Eloy de la Iglesia y Jos¨¦ Luis Manzano: una historia de amor, cine, hero¨ªna y autodestrucci¨®n
El libro ¡®Lejos de aqu¨ª', que se convertir¨¢ en serie de televisi¨®n, explora la tortuosa relaci¨®n entre el director y el actor de pel¨ªculas como ¡®El pico¡¯ o ¡®La estanquera de Vallecas¡¯, fallecido por sobredosis a los 29 a?os
Esta es una historia de amor. Y de adicciones, a las drogas y a las personas. Es tambi¨¦n una historia de cine y de una parte de Espa?a empujada a las alcantarillas de la historia por la versi¨®n oficial y sus creadores culturales, que escondieron bajo la etiqueta de cine quinqui a muy distintas visiones de lo que ocurr¨ªa a espaldas de la movida. Es, sobre todo, la historia de una relaci¨®n atormentada, t¨®xica y apasionada, la del director Eloy de la Iglesia y su actor fetiche, Jos¨¦ Luis Manzano. Juntos rodaron Navajeros (1980), Colegas (1982), El pico (1983), El pico 2 (1984) y La estanquera de Vallecas (1987). Se conocieron en oto?o de 1978 en la puerta de los Billares Victoria, en el centro de Madrid, donde chavales de extrarradio se ofrec¨ªan a gays por dinero; el actor muri¨® en el piso del director por una sobredosis de hero¨ªna el 20 de febrero de 1992.
Entre medias, un drama y dos vidas, ilustradas por el zaragozano Eduardo Fuembuena en Lejos de aqu¨ª, un libro autoeditado que est¨¢ en fase de desarrollo para convertirse en serie de televisi¨®n. Ochocientas p¨¢ginas que radiograf¨ªan ese amor/odio, cartograf¨ªan la Espa?a de esa d¨¦cada, y reproducen cada conversaci¨®n gracias a los 10 a?os que Fuembuena ha dedicado a la investigaci¨®n. En 2017 public¨® una primera versi¨®n del libro, que ahora ha reescrito en un 70%, en pro de la exactitud de los hechos y del material aportado por nuevas fuentes sobre la relaci¨®n entre De la Iglesia (Zarautz, 1944-Madrid, 2006) y Manzano (Madrid, 1962-1992).
Fuembuena estudi¨® en la ECAM, la escuela de cine de la comunidad de Madrid, donde coincidi¨® una vez con De la Iglesia. ¡°Recuerdo que por curiosidad pas¨¦ por la puerta de la clase donde ¨¦l estaba dando una charla y hubo un momento en que nuestras miradas se cruzaron¡±, cuenta el cineasta y escritor. Ya le atra¨ªa su cine, a¨²n no hab¨ªa convertido aquella historia en la historia de su vida. ¡°Mi libro ha sido un acto de necesidad¡±, reflexiona. Hoy forma parte de la segunda promoci¨®n del programa Residencias de la Academia de Cine, donde est¨¢ desarrollando, tutorizado por Agust¨ª Villaronga, una serie de televisi¨®n centrada en este amor. ¡°Porque siempre tuve una intenci¨®n audiovisual para plasmar esta pasi¨®n¡±.
En el libro De la Iglesia explica: ¡°Cuando escribo, siempre asumo como referencia de destino un cine de barrio. Lo que cuento debe llegar al mayor n¨²mero posible de espectadores; el de autor es un t¨¦rmino que desprecio como marxista que soy¡±, y Fuembuena a?ade: ¡°Sus pel¨ªculas son autobiograf¨ªas encubiertas¡±. A finales de los ochenta, el director ya se hab¨ªa ganado un nombre como cineasta con pel¨ªculas como Juegos de amor prohibido (1975) o El diputado (1978). Metido en la preproducci¨®n de un drama sobre Jos¨¦ Joaqu¨ªn S¨¢nchez Frutos, El Jaro, precoz delincuente y mito popular tras morir en febrero de 1979 con 16 a?os, De la Iglesia record¨® a un chaval bell¨ªsimo de Vallecas que se sacaba de vez cuando dinero con su cuerpo. Era Jos¨¦ Luis Manzano, al que llamaban Mu?equita Ortop¨¦dica por el arn¨¦s que durante mucho tiempo llev¨® para curar una grave lesi¨®n de espalda.
Y as¨ª Manzano pas¨® de la UVA (unas viviendas proporcionadas por el Estado) de Vallecas a la casa de De la Iglesia, que le pag¨® una educaci¨®n y le prepar¨® para el rodaje. Comenzaron una apasionada relaci¨®n sentimental, que el chaval compaginaba con varias novias, y el cineasta, maestro de las im¨¢genes expl¨ªcitas, con otros pretendientes. El estreno de Navajeros convirti¨® a Manzano en el gran rostro de ese g¨¦nero de cine, que Fuembuena prefiere llamar ¡°poes¨ªa del lumpen¡± y que se acu?¨® como ¡°cine quinqui¡±. Un corpus f¨ªlmico ¡°producido por el choque entre un vasco marxista materialista de educaci¨®n humanista y un adolescente de Vallecas de familia desestructurada¡±. En esa pel¨ªcula tambi¨¦n debut¨® Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez, Pirri, otro mito de los ochenta que falleci¨® de sobredosis. ¡±Como dec¨ªa Diego Gal¨¢n, eran pel¨ªculas de cr¨®nica con olfato comercial¡±.
La carrera de Manzano es la perfecta ejemplificaci¨®n de lo que pudo ser y no fue. Su relaci¨®n sentimental y profesional con De la Iglesia, en la que por etapas uno fue par¨¢sito del otro, fagocit¨® su recorrido profesional. Solo trabaj¨® con ¨¦l (solo tuvo peque?os papeles en otras dos pel¨ªculas). Era un monumento de actuaci¨®n aut¨¦ntica, natural, sin poses. Su talento acab¨® cercenado por un par¨®n de un a?o al realizar la mili y por su adicci¨®n a las drogas, un enganche que comparti¨® con su mentor. ¡°El car¨¢cter de Jos¨¦ Luis, d¨¦bil, siempre le hizo depender de alguien¡±, se cuenta en el libro, construido a la manera anglosajona de las biograf¨ªas: mucha investigaci¨®n, m¨¢s de un centenar de voces, relato novelizado basado en abundantes fuentes. As¨ª se asiste al triunfo del cine de De la Iglesia, a pesar de la oposici¨®n que encontr¨® en los creadores procedentes del PSOE. El mejor ejemplo es que tras La estanquera de Vallecas estuvo sin dirigir 16 a?os. Volvi¨® en 2003 con Los novios b¨²lgaros, ya con el PP en el poder (dej¨® 47 guiones sin filmar en diversas fases de desarrollo). Era un cine que encontr¨® su p¨²blico, que lleg¨® a ir a festivales como el de San Sebasti¨¢n y que a cambio recibi¨® furibundos ataques en contra en las cr¨ªticas period¨ªsticas.
En Lejos de aqu¨ª hay tambi¨¦n sordidez, podredumbre moral y f¨ªsica, y una h¨¢bil reconstrucci¨®n de la fauna cinematogr¨¢fica, pol¨ªtica y social de la ¨¦poca. La hero¨ªna (y la posterior llegada del sida) acab¨® destruyendo a varias generaciones. Tras La estanquera de Vallecas, De la Iglesia, para desengancharse, echa de su mundo a Manzano, que se apoya en un cura de Getafe, Pedro Cid, que lucha por rehabilitar a chavales como ¨¦l. Por eso, el rostro del actor aparece en un mural sobre la ?ltima Cena en la iglesia getafense de Nuestra Se?ora de F¨¢tima. Encontr¨® un trabajo de ayudante en una productora, pero le despidieron por robarles material y venderlo para pagarse la droga. Hundido, acab¨® atracando a un peat¨®n en la Gran V¨ªa e ingres¨® en la c¨¢rcel de Carabanchel para cumplir una condena de 18 meses.
Al salir de prisi¨®n, Manzano entr¨® durante dos semanas en un nuevo tratamiento de desintoxicaci¨®n y busc¨® a De la Iglesia, que se arrastraba de piso en piso, sin levantar ning¨²n proyecto, aunque apoyado por Juan Diego y Juan Antonio Bardem, viejos compa?eros de luchas comunistas. ¡°La industria cinematogr¨¢fica en Espa?a se diluye en esos a?os y solo se filman los proyectos subvencionados desde el Estado¡±, explica el escritor. Manzano se col¨® en la casa de De la Iglesia el 18 de febrero de 1992 y dos d¨ªas despu¨¦s, al despertarse el director a las seis de la tarde, encontr¨® a su examante en el ba?o, sin vida por una sobredosis. ¡°Es una historia de desencantos¡±, resume Fuembuena. ¡°De la Iglesia, marxista convencido, en cuanto a lo ideol¨®gico y lo cinematogr¨¢fico. Manzano, en lo vital, porque hab¨ªa rozado un sue?o que se le escap¨® entre los dedos. ?l aprendi¨® a vivir a trav¨¦s del cine¡±.
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