Jos¨¦ de Ribas, la trepidante vida del militar espa?ol que fund¨® la tercera ciudad de Ucrania
La avenida principal de Odesa lleva el nombre del arist¨®crata de origen catal¨¢n, que la edific¨® por orden de Catalina la Grande y al que el poeta Lord Byron alab¨® en su obra ¡®Don Juan¡¯
La calle principal de Odesa, la tercera ciudad de Ucrania, ahora campo de batalla por la invasi¨®n rusa, se llama avenida de Jos¨¦ de Ribas (1749-1800), un militar espa?ol a quien la zarina Catalina II encarg¨® construir una urbe para albergar el mayor puerto del sur del imperio, Odesa, a orillas del mar Negro. A?os m¨¢s tarde, las autoridades sovi¨¦ticas intentaron en varias ocasiones eliminar su nombre del callejero y sustituirlo por otros m¨¢s acordes con los h¨¦roes bolcheviques, pero los ciudadanos se negaron siempre. En 1994, incluso, el gobierno municipal levant¨® en la misma v¨ªa una estatua en bronce en honor al art¨ªfice de la ciudad, en la que se le representa con un plano y una pala en las manos. Lo menciona Antoli Gorbatiuk, historiador experto en la figura del militar, en el documental Jos¨¦ de Ribas. El Odiseo espa?ol, dirigido por Jorge Latorre y estrenado en 2015. ¡°A ¨¦l le dar¨ªa un poco la risa, porque era m¨¢s de espada y copas de vino¡±, bromea el especialista.
?C¨®mo lleg¨® hasta ah¨ª? Jos¨¦ de Ribas era hijo del arist¨®crata barcelon¨¦s Miguel de Ribas y Boyons, mariscal del Reino de N¨¢poles, en esos momentos bajo la ¨¦gida espa?ola. As¨ª que su v¨¢stago naci¨® en esa ciudad y termin¨® en el mismo cuerpo militar que su progenitor, donde con solo 20 a?os logr¨® el grado de mayor. ¡°En esa ¨¦poca conoci¨® a Aleksey Orlov, hermano de uno de los m¨²ltiples amantes de Catalina la Grande, que se encontraba en Italia en una misi¨®n secreta. Orlov se llev¨® a De Ribas a la campa?a que los rusos manten¨ªan contra el imperio Otomano como int¨¦rprete y ayudante¡±, recuerda Pedro Dami¨¢n Cano Borrego, doctor en Historia y Arqueolog¨ªa, en la revista Cr¨®nica numism¨¢tica.
Este militar de origen catal¨¢n destac¨® as¨ª en numerosas batallas, ocupando siempre las primeras filas en las situaciones m¨¢s arriesgadas. Fue tal su fama que hasta el poeta ingl¨¦s Lord Byron (1788-1824) incluye expresamente su nombre en su obra Don Juan y se?ala que tom¨® la fortaleza turca de Ismail a pesar de contar con fuerzas muy inferiores. Oleksandr Pronk¨¦vich, profesor de literatura en la universidad ucrania de Petro Mohila, recuerda que ¡°el aventurero Byron se sent¨ªa profundamente atra¨ªdo por la figura de Ribas¡±, un hombre que se enfrent¨® a mandos rusos reticentes a tomar la estrat¨¦gica posici¨®n otomana. Finalmente, los convenci¨®.
Tras participar en la batalla naval de Chesme, donde la flota otomana fue aplastada por los rusos, termin¨® siendo conocido como Iosif Mikhail¨®vich Deriba. Gracias a los m¨²ltiples idiomas que dominaba ¨Dentre ellos el espa?ol, alem¨¢n, ingl¨¦s, franc¨¦s, italiano y lat¨ªn¨D, pronto se convirti¨® en int¨¦rprete de importantes personajes de la corte y del ej¨¦rcito.
Su amistad con Catalina la Grande y con el poderoso pr¨ªncipe Potemkin, valido de la zarina, adem¨¢s de su exitosa participaci¨®n militar, le catapultaron hasta el vicealmirantazgo de la flota imperial que, posteriormente, se convirti¨® en almirantazgo. El Grupo de Estudios de Historia Militar, una plataforma espa?ola de expertos en la materia, asegura que fue ¨¦l quien le propuso a la zarina la conversi¨®n de la guarnici¨®n turca de Khadjibey en una gran ciudad portuaria del sur del imperio. Catalina acept¨® la idea, ¡°y el 27 de mayo de 1794 promulg¨® un edicto ordenando su construcci¨®n y el desarrollo como un centro portuario y comercial, y nombrando a De Ribas jefe del proyecto. Hab¨ªa nacido Odesa, la perla del mar Negro¡±.
Los planes urban¨ªsticos del espa?ol, en aquel momento con 45 a?os, inclu¨ªan solemnes edificios administrativos de sillares de piedra al estilo europeo de la ¨¦poca ¨Darquitectos italianos, franceses y rusos se encargar¨ªan de ello¨D, sugiriendo como nombre de la ciudad el de una antigua factor¨ªa griega, Odessos. Sin embargo, no se sabe si por indicaci¨®n de la zarina, por una errata en un juego de palabras de la poderosa mandataria o como un detalle o halago hacia ella, se feminiz¨® el top¨®nimo, quedando finalmente como Odesa.
Pero la muerte de Catalina en 1796 marc¨® el declive del espa?ol. Durante el reinado de Pablo I se le acus¨® de malversaci¨®n. Fue exonerado, pero guard¨® desde entonces un profundo rencor. De hecho, se uni¨® a una conspiraci¨®n contra el nuevo zar que fracas¨®. Poco despu¨¦s, cay¨® enfermo y comenz¨® a delirar. ?Fue envenenado para que no delatase a sus compa?eros?
Se le enterr¨® en el cementerio cat¨®lico de San Petersburgo, y su memoria fue lentamente olvidada en Rusia, pero no en Odesa, donde siempre sus autoridades han reclamado sin ¨¦xito el traslado del cuerpo a la ciudad que ¨¦l construy¨®. De Ribas acumul¨® en su vida las principales condecoraciones rusas, como la Orden Imperial y Militar de San Jorge, la de San Vladimiro, la del Santo pr¨ªncipe Vladimiro, la de San Alejandro Nevski y la de San Juan de Jerusal¨¦n.
Oleg de Ribas, periodista ucranio y emparentado con el espa?ol, se muestra orgulloso de sus or¨ªgenes. Cuenta en el documental de Jorge Latorre que la tataranieta de F¨¦lix de Ribas, hermano de Jos¨¦, fue amante de Alejandro II y que la familia emparent¨® con el literato Alexander Pushkin. ¡°Me siento unido a Espa?a. Soy muy fan del Bar?a, no del Madrid. Barcelona me resulta m¨¢s cercana. No s¨¦ por qu¨¦¡±. A lo mejor porque la capital catalana es la ciudad donde naci¨® el padre del hombre que edific¨® la bella Odesa.
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