?C¨®mo es un festival intergeneracional en 2022?

Para responder a la pregunta que titula esta cr¨®nica bast¨® con coger a primera hora de la tarde uno de los autobuses que suben desde el centro de la ciudad de Bilbao (y qu¨¦ subida) hasta el recinto del festival, en Kobetamendi, un parque con vistas a la r¨ªa. Es temprano y siendo el primer d¨ªa (a¨²n quedan dos intensas jornadas por delante hasta el cierre, este s¨¢bado ya de madrugada), apenas quince personas ocupan los asientos: el sol pegando duro a esta hora y con los grupos m¨¢s minoritarios estrenando el evento, hace que muchos prefieran seguir apurando el paseo por la ciudad. Esti Lisa, 44 a?os, tiene, sin embargo, el mejor de los motivos para llegar pronto al recinto, y es que su hija Maddi, 10 a?os, se muere de ganas de asistir a su primer concierto, las Ginebras, un cuarteto de chicas de sonido rockero que hoy abrir¨¢ en uno de los escenarios principales. ¡°La m¨²sica que escuchan mis compa?eras de clase no va conmigo; me gustan las letras feministas y que dan poder a la mujer¡±, dice la jovenc¨ªsima festivalera, a?adiendo que su madre siempre le pone en casa los discos de Nina Simone. La madre, por cierto, quiere ver hoy a Placebo, que tocar¨¢n unas cuantas horas m¨¢s tarde, ya sin este calor. ¡°Creo que es fundamental que mi hija vea que existen ambientes diferentes a los que ve a diario, adem¨¢s de otras formas de vestir y de pensar, por eso los festivales son un buen punto de encuentro¡±, cuenta.

No ser¨¢n los ¨²nicos padres con hijos a la vista; de hecho, sorprende la cantidad de ellos. Tiene, sin embargo, cierta l¨®gica: los j¨®venes que crecieron en los 90 con el auge de los festivales (los primeros FIB, S¨®nar, Festimad, Vi?a Rock y otros pioneros) han crecido. Y han tenido hijos a los que han querido inculcar sus gustos musicales. Y estos a su vez tienen nuevos referentes y han empezado a formar tambi¨¦n sus propias bandas. Fue de hecho una curiosa mezcla de edades la que se percibi¨® anoche, jueves, durante todo el d¨ªa y en cualquiera de los siete escenarios donde tienen lugar los conciertos del festival bilba¨ªno. La misma que percibimos en la oferta, con cabezas de cartel hasta el s¨¢bado como Pet Shop Boys, The Killers, LCD Soundsystem, MIA, Stromae, Slowthai, y hasta el colombiano J Balvin, pero tambi¨¦n dejando ver que una nueva generaci¨®n de grupos y artistas ya est¨¢ pugnando por tomar el relevo.

Por ejemplo, viendo a Depresi¨®n Sonora, una nost¨¢lgica propuesta pop con Marcos Crespo desde Madrid al frente, estaba Jos¨¦ Morales, 61 a?os, que viene con ganas de ver a The Killers y al belga Stromae, quienes cerrar¨¢n la jornada del viernes en el escenario grande. ¡°Despu¨¦s de 2 a?os sin m¨²sica en vivo por la pandemia, hab¨ªa que ir a un festival. Me gustan los festivales por la m¨²sica y el ambiente, por la variedad de gente y de sonidos¡±, afirmaba. A cinco pasos de Morales se encuentra Aimar Gonz¨¢lez, 14 a?os, que cumple a?os el domingo y cuyo abono ha sido el regalo de cumplea?os de su padre, un fan de Caribou y de Placebo, a los que vio en directo con David Bowie a finales de los a?os 90.

Un festival intergeneracional es, sin duda, que hayan pasado los a?os y que puedas seguir cruz¨¢ndote con gente muy joven (o no tanto), con la camiseta en color negro del Unknown Pleasures de Joy Division y/o con la bolsita de tela aka tote bag del sello indie brit¨¢nico Rough Trade¡­ con el a?adido de que, en 2022, adem¨¢s, en un festival para todas las edades y casi gustos, tambi¨¦n hay carteles que invitan a un festival libre de agresiones, abusos o acoso; o que c¨ªvicamente cada asistente tenga su vaso de pl¨¢stico que reutilizar cada vez.

Adem¨¢s, un festival intergeneracional hoy ¡ªo aquel que aspire a serlo¡ª es aquel en el que la canci¨®n m¨¢s importante es un tema escrito hace 37 a?os, interpretada por una banda que alcanz¨® el ¨¦xito en los a?os 90 y cantada a voz en grito, sobre todo, por el p¨²blico m¨¢s joven, el de menos de 30 a?os. Se trata de Running up that hill, de Kate Bush, que ha vuelto a encabezar las listas de ¨¦xito m¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s gracias a la serie Stranger Things, y que el grupo Placebo version¨® en 2003, rebajando la velocidad que no la intensidad, y que hoy se convierte inesperadamente y al poco de abrir sus puertas, en uno de los momentos memorables de la 15? edici¨®n de uno de los festivales m¨¢s importantes de Europa, con m¨¢s de 100 artistas y 100.000 asistentes.

Fiesta con vistas a Bilbao

La versi¨®n del tema de Bush fue el broche a un buen concierto de Placebo, con un sonido intenso y expansivos, que, sin embargo, dej¨® brillar la voz de Molko, verdadera se?a de identidad del grupo ingl¨¦s. Vale, no tocaron Every You Every Me como se quejaba un fan, pero Scene Of The Crime, Hughz y Too Many Friends demostraron por qu¨¦ llevan dos d¨¦cadas en esto: hay canciones. Tras un final enmara?ado pretendidamente, y justo despu¨¦s de arrasar con la cover de Kate Bush, Placebo recib¨ªa la primera gran ovaci¨®n de la jornada.

La segunda se la llev¨® LCD Soundsystem, en su regreso a los escenarios espa?oles tras 5 a?os. Mereci¨® la pena la espera, no tengan ninguna duda. Y encima para celebrar los 20 a?os de carrera de un grupo que suena mejor y m¨¢s engrasado cuando m¨¢s experimentales se muestran. Con potencia y un ritmo endiablado desde el minuto uno, zumbidos, sintes y una decena de cacharros mediante, los americanos demostraron que sus ?improvisaciones? disco-punk suenan incluso m¨¢s compactas y tel¨²ricas en directo que en disco. James Murphy, camiseta de algod¨®n gris con o sin americana negra, seg¨²n tocara la canci¨®n, y su sensacional banda con una plet¨®rica Nancy Whang como segunda capitana, lograron, anoche jueves, una conexi¨®n total con el p¨²blico que hab¨ªa venido a verles al Bilbao BBK Live¡­ y tambi¨¦n con el que no. Gang of Four, Talking Heads, Daft Punk: las referencias en sus manos son visibles, cierto, pero sobre todo suenan a ellos mismos. Y no es f¨¢cil hacer lo que hacen: a esa velocidad y con esa complejidad, se muestran precisos, construyendo sobre la perfecci¨®n, pero sobre todo necesitan que lo experimental y complejo no lo parezca. Y vaya si lo consiguen: miles de personas bailando al un¨ªsono un tema de hace ya 12 a?os, I can change, y transformando de paso esta explanada verd¨ªsima en una fiesta al aire libre durante m¨¢s de hora y media de show.

Fue, y no hay lugar a dudas, el mejor concierto del d¨ªa, con permiso del que dio la americana Phoebe Bridgers a eso de las siete y cuarto pasadas, junto a los cuatro miembros de su banda ataviados con disfraces de Halloween, el mismo con el que aparec¨ªa ella en la portada de Punisher, su inspirado disco del a?o 2020. Con una voz incre¨ªble y plena de confianza, tambi¨¦n para hacer la ¨²nica referencia al agitado contexto pol¨ªtico en el que nos vemos estos d¨ªas, aludiendo a la reciente decisi¨®n de la Corte Suprema de Estados Unidos de anular el fallo que garantizaba el acceso al aborto con un ¡°estoy contenta de estar aqu¨ª y no en casa¡±, la joven cantautora impresion¨® con su propuesta hermosa, verdadera y atemporal.

Otros grupos que tambi¨¦n actuaron en la apertura del festival y que congregaron a miles de fieles fueron Caribou, con bonitos vocales, una inolvidable puesta escena, festivos tal y como la gente esperaba, pero un tanto irregulares; Zahara, revisitando algunos de sus ¨²ltimos temas en clave electr¨®nica; y los alemanes (y densos) Moderat, que presentaron temas de su nuevo disco. Muchos fueron los que se retiraron al final de este concierto, ya bien entrada la madrugada, porque hoy viernes se presenta fuerte con The Killers, Stromae, Bomba Est¨¦reo o, para los amantes del clubbing, el muy esperado directo de los irlandeses Bicep.