ªculas fueron producidas aqu¨ª. En M¨¦xico, Bu?uel se cre¨® el espacio para gestar sus pel¨ªculas m¨¢s aclamadas: desde el Le¨®n de Oro en 1951 por?Los Olvidados, hasta la producci¨®n, en Francia, de El discreto encanto de la burgues¨ªa, que le vali¨® el ?scar a la mejor pel¨ªcula extranjera en 1973.
Para Alejandro Pelayo, director de la Cineteca desde 2013, el paso de Bu?uel por M¨¦xico es esencial porque muestra ¡°la habilidad del director para moverse en una industria en la que primaba la visi¨®n del productor sobre la del director¡±. ¡°Bu?uel lleg¨® al M¨¦xico de 1950, a una industria f¨ªlmica basada en la utilidad y en el ¨¦xito comercial, con una enorme necesidad de ganar un salario para mantenerse. Su m¨¦rito fue adaptarse a esa eficiencia, aceptando trabajos por encargo, hasta que logr¨® ganarse el respeto suficiente para que le dejaran hacer lo que quisiera¡±, apunta el tambi¨¦n director de cine, ganador de dos premios Ariel.
A medio d¨ªa, Claudia Salazar, de 46 a?os, es la primera persona en asistir a la exhibici¨®n. ¡°Es un lujo tener todo esto junto, estoy encantada¡±, dice mientras se?ala distintos carteles de ¨¦poca de la pel¨ªcula Ensayo de un crimen (1955). ¡°Adoro el humor de Bu?uel desde que soy peque?ita. Espero que muchos j¨®venes vengan y logren acercarse a ¨¦l¡±, sostiene.
Guillermo Vaidovits, curador de la exhibici¨®n, afirma que el objetivo de la muestra es visibilizar ¡°la etapa m¨¢s prol¨ªfica¡± del cineasta aragon¨¦s, ¡°que ha sido dejada en segundo t¨¦rmino a pesar de que Bu?uel ha sido sistem¨¢ticamente estudiado e investigado en los ¨²ltimos a?os¡±.
¡°Qu¨¦ guapo, pero que malo que era El Jaibo¡±, dice Raquel Espinal, de 22 a?os, frente a la r¨¦plica de los overoles que vest¨ªa el antih¨¦roe de Los Olvidados. ¡°Igualito que M¨¦xico¡±, le contesta sin contener la risa Omar, su novio, de 23.
Es la primera vez que los enseres del cineasta, desperdigados entre colecciones como las de la Fundaci¨®n Televisa, la Filmoteca Espa?ola y el Luis Bu?uel Film Institute, junto con otras privadas como la del director Arturo Ripstein o la de la actriz Silvia Pinal, son reunidos para dar una retrospectiva de lo que signific¨® el paso del cineasta aragon¨¦s por este pa¨ªs.
¡°A comparaci¨®n de lo que sucede en Hollywood, donde todo lo que rodea a una pel¨ªcula se conserva porque tiene valor de mercado como memorabilia, en el cine mexicano la utiler¨ªa se reciclaba o se convert¨ªa en objetos de bazar, que dif¨ªcilmente pueden recuperarse¡±, sostiene Vaidovits.
¡°Fue un proceso de investigaci¨®n largo, pero tom¨® lo que ten¨ªa que tomar¡±, admite Pelayo sobre las gestiones de la exhibici¨®n. ¡°Hab¨ªa que averiguar a qui¨¦n pertenec¨ªan los derechos de las cosas y especialmente los de las pel¨ªculas para la retrospectiva¡±. ¡°Pero lo vale, el cine de Bu?uel en M¨¦xico sigue vigente porque muestra una realidad que sigue existiendo: M¨¦xico es un pa¨ªs de contrastes, con sitios hermosos y cinturones de miseria con graves problemas sociales¡±, concluye.
Bu?uel, que primero emigr¨® a los Estados Unidos ¨Cdonde le negaron la residencia por sus ideas de izquierda¨C recal¨® en M¨¦xico en contra, incluso, de sus propios deseos. ¡°Me sent¨ªa tan poco atra¨ªdo por la Am¨¦rica Latina que siempre dec¨ªa a mis amigos: ¡®Si desaparezco, buscadme en cualquier parte, menos all¨ª¡±, escribi¨® en Mi ¨²ltimo suspiro, su autobiograf¨ªa publicada en 1982, un a?o antes de su muerte. Despu¨¦s se sincera: ¡°Sin embargo, vivo en M¨¦xico desde hace 36 a?os. Me he hecho mexicano y pienso vivir siempre aqu¨ª¡±.
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