Sara Jaramillo Klinkert: ¡°Todos llevamos a cuestas ausencias sin resolver¡±
La escritora y periodista parte del asesinato de su padre en Medell¨ªn en 1991 para componer su autorretrato y encontrar su reci¨¦n estrenada voz de narradora en 'C¨®mo mat¨¦ a mi padre'
Iba a cumplir los 40. Dej¨® madre, novio, mascotas y trabajo para darse ¡°un tiempo para escribir¡±. Al otro lado del tel¨¦fono, con voz grave, marcado acento paisa y c¨¢lida carcajada, Sara Jaramillo Klinkert (Medell¨ªn, 1979) recuerda la improbable historia de su primer libro, escrito en un piso peque?o pr¨®ximo a la plaza de Castilla en Madrid, publicado en Colombia a finales del a?o pasado y recuperado por Lumen este verano.
C¨®mo mat¨¦ a mi padre parte de una historia familiar sobre a la que Jaramillo le costaba hablar, una historia tr¨¢gicamente com¨²n en ese Medell¨ªn de los ochenta y noventa en el que creci¨®. Formada como periodista, trabaj¨® en noticieros televisivos ¡ª¡°eso me daba la posibilidad escribir r¨¢pido y pensar r¨¢pido¡±¡ª, mientras acumulaba algunos cuentos y novelas que nunca llegaba a rematar porque, dice, ¡°esos textos se quedaban sin aliento¡±.
Al llegar a la Escuela de Escritores en Madrid decidi¨® escribir algo sobre su progenitor, un abogado que representaba a grandes sindicatos y que cay¨® muerto por los disparos de un sicario a las puertas de la casa de la abuela de la autora, que en ese momento contaba con 11 a?os. ¡°Lo que escrib¨ª impresion¨® y gust¨® mucho. Aquello me hizo darme cuenta de lo jodido que es vivir en un sitio violento, porque hace que se vuelvan normales cosas que no deb¨ªan serlo¡±, apunta. ¡°Me fueron pidiendo m¨¢s, y escribir hac¨ªa que me sintiera mal y tambi¨¦n bien; comprend¨ª que era mejor exteriorizarlo que tenerlo escondido. Pas¨® de ser algo de lo que no hablaba, a poder hacerlo sin atadura. Mi madre en su af¨¢n de hacerse la fuerte manej¨® mucho silencio, y vinimos a hablar ahora, tras la salida del libro. Al hacerlo sin temor, ni cosas malucas, eso deja de dominarte, t¨² pasas a tener el poder¡±.
La brusca p¨¦rdida de la arcadia feliz de la infancia en esa finca en la que creci¨® con sus cuatro hermanos; la furia y el silencio que todo lo empapaban; aquel primer intento fallido de disparar al padre de Jaramillo, con toda la familia metida en un coche y el pistolero tratando de apuntar y vi¨¦ndola al otro lado de la ventanilla en la parte de atr¨¢s; el puzle familiar deshecho y la ca¨ªda en picado de uno de sus hermanos; su paso a la edad adulta con la firme idea de no tener hijos y ¡°ser ego¨ªsta¡±; el encuentro con un hombre sin padre v¨ªctima de una carambola tr¨¢gica, macabramente conectada con su historia. Jaramillo va tirando del hilo de su vida en C¨®mo mat¨¦ a mi padre, uniendo pedazos dispersos para componer su autorretrato, y encontrar as¨ª, en ese mismo ejercicio de memoria, su reci¨¦n estrenada voz de narradora. ¡°En Madrid en aquel piso, hice un ejercicio de introspecci¨®n muy grande, me entren¨¦ para confinarme ahora con mi gato Kafka¡±, bromea.
Entrar en la turbia historia de uno de sus hermanos dice que fue casi lo m¨¢s complicado de todo. ¡°Su adicci¨®n me genera algo muy complejo¡±, advierte. ¡°La muerte de mi padre se llev¨® muchas cosas. Su parte de la familia tan bullosa y numerosa. Desapareci¨®. Es el otro abandono que se llev¨® de tajo la bala¡±, explica.
De ni?a, en los libros encontr¨® un ¡°refugio¡±. Una amiga de su madre era bibliotecaria en un colegio y le hac¨ªa llegar a esa casa alejada en el campo donde viv¨ªan los libros de Agatha Christie o Enid Blyton. Al hablar de los libros que le marcaron a la hora de escribir el suyo habla de Ordesa, de Manuel Vilas ¡ª ¡°me dio pistas sobre c¨®mo las an¨¦cdotas peque?as cuentan cosas inmensas¡±¡ª; L¨¦xico familiar, de Natalia Ginzburg; El a?o del pensamiento m¨¢gico, de Joan Didion; y Lo que no tiene nombre, de Piedad Bonnet. Leyendo este ¨²ltimo libro fue cuando pens¨® que su historia de p¨¦rdida pod¨ªa resultar interesante.
"La m¨ªa es la historia de muchas personas. Es raro en Medell¨ªn no haber conocido la violencia de manera cercana"
¡°El tema de Pablo Escobar se ha abordado en muchos libros y en el cine, de la misma manera que el asunto de los sicarios, las armas, las bombas. Estamos todos jartos de esa historia, qu¨¦ cansancio, qu¨¦ pereza¡±, comenta al tratar de explicar por qu¨¦ todo ese ruido de fondo de las balas y el narcotr¨¢fico que asolaban su ciudad est¨¢ fuera de las p¨¢ginas de su libro. Jaramillo quer¨ªa contar una historia ¨ªntima, y en esa intimidad ha logrado conectar con todos esos lectores que ahora la escriben. ¡°La m¨ªa es la misma historia que tienen muchas personas¡±, aclara. ¡°Tengo cinco amigas que les mataron al pap¨¢, y es raro en Medell¨ªn no haber conocido la violencia de manera cercana. Y todo eso llega a normalizarse, porque la vida no se para¡±, reflexiona. ¡°Lo que viene despu¨¦s es lo m¨¢s dram¨¢tico, el desarrollo posterior de una familia. Todas las historias son parecidas, y todos llevamos esas historias a cuestas, las ausencias, los dolores sin resolver¡±. Pero el trauma personal y el colectivo de los que habla Jaramillo, a menudo se resisten a ser contados, ordenados narrativamente. ¡°Cuando hay un muerto la historia no acaba, sino que empieza. Ah¨ª arranca lo tr¨¢gico¡±.
Hubo algo de terapia y una necesaria toma de distancia en las notas que Jaramillo fue reuniendo en Madrid. Al final se encontr¨® con un mont¨®n de p¨¢ginas que decidi¨® repasar, y, una vez ordenadas, una amiga le pidi¨® el manuscrito. Aquel borrador lleg¨® a trav¨¦s suyo al escritor y editor H¨¦ctor Abad Faciolince, que decidi¨® sacarlo en su peque?o sello editorial. La historia que Jaramillo contaba reson¨® en el autor de El olvido que seremos, libro en el que Abad vuelve sobre el asesinato de su padre, tambi¨¦n en las calles de Medell¨ªn, y que Jaramillo recuerda que ley¨® ¡°con angustia, porque su historia era tambi¨¦n la m¨ªa¡±.
Pero si Faciolince decidi¨® contar aquella historia por dentro y por fuera, la autora de C¨®mo mat¨¦ a mi padre renuncia a investigar el crimen que parti¨® su vida. ¡°El a?o 1991 fue el que m¨¢s muertos hubo. A mi pap¨¢ no dejaron que le crem¨¢ramos para poder investigar pero no hubo ninguna investigaci¨®n¡±, explica. ¡°Antes de escribir el libro no se me ocurri¨® buscar nada y aunque H¨¦ctor me hizo la misma pregunta no quise buscar el informe de la autopsia. Con este libro ya hurgu¨¦ suficiente en la herida¡±.
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Autora: Sara Jaramillo Klinkert.
Editorial: Lumen.
Formato: 185 p¨¢ginas. 17,90 euros.
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