El patrimonio cultural de Brasil entra en alerta roja
Un reciente incendio en la Cinemateca se suma a otros como el que devor¨® hace tres a?os el Museo Nacional de R¨ªo de Janeiro y pone en evidencia los letales efectos del desprecio del presidente Bolsonaro por el arte
El incendio que devor¨® hace tres a?os el Museo Nacional de R¨ªo de Janeiro y destruy¨® millones de objetos que contaban 200 a?os de historia natural es la peor calamidad que ha sufrido la cultura brasile?a en los ¨²ltimos tiempos. Parad¨®jicamente, muchos ciudadanos solo descubrieron aquel tesoro cuando se convert¨ªa en cenizas. Jair Bolsonaro no estuvo entre quienes en 2018 lamentaron no haberlo visitado mientras estuvo en pie. El entonces candidato presidencial declar¨®: ¡°Ya est¨¢ hecho, ya se ha quemado, ?qu¨¦ quieren que haga?¡±. Y luego ech¨® mano de su frase exculpatoria preferida: ¡°Me llamo Messias, pero no hago milagros¡±. Pero esa no ha sido la ¨²nica instituci¨®n cultural que ha sufrido da?os en los ¨²ltimos a?os en el pa¨ªs: hace poco m¨¢s de una semana, otro incendio quem¨® parte del archivo de la Cinemateca y coloc¨® de nuevo el foco sobre la desprotecci¨®n del patrimonio cultural brasile?o, que con Bolsonaro en el poder es m¨¢s grave que nunca.
El dep¨®sito que ardi¨® el 29 de julio en S?o Paulo albergaba la colecci¨®n del cineasta Glauber Rocha (1938-1981), uno de los padres del Cinema Novo de los sesenta, copias de otras pel¨ªculas y documentaci¨®n hist¨®rica. A¨²n se desconoce el alcance de las p¨¦rdidas. Pero a los brasile?os preocupados por el patrimonio cultural e hist¨®rico poco les sorprendi¨® este nuevo fuego. Ellos ¡ªe incluso la Fiscal¨ªa¡ª ya hab¨ªan dado la alerta sobre los riesgos que se cern¨ªan sobre la Cinemateca despu¨¦s de que el Gobierno de Bolsonaro se desentendiera de la gesti¨®n del almac¨¦n y despidiera a la plantilla; se limitaba a pagar vigilantes de seguridad, la luz y el agua.
Lejos quedan sus a?os dorados, con la izquierda en el Gobierno y la econom¨ªa en crecimiento. Maria Dora, que fue coordinadora de la Sociedad Amigos de la Cinemateca y particip¨® en la gesti¨®n, recuerda que entre 2008 y 2012 recibi¨® ¡°importantes subvenciones¡± del Ministerio de Cultura y se convirti¨® en referente internacional como una de las mejores del mundo. ¡°El laboratorio de restauraci¨®n fue considerado el tercero mejor del mundo gracias a la compra de equipos [de tecnolog¨ªa] punta y la formaci¨®n de un equipo t¨¦cnico formidable. Pero la falta de inter¨¦s en mantener esa pol¨ªtica p¨²blica cultural en los siguientes gobiernos nos condujo al desastre en el que estamos hoy¡±, lamenta al tel¨¦fono la tambi¨¦n profesora de cine en la Universidad de S?o Paulo.
El incendio de la Cinemateca ha causado una notable pol¨¦mica en Brasil y tambi¨¦n ha tenido repercusi¨®n entre los profesionales del cine en el extranjero. Quiz¨¢ para calmar los ¨¢nimos, el Gobierno se ha apresurado a convocar un concurso p¨²blico para adjudicar la gesti¨®n del dep¨®sito afectado.
Este es el cuarto fuego que sufre la Cinemateca en su historia y la m¨¢s reciente de las cat¨¢strofes que han causado da?os irreparables al patrimonio brasile?o. Los recursos siempre fueron escasos. El director del Museo Nacional ya se quejaba en 1844, a los 26 a?os de la inauguraci¨®n, del mal estado del edificio: ¡°La secci¨®n de numism¨¢tica y artes liberales, arqueolog¨ªa, usos y costumbres de las naciones antiguas y modernas se encuentra en una sala cuyo techo amenaza con desplomarse en vista de que las grandes grietas del estuco no dejan de ensancharse¡±, escribi¨®, seg¨²n ha recordado la historiadora y archivera Eliane Rezende.
A la falta cr¨®nica de fondos se suman los efectos nefastos de un Gobierno que desprecia como pocos la cultura y de un presidente que la equipara al comunismo m¨¢s peligroso. En su estreno en el cargo, Bolsonaro elimin¨® el ministerio del ramo. Y tras algunos vaivenes, coloc¨® al actor de telenovela Mario Frias al frente de los asuntos culturales.
El desinter¨¦s y la desprotecci¨®n han llegado a niveles in¨¦ditos con el actual mandatario, explica la historiadora Rezende en una entrevista por videollamada. ¡°Con Bolsonaro se da la tormenta perfecta porque tenemos una crisis econ¨®mica, pero en realidad no le falta dinero. Con el dinero que invierte en obtener el apoyo de diputados en el Congreso se podr¨ªa cuidar toda la cultura de Brasil, pero no tiene ning¨²n inter¨¦s, es la negligencia absoluta¡±. Con la desaparici¨®n del Ministerio de Cultura, el Archivo Nacional, por ejemplo, ha quedado bajo la jurisdicci¨®n del Ministerio de Justicia.
Para Rezende, Brasil necesita abandonar el culto a la ignorancia y la falta de respeto al pasado. Dos datos ilustran el desinter¨¦s pol¨ªtico y ciudadano: cuando en 2018 el Museo Nacional cumpli¨® 200 a?os, ning¨²n ministro acept¨® participar en la ceremonia y en su ¨²ltimo a?o abierto tuvo menos visitas que brasile?os estuvieron en el Louvre de Par¨ªs. La profesora Maria Dora compara su pa¨ªs con la otra gran potencia latinoamericana: ¡°Brasil no cuida su historia. M¨¦xico, por ejemplo, tambi¨¦n tiene miles de problemas sociales, pero es un ejemplo de preservaci¨®n cultural e hist¨®rica porque invierte dinero en eso¡±.
El patrimonio de un pa¨ªs como Brasil, con 210 millones de habitantes en un territorio continental, es vast¨ªsimo y est¨¢ muy disperso. Protegerlo es un desaf¨ªo may¨²sculo incluso cuando existe voluntad pol¨ªtica. Rezende recuerda que los recursos siempre fueron escasos para la conservaci¨®n de archivos y dem¨¢s, pero recalca que todos los presidentes desde el fin de la dictadura en 1985 mostraron inter¨¦s en el empe?o. El declive se aceler¨® a medida que el poder de Dilma Rousseff iba siendo minado en medio de una enorme inestabilidad pol¨ªtica que coincidi¨® con una recesi¨®n econ¨®mica. Ah¨ª se acabaron el dinero y la voluntad de los gobernantes. La llegada de Bolsonaro fue la guinda. El presidente ultraderechista est¨¢ siguiendo con la cultura la misma estrategia que en la pol¨ªtica ambiental. No solo no mantiene el impulso de sus predecesores, sino que desmantela las pol¨ªticas existentes.
La del Museo Nacional es la p¨¦rdida m¨¢s grave entre las recordadas de nuevo estos d¨ªas. Acaba de reabrir en S?o Paulo otra instituci¨®n que qued¨® reducida a cenizas en 2015, el Museo da L¨ªngua Portuguesa. Las llamas tambi¨¦n se llevaron por delante en los ¨²ltimos a?os 70.000 especies de cobras, ara?as y escorpiones que el Instituto Butantan, una instituci¨®n centenaria que fabrica ant¨ªdotos y vacunas de la covid-19, atesoraba en formol. Y sucumbieron al fuego cientos de miles de expedientes del archivo de uno de los principales psiqui¨¢tricos de Brasil. Estas cat¨¢strofes son conocidas porque ocurrieron en S?o Paulo o en grandes capitales. Las p¨¦rdidas en lugares m¨¢s lejanos se desconocen porque su repercusi¨®n es escasa o nula.
¡°La conservaci¨®n de archivos tiene que ser una pol¨ªtica continua, de Estado, porque si la interrumpes se pierde todo lo hecho¡±, subraya la historiadora Rezende. Y alerta del efecto cascada de la pol¨ªtica de Bolsonaro: los actuales recortes en educaci¨®n van a agudizar la escasez y falta de formaci¨®n de los t¨¦cnicos encargados de proteger el patrimonio. ¡°Van a dejar de tener mano de obra porque hace siglos que no hacen oposiciones¡±.
Brasil vive desde hace d¨¦cadas una progresiva privatizaci¨®n de la cultura que ha derivado en que muchas de las colecciones mejor preservadas est¨¦n en manos de instituciones privadas que reciben dinero p¨²blico, como la Fundaci¨®n Ita¨², del banco hom¨®nimo.
La reconstrucci¨®n del Museo Nacional la financian un banco p¨²blico (BNDES), uno privado (Bradesco) y una de las grandes multinacionales brasile?as, la minera Vale. El director del museo, Alexander Kellner, conf¨ªa en que el desastre que destruy¨® la instituci¨®n cient¨ªfica m¨¢s antigua de Brasil sirva de advertencia: ¡°Siempre ha habido enormes dificultades para obtener financiaci¨®n para instituciones cient¨ªficas y culturales. Por eso, esperamos demostrar a la sociedad brasile?a la importancia de conservar su patrimonio. Que el Museo Nacional sirva de advertencia de que, una vez perdido, ese patrimonio no se puede recuperar¡±.
Las llamas destruyeron el cr¨¢neo de Luzia, el f¨®sil humano m¨¢s antiguo de Am¨¦rica Latina, momias, cinco millones de insectos disecados, un meteorito de cinco toneladas¡ los esfuerzos para dotar el museo de contenido est¨¢n en marcha: ¡°En breve iniciaremos una campa?a de donaci¨®n de colecciones, tanto en el plano nacional como internacional. Queremos ser un museo de historia natural y antropolog¨ªa innovador y accesible, que las exhibiciones sean entendidas tanto por el doctorado como por el ni?o en edad escolar¡±, se?ala Kellner. Los planes son que las obras en la fachada y el tejado comiencen este a?o, pero el museo solo abrir¨¢ hacia 2026 o 2027.
Como tantos brasile?os del mundo de la cultura, el m¨¢ximo responsable del Museo Nacional es pesimista: ¡°A¨²n nos queda un largo camino por recorrer para que nuestras instituciones cient¨ªficas y culturales se mantengan adecuadamente. ?Cu¨¢l ser¨¢ la pr¨®xima en quemarse? Es como una ruleta rusa¡±.
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