Stefan Zweig, pionero de la mercadotecnia editorial
El Archivo literario de Salzburgo digitaliza el ¡®Hauptbuch¡¯, documento que revela c¨®mo el escritor austriaco dirigi¨® su producci¨®n como si se tratase de una empresa
En los a?os veinte del pasado siglo corr¨ªa el rumor en los c¨ªrculos literarios de que el escritor Hugo von Hofmannsthal se burlaba de Stefan Zweig (1881-1942), al que siempre despreci¨®, llam¨¢ndole erwerbszweig (palabra que significa ¡°sucursal comercial¡± y adem¨¢s es un juego con el apellido del autor). No a todos agradaba el ¨¦xito repentino del creador de novelas rom¨¢nticas como Carta de una desconocida. En el per¨ªodo de entreguerras, Zweig era el m¨¢s traducido del mundo, sus obras copaban las listas de los m¨¢s vendidos y hasta que fue prohibido por los nazis puso en circulaci¨®n m¨¢s de un mill¨®n de libros. La mofa de Hofmannsthal, que muri¨® en 1929, lleg¨® antes incluso de que pudiera ver algo que ahora est¨¢ por fin a nuestra disposici¨®n. En 1932, Zweig empez¨® a escribir un cuaderno que bautiz¨® como Hauptbuch (libro mayor) y que inauguraba un nuevo modelo de escritor, el escritor total.
Se trata de un cuaderno de polipiel negra de gran formato, 54 por 38 cent¨ªmetros, 119 hojas con el lomo cosido, donde anotaba con precisi¨®n industrial el inventario de su producci¨®n literaria. As¨ª controlaba a sus editores internacionales, las diferentes traducciones, la distribuci¨®n, los derechos cinematogr¨¢ficos, las adaptaciones teatrales, los ingresos... Detallaba la conclusi¨®n de los contratos y los pagos, estos divididos a su vez en tres columnas (¡°declaraci¨®n¡±, ¡°fecha de vencimiento¡±, ¡°definitivo¡±). En una de sus anotaciones, por ejemplo, registra que en Letonia circulaba una edici¨®n pirata de Mar¨ªa Antonieta. No era un samizdat (copia clandestina de obras prohibidas), pues su obra no sufri¨® la censura estalinista ya que fue bien recibida en la URSS, donde Zweig viaj¨® como conferenciante, tanto, que ese editor en Riga lo estaba publicando sin pagar los derechos.
El Hauptbuch se puede hojear en la sede del Literaturarchiv Salzburg (Archivo literario de Salzburgo) en Residenzplatz ¡ªla misma plaza donde los nazis quemaron los libros de Zweig el 30 de abril de 1938¡ª, pero ahora tambi¨¦n en la web del escritor (stefanzweig.digital). Desde hace unos a?os, el archivo trabaja en la digitalizaci¨®n del fondo personal de Zweig para que se pueda consultar en formato facs¨ªmil. ¡°El Hauptbuch muestra que el despacho de Zweig se asemejaba m¨¢s a una empresa que a la idea cl¨¢sica del autor solitario en su escritorio¡±, dice la archivera Lina Maria Zangerl. ¡°Hab¨ªa mucha gente implicada en la gesti¨®n y difusi¨®n de su obra, no solo editores y traductores, tambi¨¦n lo estuvieron sus dos esposas y su secretaria, Anna Meingast. Sirve adem¨¢s de s¨ªmbolo de la ¨¦poca, en la que el marketing literario jug¨® un papel cada vez m¨¢s importante¡±.
El escritor exprimi¨® como nadie los avances en comunicaci¨®n de principios del siglo XX. Le importaba el impacto de la mercadotecnia y la promoci¨®n, e intentaba que las diferentes traducciones salieran a la venta de forma simult¨¢nea. Oliver Matuschek, autor de Las tres vidas de Stefan Zweig y que prepara un libro sobre el escritor austriaco, dice desde Berl¨ªn: ¡°No s¨¦ de ning¨²n otro autor de ese periodo que llevara un libro semejante. Pero, ?qui¨¦n tuvo tantas traducciones y ediciones diferentes de sus obras como ¨¦l? Muchos autores dejaron la gesti¨®n de sus derechos en el extranjero a los editores. Tambi¨¦n su editor, Anton Kippenberg, de Insel Verlag, insisti¨® en ello y no comprend¨ªa por qu¨¦ Zweig no cambiaba de opini¨®n¡±.
Zweig incluso encarg¨® el dise?o del Hauptbuch a una imprenta local. ¡°Estoy seguro de que Zweig ¡ªcontin¨²a Matuschek¡ª, como hijo de un comerciante textil, conoc¨ªa algo similar al Hauptbuch. El t¨¦rmino pertenece originalmente al vocabulario especializado de la contabilidad y nos conduce a las ra¨ªces de banqueros y comerciantes de la familia de Zweig¡±.
Celebraci¨®n
Cada 28 de noviembre se celebra el cumplea?os de Zweig y el Literaturarchiv Salzburg lo ha hecho volcando 100 nuevos documentos junto con el Hauptbuch, m¨¢s 2.300 im¨¢genes (un tercio del total). Entre las novedades, se pueden leer las p¨¢ginas de su diario de viaje en Vigo en 1936, durante una escala en su traves¨ªa en barco rumbo a R¨ªo de Janeiro, cuando ya hab¨ªa empezado la Guerra Civil. Tambi¨¦n el material de investigaci¨®n para escribir una novela en su exilio brit¨¢nico que nunca afront¨® (Bau der Wiener Oper) o el prefacio de Clarissa, que escribi¨® en la antesala de su suicidio y que, pese a su inter¨¦s y brevedad, nunca se ha publicado con esta novela: ¡±Novela iniciada en un primer borrador, el mundo entre 1902 y el estallido de la guerra visto desde la experiencia de una mujer. Solo la primera parte est¨¢ esbozada, el comienzo de la tragedia, luego fue interrumpida para trabajar en Montaigne, perturbado por los acontecimientos y la falta de libertad de mi existencia¡±, Stefan Zweig, noviembre del 41 a febrero del 42¡å.
Adem¨¢s est¨¢ el diario encriptado de Anna Meingast. Era una secretaria tan eficiente que anot¨® la informaci¨®n confidencial sobre la vida y obra de Zweig en una variante indescifrable de la estenograf¨ªa Gabelsberger. A¨²n hoy los expertos que han acudido al archivo son incapaces de leerla. Su papel fue el de los valientes: a petici¨®n de Zweig, custodi¨® el Hauptbuch en su casa de Salzburgo pese al riesgo que implicaba esconder el libro de cuentas de un jud¨ªo durante el nazismo. El volumen lo conserv¨® su hijo Wilhelm hasta su donaci¨®n al Literaturarchiv, en diciembre de 2000.
Zweig se instal¨® en Salzburgo con 38 a?os. Su obra literaria previa ¡ªpoes¨ªa, teatro, art¨ªculos de propaganda b¨¦lica en el Grupo Literario del Archivo de Guerra para librarse de las trincheras de la Primera Guerra Mundial¡ª permanece hoy en un profundo segundo plano. Escribi¨® las ficciones, biograf¨ªas noveladas y ensayos que le hicieron tan popular ¡ªtan impopular para Hofmannsthal¡ª en una villa en el monte Kapuzinerberg. El magnate del autom¨®vil Wolfgang Porsche la compr¨® el a?o pasado por una cifra que supera los ocho millones de euros. La villa del autor jud¨ªo que se suicid¨® en el exilio, en Petr¨®polis (Brasil), el 23 de febrero de 1942, ahora es propiedad de un heredero del clan Porsche, colaboracionista con el nazismo.
Sobre este asunto, en el Stefan Zweig Zentrum, inaugurado en 2008 en un palacete de Salzburgo para difundir el legado del escritor, no son optimistas. Como en el filme Match Point, de Woody Allen, la bola est¨¢ en el aire. Cuando caiga, sabremos si habr¨¢ un memorial en el lugar donde Zweig escribi¨® su gran obra o seguir¨¢ como una residencia privada.
Babelia
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