¡®Americans Parade¡¯, retrato de una naci¨®n en tiempos turbulentos
El fot¨®grafo George Georgiou presenta su ¨²ltimo trabajo dentro de la programaci¨®n de la nueva edici¨®n del festival Getxophoto
Donald Trump alcanz¨® la presidencia de los Estados Unidos en 2016, a?o durante el cual las grandes divisiones raciales, culturales y econ¨®micas de la naci¨®n se hicieron m¨¢s evidentes. El mismo a?o en que George Georgiou (Londres, 1961) recorri¨® el pa¨ªs con el fin de fotografiar a las multitudes que se daban cita en los variados desfiles que ten¨ªan lugar a lo largo y ancho de su geograf¨ªa. Entre junio y noviembre el fot¨®grafo atraves¨® 14 estados, 24 ciudades. Asistir¨ªa a un total 26 festejos. No era esta la primera vez que el brit¨¢nico recorr¨ªa el pa¨ªs. Lo hab¨ªa hecho cinco a?os atr¨¢s; de viaje con su mujer, la fot¨®grafa Vanessa Winship, mientras esta preparaba un libro sobre la Am¨¦rica contempor¨¢nea. ¡°Cuando uno atraviesa en coche las distintas poblaciones de Estados Unidos apenas observa vida en la calle. De forma que la imagen que tiende a hacerse del lugar es una fantas¨ªa. Llega a conocer el lugar ¨²nicamente a trav¨¦s de su reputaci¨®n. La comunidad local permanece invisible¡±, se?ala el autor brit¨¢nico. Es en los desfiles donde las comunidades se dejan ver. Individuo tras individuo, uno a uno, de comunidad en comunidad, los asistentes a estos eventos celebrados a lo largo y ancho del pa¨ªs componen el retrato de una naci¨®n en tiempo turbulentos.
Americans Parade, es el resultado de este periplo, viene a formar parte de la decimocuarta edici¨®n del Festival Internacional de la Imagen Getxophoto. Bajo el lema ¡°A la calle¡±, el festival presenta 20 exposiciones que exploran el espacio p¨²blico como escenario de protesta, como lugar de encuentro y reconocimiento mutuo, y como campo de experimentaci¨®n y de reflexi¨®n, tal y como apunta su nuevo comisario, Jon Uriarte (actual comisario digital de la galer¨ªa londinense The Photographers? Gallery). Entre las obras expuestas destacan los dioramas del artista japon¨¦s Sohei Nishimo, la del artista franc¨¦s Thadd¨¦ Comar sobre las protestas de Hong Kong, y La Puente, la serie realizada por la alemana Charlotte Schmitz sobre el mayor prost¨ªbulo del sur de Ecuador. La obra de Georgiou ocupa las vallas de la Escuela Zabala de Getxo. Se trata de seis ampliaciones de tres metros de ancho por dos de altura. Instaladas en una calle peatonal, los protagonistas de las fotograf¨ªas se convierten en espectadores de los transe¨²ntes, quienes a su vez pueden observar a estos observadores, estableci¨¦ndose un poderoso juego de miradas. La instalaci¨®n se complementa con la muestra de Fnac de Bilbao y de Donostia donde se exhiben varias copias de peque?o formato que itinerar¨¢n por las principales salas de la cadena comercial en Espa?a.
¡°Siempre he estado interesado en la pol¨ªtica de la calle y en los espacios p¨²blicos, en c¨®mo operamos dentro de ese espacio, y en c¨®mo se presentan los individuos dentro de ¨¦l¡±, apunta Georgiou, quien en su anterior trabajo Last Stop, se centr¨® en la exploraci¨®n del cambiante paisaje urbano de Londres fotografiado desde el piso superior de un autob¨²s, desde donde uno puede observar una infinidad de situaciones tan cotidianas como extravagantes. ¡°Durante mi primer viaje a Estados Unidos las divisiones entre la comunidad ya parec¨ªan muy evidentes. No solo en los aspectos raciales , sino tambi¨¦n en los econ¨®micos y sociales. Buscaba una forma de referirme a ellas y reflejarlas¡±, recuerda. Pero esto resultaba complicado. ¡°Excepto en las grandes ciudades, las aceras permanecen vac¨ªas, sobre todo en comparaci¨®n con Europa. La falta de espacios p¨²blicos, incluso de transporte p¨²blico es evidente. Todo el mundo va en coche. Son los espect¨¢culos como los desfiles los que provocan que la comunidad se haga visible¡±.
De ah¨ª que su itinerario qued¨® determinado por las paradas y cabalgatas, tanto nacionales como locales, celebradas en las grandes ciudades, as¨ª como en las peque?as poblaciones. Del desfile de Thanksgiving en Nueva York al Mermaid Parade en Coney Island, pasando por el Marion County Country Ham Day Pigasus en Lebanon, Kentucky, document¨® con su c¨¢mara una infinidad de semblantes que vienen a componer una nueva mirada de Am¨¦rica. Una mirada que quedaba completada una vez finalizado el proceso de revelado de las fotograf¨ªas, cuando el fot¨®grafo era capaz de observar el sinf¨ªn de detalles que cuidadosamente revisados y valorados contribu¨ªan a enriquecer la composici¨®n de la imagen. ¡°Era como si la gente estuviera construyendo la imagen para m¨ª. Pero la variedad de gestos que compon¨ªa cada toma hac¨ªa muy dif¨ªcil el proceso de edici¨®n¡±, asegura. El autor ten¨ªa en mente referencias pict¨®ricas. ¡°Siempre me ha atra¨ªdo la vida que desprenden las obras de Pieter Breughel el Viejo, la cantidad de detalles que describen, son, de alguna manera, im¨¢genes dentro de im¨¢genes¡±.
¡°En Nueva Orleans fotografi¨¦ varios desfiles de carnaval, el Mardi Grass. Recuerdo un d¨ªa en el que acud¨ª a dos de ellos, tan distintos que tuve la impresi¨®n de estar en dos comunidades distintas. Uno ten¨ªa lugar a primera hora de la ma?ana, en Algiers, un vecindario afro-americano conocido por sus m¨²sicos. La mayor¨ªa de los asistentes eran de color, apenas vi unos 15 blancos, algo sorprendente en Nueva Orleans. En cambio, aquella misma tarde, en el desfile que recorr¨ªa el Garden District, un conocido barrio de clase alta, solo hab¨ªa blancos. La cantidad de abalorios con los que se adornaban los asistentes era casi 10 veces m¨¢s que las de los espectadores del desfile matinal¡±, recuerda el artista. Pacientemente, el fot¨®grafo esperaba encontrar el hueco adecuado en la acera de enfrente. Ajeno al espect¨¢culo propio del desfile apuntaba con su c¨¢mara dispuesto a captar la escenograf¨ªa de un grupo compuesto por individualidades.¡°Aunque las im¨¢genes muestran a individuos reunidos, en cierto sentido est¨¢n desconectados entre s¨ª. Si despu¨¦s del desfile se le pidiera a alguno de ellos que describiese en detalle a qui¨¦n tuvo al lado, dudo mucho que pudiera hacerlo¡±, argumenta el fot¨®grafo. ¡°Creo que la fuerza del proyecto radica en que cada fotograf¨ªa funcionan como una imagen dentro de otra; si prescindes de la gente permanece el paisaje, y dentro del grupo queda el individuo¡±.
La esencia de Am¨¦rica con sus arquetipos y clich¨¦s rezuma en las im¨¢genes del fot¨®grafo brit¨¢nico. ¡°Mi pasi¨®n por la fotograf¨ªa procede de la fotograf¨ªa americana¡±, reconoce el autor. As¨ª, detr¨¢s de la multitud, se esconde el paisaje vac¨ªo, la tradici¨®n fotogr¨¢fica de Am¨¦rica que Ansel Adams y Walker Evans contribuyeron a inmortalizar. De la misma forma que lo hizo Robert Frank en los a?os cincuenta, y tambi¨¦n amparado en la pulcra mirada del extranjero, Georgious ha querido captar la cadencia emocional de una naci¨®n, desvelando aquello que se esconde tras el sue?o americano a trav¨¦s de una mirada neutra y desapasionada que apunta al vacio y al silencio de una comunidad.
Americans Parade indaga en la identidad, el espacio y la pol¨ªtica de una naci¨®n pero tambi¨¦n en el aislamiento y la soledad del individuo. ¡°Ninguna cultura ha acogido al autom¨®vil de forma tan decisiva como Estados Unidos. Sus pueblos y ciudades est¨¢n en su gran mayor¨ªa dise?ados teniendo en cuenta la dependencia del coche¡±, escribe David Campany en el pr¨®logo del libro que re¨²ne la serie, con t¨ªtulo hom¨®nimo, ¡°Sirvan para lo que sirvan, los desfiles americanos despiertan nostalgia, devuelven a uno a cierto sentido de pertenencia ya desaparecido pero no olvidado. Quiz¨¢s algo tan b¨¢sico como estar junto a alguien de pie, sea cual sea la raz¨®n, es un tipo de utopia¡±.
Americans Parade. George Georgious. Getxophoto. Escuela Zabala. Vizcaya. Hasta el 27 de septiembre.
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