Pensar el mundo ¡®desde el refugio¡¯
El Foro de la Cultura de Burgos celebra su cuarta edici¨®n de forma exclusivamente virtual ante el avance de la pandemia en la provincia
Todas las localidades estaban reservadas. Los ponentes hab¨ªan preparado las maletas. Burgos estaba lista, un a?o m¨¢s, para convertirse durante tres d¨ªas en una especie de capital del pensamiento mundial. El Foro de la Cultura, encuentro interdisciplinar entre profesionales que, desde 2014 acoge bianualmente la ciudad, pretend¨ªa celebrarse de forma presencial. Pero el implacable avance de la pandemia en la provincia oblig¨® a la direcci¨®n a trasladar, en casi el ¨²ltimo momento, todos los actos a la pantalla. As¨ª, sus m¨¢s de 50 ponentes se han quedado en casa, desde donde, en el momento en el que los micr¨®fonos se hubieran abierto ante el auditorio ¨Cque hab¨ªa reducido su aforo al 15%¨C se conectan al canal de YouTube para crear eso que ?scar Blanco, su coordinador, llama ¡°experiencias ¨²nicas¡±.
De forma, un tanto, admite, ¡°premonitoria¡±, la edici¨®n de este a?o, la cuarta, iba a llamarse, y as¨ª se llama, Desde el refugio. Y, por supuesto, hab¨ªa contemplado la posibilidad de utilizar el streaming para paliar la ausencia de ponentes internacionales, ideando ya un foro, recuerda Blanco, ¡°h¨ªbrido¡±. As¨ª, desde el pasado lunes, y a raz¨®n de una por d¨ªa, se han ido lanzando diversas charlas, que han reunido a periodistas cient¨ªficos como Carl Zimmer con escritores activistas como Lars Mytting, a soci¨®logas como Saskia Sassen con fil¨®sofos como Javier Gom¨¢, y a un historiador como Philipp Blom con el agricultor y educador Jean Martin Fortier. ?La idea? Pensar el mundo desde la nueva normalidad pand¨¦mica, explorar lo posible y necesario de la sostenibilidad, y el papel que cualquier disciplina puede jugar en el inminente nuevo tablero.
¡°En el siglo XVII¡±, apunt¨® Blom, ¡°se produjo una glaciaci¨®n en la Tierra que hizo caer dos grados la temperatura en todas partes, provocando una sacudida tremenda en la agricultura, que desemboc¨® en hambre y un descontento que fractur¨® la sociedad¡±. El autor de El mot¨ªn de la naturaleza (Anagrama) ten¨ªa enfrente al agricultor Fortier, que no se conect¨® desde su casa sino de su peque?a explotaci¨®n agr¨ªcola. La suya era una de las charlas planeadas para hacerse en remoto. Fortier dijo no estar seguro de que ¡°nuestros sistemas sepan adaptarse a las condiciones mutantes del medio ambiente de los pr¨®ximos a?os¡±, y se mostr¨® convencido de que todo volver¨¢ a ser local y de alguna forma sostenible, porque no habr¨¢ otro remedio. Blom zanj¨® parte de la cuesti¨®n asegurando que ¡°el neoliberalismo se est¨¢ viniendo abajo y el vac¨ªo que va a dejar lo llenar¨¢ algo distinto¡±.
La intenci¨®n no es, dice Blanco, ¡°tematizar¡± el contenido, es decir, no hay una directriz ¨²nica en lo que espera abordarse, y as¨ª las charlas lo mismo se detienen en El cerebro y sus l¨ªmites, y sientan juntas, en la distancia impuesta por lo virtual, a una neurobi¨®loga, Mara Dierssen, y una escritora y activista, Elizabeth Duval, que en el posible papel transformador del artista, pero acaban inevitablemente en la necesidad de una toma de conciencia ante el desastre clim¨¢tico responsable tambi¨¦n de la pandemia. ¡°No puedo entender c¨®mo podemos seguir pensando en ir a comprar unos zapatos o en salir a esquiar ante la tragedia irreversible a la que nos enfrentamos¡±, apuntaba el cineasta Javier Fesser, que confes¨® haberle declarado ¡°la guerra¡± al pl¨¢stico convencido de que ¡°los peque?os gestos suman much¨ªsimo¡±.
Por ejemplo, tanto en su caso como en el de Gracia Querejeta, tambi¨¦n cineasta e incluida en la charla sobre el activismo art¨ªstico junto a la escritora Edurne Portela y el m¨²sico David Ruiz, cantante de La M.O.D.A., se habl¨® de la no anecd¨®tica importancia de desterrar las ¡°innumerables¡± botellas de agua que se utilizan en los rodajes, o como record¨® tambi¨¦n Ruiz, ¡°en los conciertos o festivales¡±. En el caso de Fesser, el equipo de su pel¨ªcula las sustituy¨® por ¡°tres botijos¡± demostrando que ¡°a lo mejor lo que tenemos que hacer es volver a lo b¨¢sico¡±. En esto coincidi¨® su compa?era de discusi¨®n, M¨®nica Guti¨¦rrez, miembro de Basurama, que aludi¨® a la importancia de ¡°nuestras abuelas¡± en ese ¡°cambio de mirada¡±. ¡°Para ellas, la basura no exist¨ªa. Todo pod¨ªa tener una utilidad. Hoy somos ciudadanos por la v¨ªa del consumo, y estamos perdiendo el foco¡±, a?adi¨®.
La manera en que, como creadores, puede ayudarse a subvertir la tendencia es, dijo Querejeta, no olvidando, a la hora de crear personajes ¡°no extremos¡± se creen ¡°con h¨¢bitos incorporados como el reciclaje¡±. Para Portela no hay forma en que la realidad pueda moldear la ficci¨®n si el creador no est¨¢ preocupado por aquello que deber¨ªa moldearla, y es inevitable, asegura, que hoy lo est¨¦ por el medio ambiente. ¡°Si esas preocupaciones aparecen en mis personajes, es porque yo tambi¨¦n las tengo, y es algo que me est¨¢ pasando con lo que escribo ahora, que el entorno est¨¢ tomando un protagonismo especial¡±, dijo. Y mientras Elizabeth Duval se mostraba ¡°cr¨ªtica¡± con ¡°el potencial de la poes¨ªa para cambiar las cosas¡± en su charla con Dierssen, la neurobi¨®loga consideraba que ¡°el arte ha de servirnos para cambiar la manera que tenemos de enfrentarnos al mundo¡±.
Derrib¨® Dierssen ¡°la leyenda urbana¡± de que ¡°solo utilizamos un 10% de nuestra capacidad cerebral¡± asegurando que ¡°ser¨ªa biol¨®gicamente caro tener algo que no utilizas¡±, y que lo que ocurre es que ¡°no lo capitalizamos todo". "Nuestra plasticidad es enorme, aunque cuesta esfuerzo desarrollarla¡±, poco antes de que, no desde sus casas, sino desde la Fundaci¨®n Espacio Telef¨®nica se cerrase su colaboraci¨®n de este a?o con el Foro de la Cultura con un pol¨¦mico debate intergeneracional entre los fil¨®sofos Ernesto Castro y Fernando Broncano y la escritora Bel¨¦n Gopegui, representantes de tres generaciones distintas, y decididos, cada uno desde su propio frente, a acabar tambi¨¦n con, como dijo Broncano, ¡°la mitificaci¨®n de las generaciones¡±. ¡°Las generaciones no son sujetos hist¨®ricos¡±, a?adi¨® Broncano.
¡°Las generaciones no tienen la importancia sociol¨®gica que se cree¡±, asegur¨® Castro, que cit¨® a Ortega en m¨¢s de una ocasi¨®n y convino estar de acuerdo su afirmaci¨®n de que ¡°la generaci¨®n es un punto de contacto entre la ¨¦lite y la masa¡± y en ese sentido ¡°puede definirse tanto por el a?o de nacimiento como el de consolidaci¨®n¡±, en especial, en lo que se refiere a lo literario. Para Gopegui, sin embargo, respecto a la llamada Generaci¨®n Z, ¡°s¨ª se ha producido una ruptura hist¨®rica, porque no es que no vayan a tener una casa, es que no tendr¨¢n un planeta en el que vivir¡±. Apost¨® la escritora por lo que unos pueden aprender de otros, y asegur¨® haberse ¡°construido¡± contra la Espa?a ¡°del pelotazo¡± y a la vez que los que m¨¢s la ense?aron ¡°fueron las personas de esa generaci¨®n¡±. ¡°No hay que entenderlas como agentes hist¨®ricos¡±, insisti¨® Castro, para quien lo interesante ¡°es que ya no se definen por las guerras sino por la contracultura y lo tecnol¨®gico¡±.
Carmena, un chef y un alpinista
En riguroso directo en el canal de YouTube del Foro de la Cultura, un directo despu¨¦s revisitable, los di¨¢logos tendr¨¢n lugar durante todo el fin de semana, y ampliar¨¢n los temas de discusi¨®n al universo del territorio ¨Ccon una charla entre los escritores Daniel Gasc¨®n y Sergio del Molino, y la periodista Lara Hermoso¨C e incluso el del humor ¨Ccon el dibujante y c¨®mico Joaqu¨ªn Reyes, y la actriz, c¨®mica y activista Patricia Sonrosa¨C, y la pol¨ªtica. El domingo por la ma?ana, la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, participar¨¢ en un debate titulado 'Espacios de libertad', en el que, acompa?ada de Eduardo Madina y Borja S¨¦mper, tratar¨¢ de dilucidar si la noci¨®n de libertad vinculada a un gobierno que permite el voto y aprueba leyes ha dejado de existir en el mundo regido por el miedo de hoy. Entre las curiosidades, la charla sobre 'La esperanza de no esperar nada', en la que participan el chef Andoni Aduriz, la fil¨®sofa Ana Carrasco Conde y el alpinista Carlos Soria.
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