Literatura mexicana a ras de suelo
Las novedades editoriales presentes en el certamen est¨¢n atravesadas por la no ficci¨®n como herramienta para contar los conflictos de la migraci¨®n, la violencia o el colonialismo
Un road trip para enterrar a un santo poeta, otro viaje siguiendo las huellas de ni?os migrantes, la historia criminal de una mina, la asfixia tras un familiar desaparecido, cr¨®nicas desde el yo y personajes al l¨ªmite. Los materiales de no ficci¨®n atraviesan las novedades editoriales mexicanas y despiertan preguntas antiguas que vuelven a saltar con fuerza. ?C¨®mo hacer literatura ante la devastaci¨®n? ?Qu¨¦ lugar ocupan los g¨¦neros? ?Para qu¨¦ sirve la ficci¨®n?
El m¨¦todo de trabajo de Valeria Luiselli (Ciudad de M¨¦xico, 1983) es siempre el mismo: una acumulaci¨®n en serie de libros, canciones, pinturas y notas en una libreta que van entrando en conversaci¨®n, enfocando las intuiciones de la autora. Su ¨²ltimo libro, Desierto Sonoro (Sexto Piso) es el archivo de un viaje por el sur de EE UU, la cr¨®nica de una ruptura de pareja, un relato sobre la migraci¨®n y la crianza, un canto ¨¦pico y una reflexi¨®n sobre c¨®mo integrar ¨¦tica y est¨¦tica en la conformaci¨®n de un texto circular que se alimenta de s¨ª mismo.
Durante el proceso de trabajo, Luiselli fue marcando la l¨ªnea entre lo posible y lo deseable. ¡°Estaba trabajando como traductora en la Corte de migraci¨®n y de manera natural empec¨¦ a vaciar en la novela ficcionalizaciones de los testimonios reales de violencia. Hasta que me di cuenta que eso estaba mal. Estaba haciendo una novela ilegible y adem¨¢s no estaba cumpliendo mi labor con integridad ¨¦tica. Agarrar la voz de un ni?o o una mujer que han sufrido violencia extrema y llamarlo ficci¨®n es problem¨¢tico¡±.
Entonces se detuvo y cambio de planes. Con los mismos materiales alumbr¨®, Los ni?os perdidos (2016), un ensayo en primera persona sobre la dram¨¢tica odisea que vivieron los menores no acompa?ados en tiempos pre-Trump. ¡°Me faltaba un porqu¨¦ para la ficci¨®n, me parec¨ªa un artificio innecesario para lo que yo quer¨ªa denunciar. Creo que Los ni?os perdidos fue la mejor respuesta posible: una forma literaria transparente, sin enormes pretensiones est¨¦ticas ni de arquitectura, con un desarrollo bastante lineal y directo¡±.
Cuando termin¨®, volvi¨® al laboratorio de la novela. ¡°As¨ª como a veces la ficci¨®n es innecesaria, otra veces es indispensable. Por ejemplo, para cuestionar la propia labor de la ficci¨®n. Escribir la novela me condujo a una indagaci¨®n honesta y urgente sobre c¨®mo documentamos el mundo para producir ficci¨®n, sobre c¨®mo moverse ¨¦ticamente en un archivo que nos sirve para producir ficci¨®n, y sobre como pensar nuevos g¨¦neros que documenten el mundo¡±.
Julian Herbert (Acapulco, 1971) es otro maestro de lo h¨ªbrido. ¡°Yo ubico el g¨¦nero donde empiezo pero luego los textos hacen lo que les da la gana. No me preocupa. Lo que m¨¢s me interesa es buscar el lugar de la voz¡±, cuenta a prop¨®sito de Ahora imagino cosas (Random House), una recopilaci¨®n de cr¨®nicas que van desde lo gonzo, a lo ensay¨ªstico, lo po¨¦tico o el reportaje can¨®nico. Esta vez, eso s¨ª, apartado de la autoficci¨®n, una de sus armas preferidas desde la explosiva Canci¨®n de Tumba (2011). ¡°En este libro he sido muy estricto. Las libertades tienen que ver con el estilo y con la flexibilidad de subg¨¦neros¡±.
La primera persona, en todo caso, inunda todos los textos. En el titulado ?oquis con entra?a, la narraci¨®n arranca como un flujo de conciencia que recorre las mesas de un festival de literatura en Chile. En paralelo, Herbert se topa con un feminicidio y comienza un segundo relato de investigaci¨®n m¨¢s cl¨¢sico pero entreverado con los cambios vitales del autor.
¡°El seguimiento del caso me tom¨® por sorpresa, pero r¨¢pido surge la conexi¨®n con que he dejado de beber. A¨²n no s¨¦ muy bien c¨®mo, pero creo que hay una relaci¨®n entre vivir en una realidad t¨®xica y la intoxicaci¨®n del alcohol. Desde una posici¨®n de feminista no militante, algo ha cambiado en mi punto de vista sobre lo femenino a trav¨¦s de mi nueva abstinencia¡±. El resultado es un texto plagado de reflexiones acerca del lugar desde el que se escribe y con cierto ritmo jazz¨ªstico. ¡°La forma que eliges no es consciente, hay una pulsi¨®n que hace que el fondo y la forma se retroalimenten¡±.
M¨¢s enriquecidos a¨²n son los textos de Ver¨®nica Gerber (Ciudad de M¨¦xico, 1981). Si en su primera novela, Conjunto vac¨ªo, echaba mano de diagramas y dibujos para dar cuenta de la ausencia y la precariedad, en La compa?¨ªa (Almad¨ªa) vuelven a aparecer los diagramas, las fotos, los croquis y los mapas para diseccionar las secuelas ambientales, sociales y psicol¨®gicas de una antigua mina de mercurio en el estado de Zacatecas.
En el debe del texto, otra batidora de g¨¦neros: un cuento de otro autor intervenido por Gerber, un relato de ciencia ficci¨®n, decenas de informes acad¨¦micos y entrevistas. Todo oportunamente despiezado y presentado como un dep¨®sito de memoria colectiva. ¡°Primero intent¨¦ una cr¨®nica en primera persona, pero me sent¨ªa muy inc¨®moda al estar yo tan presente en un lugar del que no soy y no pertenezco. Decid¨ª mejor actuar como una editora y que todas las voces en su polifon¨ªa cuentan la historia que ya de por s¨ª est¨¢ llena de huecos¡±.
Empachados de realidad
Para Luis Felipe Fabre (Ciudad de M¨¦xico, 1974), la saturaci¨®n de realidad en los distintos formatos art¨ªsticos contempor¨¢neos responde, en parte, a un inter¨¦s comercial. ¡°Nunca el documental ha vivido un momento de m¨¢s auge y en la literatura ocurre lo mismo: lo que m¨¢s vende es lo que se vende como real¡±. En la l¨ªnea de su ¨²ltimo libro, Declaraci¨®n de las canciones oscuras (Sexto Piso), una recreaci¨®n entre el deseo y el delirio del traslado del cad¨¢ver de San Juan de la Cruz, lanza una met¨¢fora del siglo de oro: ¡°?no nos estar¨¢ pasando el s¨ªndrome del Quijote? ?No nos estaremos empachando con noticias, en vez de con novelas de caballer¨ªa, y experimentando esa banalizaci¨®n de la realidad?¡±
A partir de los hechos hist¨®ricos, buceando en biograf¨ªas, en los poemas y prosas explicativas de San Juan, Fabre interviene sin perder de vista que ¡°dentro de la propia realidad ya estamos operando con ficciones¡± ¡°Adem¨¢s ¨Ca?ade¨C los propios textos hagiogr¨¢ficos ya son los suficientemente ambiguos como para que entre la ficci¨®n¡±. Por ejemplo, las cr¨®nicas sobre c¨®mo los fieles se com¨ªan el pus de las llagas del santo o le arrancaron el me?ique de un mordisco. ¡°Era la ¨¦poca justo posterior a la Conquista y los episodios de canibalismo que tanto escandalizaban. Pero parece que la interpretaci¨®n del horror depende del marco cultural. Yo he pretendido hacer un retrato desde una exEspa?a de una Espa?a can¨ªbal¡±, apunta sobre uno de los m¨²ltiples ¨¢ngulos ¨Censay¨ªstico, po¨¦tico, teatral, humor¨ªstico¨C de su texto.
El humor es otro de los ingredientes utilizados por Eduardo Rabasa (Ciudad de M¨¦xico, 1978) en su primer libro de cuentos, El destino es un conejo que te da ordenes (Pepitas de Calabaza). Una selecci¨®n personajes al l¨ªmite anclados en los arquetipos mexicanos deformados: un cacique paranoico atrincherado en una ratonera por sus desmanes corruptos, una soluci¨®n rectal que proporciona un invencible carisma pol¨ªtico. La s¨¢tira pol¨ªtica de sus dos novelas anteriores vuelve a aparecer como una poderosa herramienta: ¡°La s¨¢tira te permite llevar la realidad al l¨ªmite del absurdo y arrojar mucha luz sobre lo que consideramos normalidad cotidiana. Y en un pa¨ªs como M¨¦xico donde lo absurdo es el pan de cada d¨ªa, la s¨¢tira es m¨¢s muy ¨²til¡±.
En su primera novela, Brenda Navarro (Ciudad de M¨¦xico, 1982) entra al fondo de las angustias de su pa¨ªs. Parte del secuestro de un ni?o para desplegar una trama en doble h¨¦lice y en primera persona: una madre que pierde a su hijo y la nueva-madre que se queda con el peque?o. ¡°Quer¨ªa problematizar lo que pasea con las ausencias y tambi¨¦n con ese dolor y paranoia que tenemos todos los mexicanos, que creemos que siempre nos va a pasar algo malo¡±. Con un bagaje acad¨¦mico en el mundo de la sociolog¨ªa, Navarro dej¨® a un lado el ensayo o la cr¨®nica y escogi¨® la ficci¨®n: ¡°Porque te permite dar rienda suelta a las emociones, adem¨¢s de hablar y decir lo que t¨² quieras sin una postura ideol¨®gica sobre lo que es bueno o malo¡±.
La segunda mujer de su Casas vac¨ªas (Sexto Piso) es una secuestradora. Pero a la vez, tambi¨¦n ha desparecido su hermano, tiene una relaci¨®n abusiva y violenta con su pareja y todo su entorno. ¡°La ciencia y el derecho no quieren ver ciertas cosas pero en la literatura te puedes descontrolar y profundizar en la humanidad de v¨ªctimas y victimarios para entender mejor el mundo¡±.
Los j¨®venes nuevos talentos mexicanos
La siguiente generaci¨®n de las letras mexicanas, entre los 20 y los 30, ya va asomando la cabeza por la industria y la cr¨ªtica internacional. La FiL ha organizado por segunda a?o una selecci¨®n de autores j¨®venes. En la edici¨®n de este a?o destaca Jorge Comensal con su novela Las mutaciones, de reciente publicaci¨®n en Espa?a y Latinoam¨¦rica por Seix Barral; y Aniela Rodriguez con El problema de los tres cuerpos, editada en Espa?a por Min¨²scula. Este a?o ha aparecido tambi¨¦n la Antolog¨ªa de nuevas poetas mexicanas, compilada por el escritor peruano y profesor de literatura en la Universidad Brown, Julio Ortega.
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