Los discapacitados, las v¨ªctimas olvidadas del nazismo
Se publica por primera vez en castellano ¡®Los or¨ªgenes del genocidio nazi. De la eutanasia a la soluci¨®n final¡¯, de Henry Friedlander, sobre los primeros asesinatos en c¨¢maras de gas
Los responsables de la conservaci¨®n del memorial del campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau repiten una frase que refleja la complejidad y el horror de la Shoah: ¡°Cuando miramos a Auschwitz vemos el final del proceso. Es importante recordar que el Holocausto no empez¨® con las c¨¢maras de gas. El odio se desarroll¨® gradualmente a partir de las palabras, los estereotipos y los prejuicios, mediante la exclusi¨®n legal, la deshumanizaci¨®n y la escalada de violencia¡±. Antes de que, en alg¨²n momento de la segunda mitad de 1941, Hitler diese la orden del exterminio total de los jud¨ªos europeos, antes de que los escuadrones de la muerte ¡ªlos Einsatzgruppen¡ª fusilasen a cientos de miles de personas tras la invasi¨®n de la URSS, los nazis hab¨ªan decidido que una parte de la poblaci¨®n merec¨ªa la muerte solo por el hecho de haber nacido, porque se trataba de ¡°vidas que no merecen ser vividas¡±: los discapacitados f¨ªsicos y mentales.
La comprensi¨®n de la Aktion T4, el nombre de la operaci¨®n secreta de exterminio de los discapacitados, cuya oficina central estaba en la calle Tiergartenstrasse 4, resulta esencial para entender el Holocausto, tanto por los m¨¦todos utilizados, c¨¢maras de gas operadas por m¨¦dicos, como por la decisi¨®n intelectual de convertir una visi¨®n racista del mundo en genocidio. El salto de considerar que unos seres humanos son inferiores a otros a asesinarlos de forma organizada y masiva se tom¨® por primera vez con los discapacitados. Un libro, considerado un cl¨¢sico de los estudios del Holocausto, analiza a fondo la Aktion T4: Los or¨ªgenes del genocidio nazi. De la eutanasia a la soluci¨®n final, de Henry Friedlander.
Traducido por Borja Folch, Ediciones Cinca ha publicado por fin en castellano este importante ensayo. Su lectura resulta esencial para comprender los mecanismos de terror del r¨¦gimen nazi, pero tambi¨¦n para vislumbrar hasta d¨®nde puede llevar el racismo y qu¨¦ hay al final del camino del odio. Este trabajo resulta especialmente revelador porque describe c¨®mo personas cultas e instruidas, m¨¦dicos que hab¨ªan realizado el juramento ¡°no har¨¢s da?o¡±, creyeron que era necesario gasear a seres humanos porque los consideraban inferiores. Friedlander (1930-2012) no solo dedic¨® una parte importante de su vida a estudiar el programa T4 y a ampliar la visi¨®n del Holocausto, sino que ¨¦l mismo fue un superviviente de Auschwitz.
Aunque tratado en pel¨ªculas como la alemana La sombra del pasado (2019), del director de La vida de los otros, Florian Henckel von Donnersmarck, y en una famosa obra de teatro de 1963, El vicario, de Rolf Hochhuth, que Costa Gravas llev¨® al cine bajo el t¨ªtulo de Am¨¦n, el programa T4 sigue siendo relativamente poco conocido. Sin embargo, fue impulsado directamente por Hitler. Entre 1939 y 1945, fueron asesinados en torno a 300.000 discapacitados en m¨¢s de 100 hospitales. Pese a que incluso se celebraron juicios al final de la guerra contra los responsables del programa, dentro de los procesos de N¨²remberg, esta masacre fue cayendo poco a poco en el olvido. El monumento que conmemora en Berl¨ªn este genocidio no fue inaugurado hasta 2012.
¡°Quer¨ªa entender los cr¨ªmenes del r¨¦gimen nazi¡±, escribe Friedlander. ¡°Me di cuenta de que la ideolog¨ªa, la toma de decisiones, el personal y la t¨¦cnica de las ejecuciones vinculaba la eutanasia con la Soluci¨®n Final. Aun as¨ª, segu¨ªa pensando que la eutanasia no era m¨¢s que el pr¨®logo del genocidio. Sin embargo, el genetista Benno M¨¹ller-Hill public¨® un an¨¢lisis sobre la participaci¨®n de cient¨ªficos en los cr¨ªmenes nazis y sus argumentos me obligaron a reconsiderar mi interpretaci¨®n. Comenc¨¦ a ver que la eutanasia no era un simple pr¨®logo, sino el primer cap¨ªtulo del genocidio nazi¡±, asegura el autor.
Esta parte de la interpretaci¨®n de Friedlander ha sido la que ha provocado m¨¢s debate entre los expertos desde la primera edici¨®n del libro, hace casi un cuarto de siglo: el asesinato de discapacitados no fue una especie de ensayo general de los campos de exterminio, sino que forma parte del mismo proceso, sostiene el ensayo. Al igual que ocurri¨® con jud¨ªos y gitanos, los nazis aniquilaron tambi¨¦n a ni?os y a ancianos discapacitados porque solo estos tres grupos estaban destinados al exterminio total, aunque el Tercer Reich ten¨ªa una larga lista de seres que consideraba inferiores o enemigos peligrosos.
El gran historiador israel¨ª Yehuda Bauer, de 95 a?os, lo discuti¨® en un art¨ªculo titulado El Holocausto y las comparaciones con otros genocidios. Bauer comienza se?alando que ¡°no hay una gradaci¨®n del sufrimiento y que el n¨²mero de v¨ªctimas no determina la crueldad del ataque. Claramente, los nazis deseaban eliminar a los roman¨ªes como un grupo de gente identificable, los portadores de una cultura. Llevaron a cabo esta pol¨ªtica por medio del asesinato masivo, la humillaci¨®n, la brutalidad y el sadismo extremos¡±. Sin embargo, este historiador sostiene que ¡°eso fue un genocidio, no un Holocausto, es decir, no un prop¨®sito de asesinar a cada individuo de la poblaci¨®n elegida, a una escala global y su implementaci¨®n ¡ªhasta donde el perpetrador hubiera podido¡ª¡±. Su tesis es que el racismo estuvo en el centro de todas las pol¨ªticas nazis, pero que los jud¨ªos fueron su obsesi¨®n absoluta y el ¨²nico pueblo destinado a ser exterminado hasta el ¨²ltimo individuo en todo el mundo si hubiesen tenido la oportunidad. ¡°Para los nazis los jud¨ªos fueron el enemigo central, un Sat¨¢n metahist¨®rico que deb¨ªa ser destruido¡±, escribe, insistiendo una y otra vez en que resulta imposible establecer clasificaciones dentro de la brutalidad asesina.
Asesinatos con dinamita
El desprecio absoluto de los nazis por la vida queda reflejado en una historia que narra Friedlander. Cuando Heinrich Himmler comprob¨® el efecto que ten¨ªa sobre los soldados el fusilamiento durante horas de seres humanos, incluyendo mujeres y ni?os, decidi¨® en el oto?o de 1941 probar otros m¨¦todos de asesinato masivos y r¨¢pidos, menos lesivos para las verdugos. Su primera idea fue utilizar dinamita, lo que result¨® un absoluto horror porque al final los asesinos acabaron recogiendo restos humanos de los ¨¢rboles de los alrededores del lugar de la masacre. Las v¨ªctimas de este atroz experimento fueron pacientes discapacitados rusos de los hospitales de Minsk y Mogilev.
Me di cuenta de que la ideolog¨ªa, la toma de decisiones, el personal y la t¨¦cnica de las ejecuciones vinculaba la eutanasia con la Soluci¨®n FinalHenry Friedlander
Solo entonces, las SS recurrieron a las c¨¢maras de gas que se hab¨ªan utilizado en el programa T4: operadas por m¨¦dicos, disimuladas como duchas o en camiones para que las v¨ªctimas no supiesen hasta el final la suerte que les esperaba. La decisi¨®n de trasladar a los territorios ocupados del Este los centros de la muerte tambi¨¦n tuvo que ver con esta operaci¨®n, que hab¨ªa provocado protestas en la sociedad, tanto de las iglesias cat¨®lica y protestante como de familiares de las v¨ªctimas.
¡°El F¨¹hrer hab¨ªa comprendido el riesgo que corr¨ªa ante la poblaci¨®n alemana de mostrarse demasiado abiertamente cruel¡±, escribe G¨¦raldine Schwarz en su ensayo sobre la memoria y el nazismo Los amn¨¦sicos. Historia de una familia europea (Tusquets). ¡°Tambi¨¦n es una de las razones por las que el Tercer Reich despleg¨® una energ¨ªa absurda en organizar la log¨ªstica extremadamente compleja y costosa del transporte de los jud¨ªos de Europa y de la Uni¨®n Sovi¨¦tica para exterminarlos lejos de la vista de sus compatriotas en campos aislados en Polonia¡±. Con el asesinato de discapacitados, Hitler se dio cuenta de que deb¨ªa hacerlo en secreto, pero tambi¨¦n descubri¨® un elemento esencial para sus planes: no iba a tener problemas para encontrar voluntarios que ejecutasen el genocidio, incluso entre los sectores m¨¢s formados de la sociedad. Las palabras de odio que llevaba sembrando desde hac¨ªa d¨¦cadas hab¨ªan funcionado.
Babelia
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