Memorias de un m¨¦dico enganchado a la morfina
Juan Alonso P¨¦rez escribi¨® un libro, que ahora se reedita, con sus vivencias como adicto durante la Segunda Rep¨²blica y la dictadura
En 1976, Juan Alonso P¨¦rez public¨® Salida de las tinieblas, un libro en el que narraba sus vivencias como adicto a diferentes drogas durante la Segunda Rep¨²blica, la Guerra Civil y la dictadura. Descatalogado durante a?os y convertido en un t¨ªtulo de culto, acaba de ser rescatado por la editorial Comares.
Nacido en una familia de la burgues¨ªa valenciana, Juan Alonso fue un joven feliz hasta que, a los 17 a?os, la separaci¨®n sus padres le sumi¨® en una depresi¨®n que nunca superar¨ªa. A la ruptura familiar se sum¨® poco despu¨¦s una tortuosa relaci¨®n con Gloria, bailarina taxi-girl que le inici¨® en el uso de la coca¨ªna. Pero Juan Alonso nunca fue adicto a esa sustancia. La droga que lo enganch¨® fue la morfina, que conoci¨® como estudiante de medicina. La v¨ªspera de un examen, Juan y sus compa?eros quisieron comprobar si los efectos de ese opi¨¢ceo se correspond¨ªan con lo que afirmaban sus apuntes. Mientras que a los dem¨¢s les provoc¨® un efecto narc¨®tico, ¨¦l vivi¨® una de las experiencias m¨¢s placenteras de su vida. Si bien se prometi¨® no repetir, poco despu¨¦s ya era adicto.
Aunque en 1936 inici¨® un proceso de desintoxicaci¨®n, no pudo concluirlo por el estallido de la Guerra Civil, en la que combati¨® junto al bando republicano realizando tareas m¨¦dicas, lo que le dio f¨¢cil acceso a la morfina, que usaba para sobrellevar su adicci¨®n y paliar la tristeza provocada por los amigos muertos en combate.
Finalizado el conflicto, Juan Alonso fue depurado por las autoridades franquistas. El joven prometedor que estuvo a punto de estudiar en Alemania acab¨® de m¨¦dico rural en Xirivella, pueblecito valenciano en el que era muy apreciado por los vecinos, la mayor¨ªa de los cuales conoc¨ªan su adicci¨®n. De hecho, cuando decidi¨® contar su historia, el libro no provoc¨® ning¨²n esc¨¢ndalo, ¡°salvo en un reducido grupo de mamarrachos muy cat¨®licos¡±, como recordaba uno de esos vecinos a Jorge Marco, historiador que ha prologado la reedici¨®n de Salida de las tinieblas.
¡°Mi madrina, una t¨ªa abuela, fue criada de Juan Alonso durante 40 a?os. Por eso, en mi casa hab¨ªa un ejemplar de su libro dedicado a mi madre. Lo le¨ª siendo adolescente y me impresion¨® porque hablaba de muchos tab¨²s que desconoc¨ªa. En esa ¨¦poca no ten¨ªa mirada de historiador pero, cuando comenc¨¦ la carrera, pens¨¦ que ser¨ªa oportuno reeditar estas memorias¡±, recuerda Marco, para quien Salida de las tinieblas es una anomal¨ªa en la literatura espa?ola.
¡°Hay pocos libros de memorias en Espa?a en los que se aborde el tema de las drogas, pero la excepcionalidad de este radica en que es el ¨²nico que habla de la Segunda Rep¨²blica, de la guerra y de la primera parte de la dictadura. Este hecho permite hacer una lectura de la ¨¦poca m¨¢s completa, rica y enfrentada a los relatos estrictamente pol¨ªticos o propagand¨ªsticos¡±.
En opini¨®n de Marco, el libro de Alonso es tambi¨¦n valioso por mostrar los cambios producidos en la sociedad desde la Rep¨²blica hasta la dictadura a trav¨¦s de los ojos de un personaje doblemente perdedor: por sus ideas pol¨ªticas y por su adicci¨®n.
¡°Los que trabajamos el franquismo solemos hablar de los nuevos ricos que cre¨® la dictadura gracias a la represi¨®n y la corrupci¨®n, especialmente durante los a?os cuarenta. Sin embargo, la historia de Juan Alonso muestra el descenso social de aquellos burgueses que apoyaron ideas progresistas y que, tras la guerra, terminaron por convertirse en?nuevos pobres. Una experiencia personal que, evidentemente, tambi¨¦n afecta a su relato sobre las drogas¡±, explica Marco.
Aunque en la actualidad resulte llamativo, durante los a?os treinta y cuarenta el kif, que se fumaba en pipa y no en cigarrillo, solo era consumido por aquellos que hab¨ªan estado en los territorios espa?oles en Marruecos. En la Pen¨ªnsula lo que se estilaba era la coca¨ªna ¡ªque se consegu¨ªa en el mercado negro¡ª, las anfetaminas ¡ªdisponibles en las farmacias sin receta¡ª, la morfina ¡ªque hasta los cincuenta se prescrib¨ªa alegremente para casi cualquier molestia¡ª y, por supuesto, el tabaco y el alcohol. En los momentos de mayor adicci¨®n, Juan Alonso lleg¨® a consumir 25 ampollas de morfina y una docena de anfetaminas diarias, que regaba con siete u ocho cubalibres, cuatro whiskys y dos litros de cerveza. Curiosamente, fue el alcohol, droga legal, la que m¨¢s agri¨® su car¨¢cter y complic¨® la relaci¨®n con sus familiares, a quienes dedic¨® Salida de las tinieblas.
¡°El libro fue un homenaje a su familia, especialmente a su mujer, por soportar cuatro d¨¦cadas de adicciones y ayudarle a superarlas. Tambi¨¦n se dirig¨ªa a un p¨²blico toxic¨®mano porque si ¨¦l, adicto a la morfina, las anfetaminas y el alcohol, consigui¨® dejarlo, ellos tambi¨¦n pod¨ªan hacerlo. De alg¨²n modo, se adelant¨® unas d¨¦cadas a los mensajes sobre la desintoxicaci¨®n¡±.
El hecho de que Juan Alonso escribiera unas memorias sobre sus adicciones para que fuera le¨ªda por su familia y otros drogodependientes hace que su obra, a pesar de su innegable valor hist¨®rico, no pueda ser comparada con la de autores internacionales que escribieron sobre adicciones, como pudiera ser William S. Burroughs, cuyo p¨²blico s¨ª era un lector interesado por la literatura de vanguardia y las experiencias con t¨®xicos.
¡°En mi opini¨®n, la vivencia de Juan Alonso es bien diferente a la de William S. Burroughs. Principalmente porque ni Espa?a era Estados Unidos, ni Juan Alonso era un literato bohemio. Adem¨¢s, si la historia de ambos pa¨ªses ten¨ªa ya enormes diferencias a comienzos del siglo XX, despu¨¦s de la Guerra Civil esa brecha se convertir¨ªa en un abismo¡±, concluye Jorge Marco.
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