Miki Leal se enfrenta a s¨ª mismo en M¨¢laga
El artista sevillano re¨²ne en el CAC malague?o un centenar de obras en la exposici¨®n ¡®Gente conocida / Derecho a entrar¡¯, la mayor muestra individual de su carrera
A lo largo de su vida, Miki Leal (Sevilla, 46 a?os) ha hecho multitud de amigos. Una familia elegida, seleccionada, con la que tiene puntos en com¨²n y con quienes ha realizado un camino particular lleno de di¨¢logos. Entre ellos se encuentran Matisse o C¨¦zanne, pero tambi¨¦n la cer¨¢mica, la arquitectura, el dise?o, la moda, el tenis, el cine o el jazz. Son los referentes de lo que ¨¦l mismo denomina mikitolog¨ªa y que aparecen de manera constante en su trabajo y que han quedado enmarcados bajo el concepto de Gente conocida / Derecho a entrar, t¨ªtulo de la exposici¨®n que el artista inaugura este viernes en el Centro de Arte Contempor¨¢neo (CAC) M¨¢laga, comisariada por Alberto Mart¨ªn y que se podr¨¢ ver hasta el pr¨®ximo 21 de febrero. La muestra cuenta con un centenar de obras, convirti¨¦ndose en la m¨¢s grande y completa de las realizadas por el sevillano hasta la fecha. ¡°Exponer es exponerse a uno mismo, es como un autorretrato continuo: ah¨ª est¨¢n mi vida, mi experiencia, trayectoria, gustos, placeres o fobias¡±, subraya el autor, que a lo largo de su carrera ha mostrado su trabajo en pa¨ªses como Italia, Suiza, M¨¦xico, Reino Unido o Austria, entre otros.
La exhibici¨®n es fresca, colorida, atractiva, luminosa. Refleja conceptos totalmente contrarios al confinamiento y los meses posteriores de crisis sanitaria, tiempo en el que ha sido concebida en su inmensa mayor¨ªa. El recorrido por ella se puede realizar de forma circular y da la sensaci¨®n de que invita a transitarla una y otra vez para detenerse, en cada giro, en diferentes detalles o puntos de vista que ofrecen las obras. Dos de ellas, elaboradas espec¨ªficamente para esta muestra, reciben y despiden al espectador. Se trata de dos enormes samur¨¢is que ejercen de atlantes en sendas paredes del CAC. Tambi¨¦n vigilan y protegen a su hermano mayor: Podr¨ªan escaparse. No teng¨¢is miedo, un acr¨ªlico y acuarela sobre papel que Leal llev¨® a Arco. En ella homenajea a Los siete samur¨¢is, de Akira Kurosawa, pero muestra igualmente muchos de los caminos que le apasionan, como las texturas, las m¨²ltiples capas o incluso cl¨¢sicos como el bodeg¨®n, que el artista lleva a su terreno. Tambi¨¦n el dise?o y la moda. El artista ha coqueteado con marcas como Camper o Swatch y ha incluso fabricado telas. ¡°Es un mundo que me atrae much¨ªsimo¡±, afirma.
Un autorretrato o el retrato de su mujer, realizados hace m¨¢s de una d¨¦cada y ambos sin cara en la ¨¦poca del selfi, son las obras m¨¢s antiguas de la exposici¨®n. Y sirven para transitar el mismo camino que el propio autor realiza sobre una cuerda floja que se mantiene entre la abstracci¨®n y la figuraci¨®n. ¡°Siempre he tenido esa incertidumbre¡±, subraya Leal, que caminando sobre el alambre da paso hacia la cer¨¢mica con obras que intervienen aqu¨ª y all¨¢ las propias paredes del Centro de Arte Contempor¨¢neo para jugar con el propio espacio. El barro sirve para viajar hacia otra de las constantes en las obras de Leal, las referencias familiares. En este caso, con la reproducci¨®n de una antigua chimenea que su t¨ªo, misionero en Mozambique, regal¨® a su padre en los a?os 60. Un drive directo a sus antepasados.
La cer¨¢mica tambi¨¦n funciona como transici¨®n desde el mundo exterior del artista al interior, al laboratorio que hay en su cabeza, al estudio, las pruebas y las ganas de juego a trav¨¦s del arte. Precisamente uno de sus juegos favoritos, el tenis, forma tambi¨¦n parte de esa gente conocida que ha acompa?ado a Leal desde su infancia. Desde la propia pista -es un deporte que a¨²n practica- como desde fuera. ¡°Soy un gran aficionado¡±, subraya el sevillano, que busca unir dos mundos a priori separados -tenis y arte- para buscar sus puntos en com¨²n. Desde el duelo que hay sobre la cancha al que tiene el propio artista con el lienzo, a la elegancia del golpeo, el formato, los colores o texturas. ¡°Para m¨ª la pintura tiene algo de superficie muy importante: no es solo lo que se pinta, sino c¨®mo se pinta¡±, explica. Entre las obras se encuentran tres polos de tres campeones como Roger Federer, John McEnroe o Ren¨¦ Lacoste, similares a los que en su d¨ªa mostr¨® en M¨®naco como parte de una serie donde se representaban todas las camisetas utilizadas por los vencedores de torneos del Grand Slam desde los a?os 50. Frente a ellos, al resto, parece sonar la m¨²sica de John Coltrane, J. J. Johnson, Ella Fitzgerald o Charlie Parker en lienzos tan cinematogr¨¢ficos y rendidos al jazz como en el que representa la detenci¨®n de Miles Davis.
¡°He disfrutado mucho con todo lo que rodea a esta exposici¨®n, aunque es un momento raro para exponer¡±, subraya Miki Leal, que dice llevar la incertidumbre marcada en la piel ¡°como cualquier otro ser humano en estos momentos¡±. Esta es su primera muestra individual tras la llegada de la pandemia. El coronavirus le pill¨® mostrando su trabajo en el Espacio Santa Clara de la capital andaluza, donde hoy todav¨ªa se puede ver tambi¨¦n Tr¨ªplex, donde expone junto a Jos¨¦ Gordillo y Rub¨¦n Guerrero. Mientras tanto, ya tiene claro d¨®nde le encontrar¨¢ 2021. A partir del 1 de marzo estar¨¢ realizando una residencia en el ISCP de Brooklyn, en Nueva York, para exponer a finales de verano en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Chicago. Ser¨¢ un nuevo partido con bolas nuevas para un Leal que pretende hacer lo que hasta ahora no ha tenido tiempo.
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