Crist¨®bal Hara, premio Nacional de Fotograf¨ªa: ¡°Una imagen ic¨®nica de Espa?a es el toro muerto en el desolladero¡±
Singular en sus im¨¢genes y en la manera de relacionarse con su disciplina, reacio a las entrevistas, revisa a los 76 a?os su trayectoria y los obst¨¢culos contra los que ha luchado para ejercer su oficio
El fot¨®grafo Crist¨®bal Hara (Madrid, 76 a?os) fue distinguido con el premio nacional en su disciplina el 18 de octubre, por su ¡°lenguaje singular¡±, dijo el comunicado del Ministerio de Cultura, que a?ad¨ªa: ¡°Muchos fot¨®grafos actuales se reivindican herederos de su trabajo¡±. Por primera vez en a?os nadie en el mundillo de la fotograf¨ªa elev¨® las cejas cuando se supo el galardonado por el ministerio, quiz¨¢s porque Hara est¨¢ muy considerado por los colegas de su generaci¨®n, y los m¨¢s j¨®venes lo tienen como referente. De personalidad peculiar, raro dir¨¢n algunos, como lo son muchas de sus im¨¢genes, en las que usa el color para romper con lo considerado correcto. No le gusta el foco medi¨¢tico, ni suele dar entrevistas, se siente m¨¢s a gusto por carreteras secundarias para, por ejemplo, tomar im¨¢genes de una caballada en Galicia. Esas carreteras son tambi¨¦n la met¨¢fora de una trayectoria en la que ha querido huir de lo oficial.
Pregunta. ?C¨®mo se enter¨® del premio?
Respuesta. La noche anterior me hab¨ªan hecho varias personas la broma de todos los a?os: ¡°?Te han llamado ya del ministerio?¡±. Ese d¨ªa estaba trabajando en una feria de caballos en Lugo y ten¨ªa el m¨®vil apagado. Fuimos unos compa?eros a comer pulpo, lo encend¨ª y me llamaron del ministerio. Una se?ora me dijo que quer¨ªa hablar conmigo el ministro. Hab¨ªa mucho ruido, pero le pregunt¨¦ [a Miquel Iceta] c¨®mo se llamaba, por si era una broma... Los premios son pol¨ªtica m¨¢s que otra cosa y si hay varias personas que coinciden te lo pueden dar, pero la fotograf¨ªa oficial espa?ola no me gusta, es un mundo desagradable del que prefiero estar al margen. El premio no cambia nada, si puedo voy a seguir siendo marginal. En los noventa era mejor fot¨®grafo, pero no me llegaban m¨¢s que palos, me llamaban payaso por mis fotos en color. Ahora ya me fallan las piernas.
P. ?C¨®mo empez¨® en la fotograf¨ªa?
R. Me crie en Filipinas, mi primera lengua era el ingl¨¦s. En mi casa, en los cincuenta [naci¨® en 1946], se recib¨ªan Life, Vogue, Harper¡¯s Bazaar¡ en las que la fotograf¨ªa era importante, y eran la ventana al mundo. Luego, viviendo en Alemania, vi las fotos que Cartier-Bresson hab¨ªa hecho en Espa?a y me plante¨¦ dedicar mi vida a la fotograf¨ªa.
P. Antes de eso ya hab¨ªa estado en Espa?a, pero en un internado.
R. En Valladolid, siete a?os, era como una c¨¢rcel. Mi madre, alemana, hab¨ªa muerto a los cuatro meses de nacer yo y mi padre se cas¨® con una norteamericana. Me mandaban a Espa?a o a Estados Unidos con un cartel colgado con mi nombre y destino. Eran largos viajes en avi¨®n, pero las azafatas me cuidaban.
P. Despu¨¦s, cuando le llaman a filas, decide no presentarse.
R. Estaba estudiando en el Icade [Instituto Cat¨®lico de Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas] con los jesuitas y estaba de ellos hasta aqu¨ª [pone la mano por encima de la cabeza]. Cort¨¦ con mi familia, compr¨¦ un billete de avi¨®n y me fui a Alemania. Me declararon pr¨®fugo, pero cuando decid¨ª ser fot¨®grafo quer¨ªa trabajar en Espa?a, as¨ª que tuve que regularizar la situaci¨®n e hice el servicio militar con cuatro a?os de retraso.
P. Esas vivencias, tan joven, le forjaron un car¨¢cter duro.
R. Era alguien que se hab¨ªa estado defendiendo desde ni?o y me cost¨® a?os bajar las defensas.
P. De su familia, con quien tuvo m¨¢s relaci¨®n fue con su t¨ªo, el pintor abstracto Fernando Z¨®bel, que le llevaba al Museo del Prado.
R. En su casa de Madrid hab¨ªa visto por primera vez c¨®mo se revelaba porque ten¨ªa un peque?o laboratorio. Cuando ¨ªbamos al Prado me explicaba las cosas de forma muy clara.
Yo no intento que la c¨¢mara se adapte a mi mirada, intento adaptarme yo a la forma en que la c¨¢mara refleja lo que me rodea
P. Cuando se instal¨® en Espa?a, en 1980, se encontr¨® que el mundo de la fotograf¨ªa era distinto del que hab¨ªa conocido en Londres, donde comenz¨®.
R. No se pod¨ªa ejercer la profesi¨®n como en otros pa¨ªses. Empec¨¦ en la agencia Cover, la primera en Espa?a en la que los fot¨®grafos eran due?os de su trabajo. Los originales de tus fotos se quedaban en las Redacciones de los medios en que publicabas, y las volv¨ªan a utilizar o incluso las revend¨ªan sin pagar al autor. Fue como darse contra un muro. Se maltrataba a los fot¨®grafos, y yo era muy inocente y chulo, dec¨ªa que hab¨ªa que cambiar eso.
P. ?Por qu¨¦ empez¨® a hacer fotos de las fiestas y ritos en los pueblos? Coincidi¨® con un hist¨®rico grupo: Cristina Garc¨ªa Rodero, Koldo Chamorro, Fernando Herr¨¢ez y Ram¨®n Zabalza.
R. En realidad no conoc¨ªa Espa?a y empec¨¦ a viajar adonde sab¨ªa que pasaban cosas. Conoc¨ª a Fernando y a Ram¨®n a trav¨¦s de Josef Koudelka, amigo m¨ªo de Londres. No ¨ªbamos juntos, pero coincid¨ªamos. Cada uno ten¨ªa sus intereses: Cristina, Fernando y Koldo, las fiestas y tradiciones populares; Ram¨®n, los toros y gitanos. A m¨ª las fiestas y el folclore no me interesaban como tema, pero encontraba im¨¢genes que me serv¨ªan.
P. ?Me puede explicar esta frase suya: ¡°Ir por la calle con una m¨¢quina de fotos es como pasear a un perro¡±?
R. Cartier-Bresson dec¨ªa que la m¨¢quina es la extensi¨®n del ojo, pero eso no me funcionaba. Yo al principio hac¨ªa las fotos tal y como las ve¨ªa y me sal¨ªan aburridas. As¨ª que empec¨¦ a trabajar de otra forma. La c¨¢mara ve el mundo de manera distinta, es como ese perro, que le dices si¨¦ntate y se sienta, te obedece, pero no ve el mundo como t¨². No intento que la c¨¢mara se adapte a mi mirada, intento adaptarme yo a la forma en que la c¨¢mara refleja lo que me rodea.
P. ?De ah¨ª nace su estilo de buscar los m¨¢rgenes de la realidad?
R. En parte. Mi problema es que comenc¨¦ en el blanco y negro que se hac¨ªa entonces, todos trabaj¨¢bamos con el mismo lenguaje. Yo no aportaba nada. Cuando me pas¨¦ al color, en 1985, se me abri¨® un mundo de posibilidades. Me dije: ?C¨®mo he podido estar 17 a?os con un lenguaje tan limitado?
P. ?C¨®mo compone en color?
R. Intento separar la literatura de la imagen pura. Si una imagen es buena puedes colgar de ella cualquier narrativa, pero primero la imagen tiene que funcionar, y no solamente como ilustraci¨®n de alg¨²n concepto previo. Yo no me siento en la obligaci¨®n de explicar con mis fotos que en este sitio hay tal fiesta, pero si hay una forma que me sirva para construir una imagen¡ ?Eso es lo que busco!
Los j¨®venes tienen que pagar para que se vea su trabajo¡ es un comercio constante
P. ?Est¨¢ en sus fotos la mirada del esperpento?
R. No, yo no tengo complejos como espa?ol, ni sobre los toros, ni por c¨®mo somos, ni por nuestras tradiciones. Los espa?oles sal¨ªan de una larga dictadura y estaban acomplejados. ?Qu¨¦ van a pensar de nosotros? Yo ven¨ªa de fuera y ten¨ªa cierta distancia. Para m¨ª, una imagen ic¨®nica de Espa?a es el toro muerto en el desolladero. Los americanos hacen pel¨ªculas sobre su Mafia, sus drogas, su genocidio de los indios, y las exportan a todo el mundo. Mis fotos chocaban, dec¨ªan que eran duras¡ ?Co?o! Mis referencias son el Barroco, Goya¡ la ¨¦poca visualmente interesante de Espa?a. Cuando empez¨® la Movida nos dec¨ªan que fotografi¨¢bamos la Espa?a negra, pero ese concepto es algo que solo existe en el complejo espa?ol. Vas a Alemania o a EE UU y dices Espa?a negra y no saben a qu¨¦ te refieres.
P. ?Cuando fotograf¨ªa no habla con la gente?
R. No. Solo si es necesario. Yo estoy pendiente de los ritmos visuales, de c¨®mo los colores, las formas y las perspectivas se mueven y se juntan. Tienes que meterte en esos ritmos, y cuando hay m¨²sica, la que sea, me ayuda.
P. Sus fotos est¨¢n en libros como 4 cosas de Espa?a (1990), Lances de aldea (1992), Vanitas (1998), Contranatura (2006) Espa?a color (1985-2020), de 2021, y los que hizo con la editorial Steidl, en Alemania, pero no ha tenido muchas exposiciones.
R. Fuera en alg¨²n museo, en Espa?a no recuerdo en ninguno. Me quitaron de los libros de fotograf¨ªa porque defend¨ªa los derechos de autor en una ¨¦poca en que no se quer¨ªan pagar. Los fot¨®grafos no defend¨ªan bien esos derechos, esa es la base. ?Se usa comercialmente tu imagen? Pues hay que pagar.
P. Tampoco se le ve en los festivales de fotograf¨ªa.
R. Est¨¢n los oficiales, a los que no voy, y otros en circuitos paralelos. Los fot¨®grafos j¨®venes est¨¢n desamparados porque a los veteranos nos pueden empaquetar, nos llaman maestros y nos venden a los sponsors o para hacer un taller. Los j¨®venes tienen que pagar por estar un rato contigo, para que se vea su trabajo¡ es un comercio constante. Esos festivales no se hacen para la fotograf¨ªa, sino para que los organizadores los vendan sponsors. Yo prefiero estar trabajando.
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