145 libros para cambiar el mundo

Hace 30 a?os no preocupaban los vientres de alquiler ni circulaba un sustantivo espec¨ªfico para definir la fraternidad entre mujeres (sororidad). Las feministas espa?olas peleaban entonces por una ley que despenalizase el aborto (desde 1985 se permit¨ªa solo en tres supuestos: violaci¨®n, riesgo para la salud de la mujer o malformaci¨®n del feto). Hab¨ªa corrientes y divisiones en el movimiento (?cu¨¢ndo no?) y el regusto amargo de que la democracia hab¨ªa tra¨ªdo el marco te¨®rico sin transformar la sociedad. Las marchas del 8 de marzo no estaban en su mejor momento.

Pero hab¨ªa gente que, desde o contra, el poder sigui¨® trabajando para desmontar las estructuras pol¨ªticas, econ¨®micas, sociales, culturales y mentales que relegaban a las mujeres. La historiadora Isabel Morant Deusa fue una de ellas. En 1990 impuls¨® desde la Universidad de Valencia, con la colaboraci¨®n del editor de C¨¢tedra Gustavo Dom¨ªnguez, una colecci¨®n de estudios feministas que se mov¨ªa entre dos vocaciones: rescatar voces que se alzaron en el pasado contra la desigualdad (de ?milie du Ch?telet y Poulain de la Barre a John Stuart Mill y Harriet Taylor Mill) y airear a las nuevas pensadoras y los estudios de g¨¦nero que comenzaban a implantarse en las universidades espa?olas. ¡°Lo que nos dio fuerza en ese momento era el convencimiento de que estaban en marcha una producci¨®n intelectual y una acumulaci¨®n de conocimientos en los pa¨ªses occidentales que deb¨ªan ser difundidas¡±, recuerda.

Aquella iniciativa, a la que se sum¨® el Instituto de la Mujer durante varios lustros (hasta que en 2012 se rompi¨® el convenio en la etapa de Juan Manuel Moreno Bonilla como secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad), ha permitido editar 145 libros que acaso constituyen el corpus feminista de m¨¢s largo aliento editado en Espa?a sin interrupci¨®n. El ¨²ltimo de ellos es un regalo para celebrar el 30 aniversario: el ensayo colectivo Ser ferministas. Pensamiento y acci¨®n, que se presentar¨¢ el jueves online.

¡°La colecci¨®n va en paralelo al feminismo de este pa¨ªs que asombr¨® al mundo en 2018, y que es muy singular respecto a Inglaterra, Francia o EE UU porque est¨¢ anclado en la vida cotidiana. Hay una comprensi¨®n mayor sobre cu¨¢les son los mecanismos que reproducen las desigualdades en cualquier campo y esos libros nos han ayudado a darnos cuenta y cambiar la percepci¨®n de la realidad¡±, reflexiona la fil¨®sofa Ana de Miguel, que public¨® en 2015 Neoliberalismo sexual (El mito de la libre elecci¨®n), uno de los grandes ¨¦xitos de la colecci¨®n, nacido de ¡°un ba?o de realidad¡±.

Tras ser madre de dos hijos, De Miguel percibi¨® las diferencias sociales que condicionaban la crianza entre ni?os y ni?as, al tiempo que se topaba de bruces con la prostituci¨®n de menores cada vez que la familia acud¨ªa a la Casa de Campo. ¡°Vi la gran contradicci¨®n de una sociedad que no sab¨ªa qui¨¦n era, que cree que est¨¢ haciendo una cosa y est¨¢ haciendo otra. Y vi como en una sociedad que apoya activamente la igualdad se han encontrado nuevas formas de sometimiento al patriarcado como la pornograf¨ªa, que legitima la violencia contra las mujeres¡±, sostiene.

Nuevas preocupaciones para una vieja lucha que en Espa?a ha tenido precursoras como Gertrudis G¨®mez de Avellaneda, Carolina Coronado, Rosal¨ªa de Castro, Concepci¨®n Arenal, Teresa Claramunt, Carmen de Burgos o Emilia Pardo Baz¨¢n, por no citar a la prodigiosa generaci¨®n de la edad de plata que en la Segunda Rep¨²blica conquist¨® el voto y se sacudi¨® el sombrero. A ninguna de ellas se le pasar¨ªa por la cabeza que las feministas de hoy debatan sobre el g¨¦nero no binario, la brecha salarial, el ciberacoso, el mansplaining (si se prefiere, machoexplicaci¨®n) o la ¨¦tica del cuidado. Hay temas que se arrastran desde el pasado, pero la conversaci¨®n se ha enriquecido en este tiempo por caminos impensables en los noventa. ¡°La evoluci¨®n se produce al hilo de los debates sociales. No hay temas que se hayan quedado atr¨¢s porque no hay ninguno cerrado, pero hay debates nuevos que no exist¨ªan hace 30 a?os a los que tratamos de dar respuesta, como los vientres de alquiler, la cuesti¨®n de las ind¨ªgenas o c¨®mo afecta la contaminaci¨®n a la salud de las mujeres¡±, plantea Alicia H. Puleo, catedr¨¢tica de Filosof¨ªa Moral y Pol¨ªtica de la Universidad de Valladolid y autora de Ecofeminismo para otro mundo posible.

En 2014 Puleo asumi¨® la direcci¨®n de Feminismos y dos a?os despu¨¦s observ¨® un crecimiento en las ventas. Una se?al de la marea morada que estaba a la vuelta de la esquina aunque por entonces nadie lo intuyese. En 2017 estalla el MeToo y en 2018, el feminismo espa?ol. ¡°Creo que de forma directa e indirecta la colecci¨®n ha contribuido a ello¡±, prosigue Puleo, ¡°el hecho de que haya provisto de material s¨®lido en humanidades ha permitido el desarrollo de estudios feministas en las universidades y ha generado una masa cr¨ªtica formada en el feminismo¡±. Los acontecimientos parecen dar la raz¨®n a Celia Amor¨®s, referente del feminismo latino y premio Nacional de Ensayo en 2006 por La gran diferencia y sus peque?as consecuencias... para las luchas de las mujeres, publicado en la colecci¨®n: ¡°No hay nada m¨¢s pr¨¢ctico que una buena teor¨ªa¡±.

Buena parte de esas te¨®ricas escriben en el libro colectivo que conmemora los 30 a?os y que ha ilustrado Ver¨®nica Perales. Alicia H. Puleo invit¨® a 43 autoras a reflexionar a partir de una consigna, un concepto o una frase sobre la lucha feminista. Ah¨ª est¨¢n desde cl¨¢sicos de pensadoras como Simone de Beauvoir (¡°No se nace mujer, se llega a serlo¡±) o Mary Wollstonecraft (¡°No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre s¨ª mismas¡±) a los nuevos c¨¢nticos del siglo XXI: ¡°?Hermana, no est¨¢s sola!¡± (difundido masivamente en solidaridad con la v¨ªctima de La Manada) o ¡°Si nosotras paramos, se para el mundo¡±.

Tambi¨¦n ¡°La revoluci¨®n ser¨¢ feminista o no ser¨¢¡± sobre el que Beatriz Gimeno, una hist¨®rica del movimiento que ahora dirige el Instituto de la Mujer, cuenta en el libro una reveladora an¨¦cdota. ¡°En mayo de 2011, en plena acampada en la Puerta del Sol, las feministas colgaron una pancarta con ese lema sobre una de las bocas del metro y poco despu¨¦s algunos de los all¨ª acampados la arrancaron entre aplausos, alegando que la revoluci¨®n no ser¨¢ ni feminista ni machista¡±, recuerda. ¡°Aquella rabia contra el lema de la pancarta¡±, contin¨²a, ¡°pon¨ªa de manifiesto algo que el feminismo ha denunciado desde siempre: su exclusi¨®n de todas las revoluciones¡±.