Los cuentos perdidos de J.D. Salinger que rescat¨® Javier Mar¨ªas
El escritor tradujo y public¨® tres relatos que el esquivo autor de ¡®El guardi¨¢n entre el centeno¡¯ prefer¨ªa mantener en el olvido
J. D. Salinger, el autor El guardi¨¢n entre el centeno, rompi¨® su f¨¦rreo silencio y su aislamiento en noviembre de 1974, cuando llam¨® a una periodista de The New York Times, Lacey Fosburgh, despu¨¦s de descubrir que estaban circulando dos vol¨²menes piratas de cuentos que hab¨ªa publicado en diferentes revistas. Se trataba de relatos aparecidos entre los a?os cuarenta y sesenta y que hab¨ªa querido que cayesen en el olvido. De hecho, los dos vol¨²menes no ten¨ªan ni ISBN, ni editorial. Eran algo m¨¢s parecido a un samizdat, edici¨®n clandestina de la ¨¦poca sovi¨¦tica, que un libro.
Aquellos ejemplares se convirtieron en una rareza bibliogr¨¢fica extrema, pr¨¢cticamente imposibles de encontrar. Sin embargo, Javier Mar¨ªas, el escritor madrile?o fallecido el pasado domingo, ten¨ªa los dos tomos en su biblioteca y tradujo tres relatos en 1987 en dos importantes revistas culturales: la m¨ªtica Poes¨ªa, que dirig¨ªa Gonzalo Armero, y Sur Expr¨¦s, el proyecto de Borja Casani tras su salida de La Luna.
Javier Mar¨ªas siempre sostuvo ante los directores de las revistas y ante todo aquel que se lo preguntaba que los cuentos de Salinger (1919-2010) eran aut¨¦nticos. Sin embargo, ante la rareza del hallazgo, muchos, incluido el propio Casani, sospecharon ¡ªequivocadamente¡ª que podr¨ªa tratarse ap¨®crifos del propio Mar¨ªas. ¡°Esa era parte de la gracia¡±, relata. Las sospechas aumentaron cuando edit¨® en 1989 en Siruela el volumen de relatos Cuentos ¨²nicos (reeditado en Debolsillo), una recopilaci¨®n de los autores m¨¢s variados, desde Winston Churchill a Lawrence Durrell. Uno de los cuentos se titulaba ¡®La canci¨®n de Lord Rendall¡¯ y su autor era un tal James Denham. El novelista Juan Benet, mentor e ¨ªntimo amigo del autor de Coraz¨®n tan blanco, se dio cuenta en una primera lectura de que se trataba de un relato ap¨®crifo, escrito por el propio Mar¨ªas.
Pero una cosa era inventarse un autor y otra versionar a uno de los escritores m¨¢s famosos del siglo XX. Sin embargo, antes de la era de Internet, en la que cualquier cosa se puede encontrar a golpe de Google y de Amazon, parec¨ªa imposible que un entonces joven escritor que estaba empezando a destacar ¡ªacababa de ganar el premio Herralde con El hombre sentimental y estaba escribiendo Todas las almas¡ªse hubiese hecho con dos vol¨²menes que, en principio, no exist¨ªan y que reproduc¨ªan cuentos de un autor tremendamente famoso, pero conocido por el celo con el que preservaba su intimidad.
El cuento que se public¨® en el n¨²mero 29 de la revista Poes¨ªa se titulaba ¡®El coraz¨®n de una historia quebrada¡¯ y los que edit¨® Sur Express se llamaban ¡®La larga puesta de largo de Lois Tagget¡¯ y ¡®Las dos partes implicadas¡¯. Aunque los tres tienen su entrada actualmente en Wikipedia, dos de ellos siguen siendo muy dif¨ªciles de encontrar: ¡®El coraz¨®n de una historia quebrada¡¯ est¨¢ disponible en la red en el archivo de la revista Esquire. En librer¨ªas en l¨ªnea de segunda mano, un ejemplar de aquella recopilaci¨®n de cuentos, titulado The Uncollected Short Stories of J.D. Salinger, cuesta en torno a 1.000 euros (actualmente solo hay uno disponible).
En la presentaci¨®n del cuento de la revista Poes¨ªa ¡ªun relato delicioso sobre una historia de amor que nunca llegaba a producirse¡ª, Mar¨ªas explicaba que Salinger ten¨ªa cuatro libros conocidos: El Guardi¨¢n entre el centeno, Nueve historias, Franny y Zoey y Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducci¨®n. ¡°Sin embargo, entre 1940 y 1965, Salinger public¨® un total de 22 relatos m¨¢s (algunos muy cortos, alguno muy largo)¡±, escrib¨ªa Mar¨ªas, ¡°en diferentes revistas y peri¨®dicos norteamericanos. Pero si uno lee unos cuantos estudios sobre su obra, o consulta largos ¨ªndices bibliogr¨¢ficos o exhaustivos cat¨¢logos de bibliotecas inmensas, no encontrar¨¢ bajo el nombre de Salinger, m¨¢s que las cuatro obras mencionadas. Es decir, aparentemente esos 22 cuentos nunca se han reeditado en forma de libro despu¨¦s de sus respectivas apariciones originales¡±.
Y prosegu¨ªa el escritor: ¡°Y, no obstante, yo poseo dos vol¨²menes que bajo el t¨ªtulo de The Complete Uncollected Short Stories of J. D. Salinger, re¨²nen esos 22 cuentos. Lo m¨¢s curioso del caso es que, adem¨¢s de parecerlo, es un libro fantasma. Pues no s¨®lo no se halla su referencia en ninguna parte, ni lo albergan muchas de las bibliotecas m¨¢s completas del mundo anglosaj¨®n (es decir, del mundo), sino que esta extra?¨ªsima edici¨®n que ven mis ojos no lleva fecha, ni nombre de editorial alguna, ni su lugar de procedencia impreso, ni copyright, ni nada. Se trata de dos vol¨²menes inexistentes que, sin embargo, yo poseo¡±.
¡°La publicaci¨®n real del cuento fue del siguiente modo: ¡®The Heart of a Broken Story¡¯ apareci¨® en Esquire, XVI (septiembre de 1941), 32, p¨¢gs. 131-133. Su selecci¨®n, como corresponde a algo inexistente, ha sido enteramente arbitraria¡±. Gonzalo Armero, el director de Poes¨ªa, una de las revistas m¨¢s innovadoras y mejor dise?adas de la historia cultural reciente espa?ola, falleci¨® en 2006. Borja Casani se acuerda perfectamente de los dos cuentos que public¨® en la revista que dirig¨ªa. ¡°No hubo ning¨²n problema. Javier se ocup¨® de todo y me los ofreci¨® sin mayores explicaciones. Nadie nos reclam¨® nada, pero hubi¨¦ramos aceptado cualquier castigo¡±, se?ala. Los cuentos no han sido publicados en ninguna antolog¨ªa, ni tampoco las traducciones de Javier Mar¨ªas ¡ªaunque dos de ellas pueden encontrarse en Internet¡ª.
Cuando llam¨® a The New York Times indignado por la existencia de aquellos libros, Salinger explic¨®: ¡°Hay una paz maravillosa en no publicar. Es pac¨ªfico. Publicar es una terrible invasi¨®n de mi privacidad. Me gusta escribir. Me encanta escribir. Pero escribo solo para m¨ª y para mi propio placer¡±. La cr¨®nica del diario neoyorquino realizaba una descripci¨®n de la forma en que los libros aparec¨ªan en las librer¨ªas que agrandaba todav¨ªa m¨¢s el misterio: ¡°Desde el pasado mes de abril, los ejemplares de The Complete Uncollected Short Stories of J. D. Salinger, Vols. 1 y 2 han sido vendidos en persona en las librer¨ªas a 1,50 d¨®lares cada uno por hombres que siempre se hacen llamar John Greenberg y dicen venir de Berkeley, California. Sus descripciones han variado de una ciudad a otra¡±.
Esta historia demuestra la afici¨®n de Javier Mar¨ªas por los juegos literarios, su erudici¨®n, su admiraci¨®n por Salinger, pero tambi¨¦n su bibliofilia. Elide Pittarello, amiga del escritor y una de las grandes expertas en su obra, relata su capacidad para encontrar joyas en las librer¨ªas de viejo: ¡°Yo lo vi actuando en Londres y Oxford en el 84. Bajaba a los s¨®tanos de alguna librer¨ªa de viejo y prodigiosamente sacaba alg¨²n libro extra?o¡±, relata. ¡°Yo misma fui beneficiada por una de esas intuiciones suyas inexplicables. Estaba a su lado vi¨¦ndolo mirar libros polvorientos y de pronto saca un libro de Robert Graves, Las islas de la imprudencia, de 1955 y me dice: ¡®Toma, te puede interesar¡¯. Y me lo regala. Mir¨¦ el libro estupefacta: ten¨ªa que ver con mi investigaci¨®n sobre el descubrimiento de las Islas Salom¨®n en 1595, al mando de Isabel Barreto, tras la muerte de su marido en la traves¨ªa. Javier no sab¨ªa nada de lo que yo estaba haciendo. Pues la cr¨®nica que yo estaba estudiando es el texto que Graves saquea para escribir esa novela. Hay trozos enteros traducidos sin declarar la fuente. Esto suced¨ªa con Javier cazando rarezas bibliogr¨¢ficas¡±.
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