El mercado del arte antiguo se retrae: ?qui¨¦n quiere amanecer con un San Juan Bautista decapitado?
Los maestros antiguos representan solo el 4% sobre unas ventas mundiales en subasta de 24.700 millones de euros, arrinconados por la falta de obras ¡®trofeo¡¯ y una nueva generaci¨®n de coleccionistas
El pasado de la memoria se confunde con la memoria del pasado. En 1970, el Museo Metropolitan de Nueva York pag¨® 5,5 millones de d¨®lares por el impresionante retrato de Vel¨¢zquez de su esclavo moro Juan Diego Pareja. La obra m¨¢s cara vendida entonces en subasta. En aquellos d¨ªas, el mercado del arte estaba dominado por los maestros antiguos. Medio siglo despu¨¦s, semejan dinosaurios, reliquias de ¨¦pocas lejanas. Siguiendo las huellas del estudio Art Basel & UBS Art Market, que recoge datos de 2021, los viejos maestros europeos representaron solo el 4% sobre unas ventas en subasta de 24.740 millones de euros.
Saltan, a veces, fogonazos. La obra m¨¢s cara contin¨²a siendo el Salvator Mundi. Nada import¨® su p¨¦simo estado de conservaci¨®n y una restauraci¨®n excesiva. Christie¡¯s vendi¨® la tabla como una pintura maestra perdida durante siglos de Leonardo por 450,3 millones de d¨®lares (382 millones de euros) en 2017.
Este a?o solo dos obras de esos viejos creadores ¡ªseg¨²n la plataforma Artsy¡ª han encontrado espacio dentro de la lista de las 40 m¨¢s valiosas. Ambas atribuidas a Sandro Botticelli (1445-1510). La primera es un tondo (cuadro circular) propiedad del legado de Paul Allen, cofundador de Microsoft, La Madonna del Magnificat. Un coleccionista desembols¨® en Christie¡¯s unos 48,5 millones de d¨®lares (45,7 millones de euros, al cambio actual). La otra es un Var¨®n de Dolores de 42,8 millones de euros, que oculta una trama interesante: las dudas sobre su autor¨ªa. El profesor Frank Z?llner, responsable del cat¨¢logo razonado del artista, descubri¨® en la tabla vendida por Sotheby¡¯s errores en la composici¨®n incompatibles con el virtuosismo del pintor del Quattrocento italiano. ¡°Si tuviera la oportunidad (?y el dinero!) ir¨ªa a por el Salvator Mundi¡±, ironizaba en el medio especializado The Art Newspaper. Por si se lo preguntan, La Madonna (que muchos expertos atribuyen a Botticelli y su taller) ocupa el puesto 26? y el Var¨®n, el 31?. Los 195 millones de d¨®lares pagados en 2022 por el Disparo de Marilyn en azul salvia de Warhol hacen saltar la banca.
A los maestros antiguos les acecha el tiempo. Han perdido inter¨¦s entre las generaciones j¨®venes, alejadas del mundo religioso y los temas mitol¨®gicos. Resulta dif¨ªcil ganar dinero con ellos. Los compradores rechazan muchas adquisiciones por las dudas sobre su autor¨ªa. Carecen del sentido de ¡°trofeo¡± de los artistas contempor¨¢neos, como Pollock o Basquiat, y tienen dif¨ªcil encaje en las viviendas actuales. Pocos quieren amanecer con un San Juan Bautista decapitado. ¡°Ni siquiera interesa a nadie el Goya religioso¡±, lamenta, en referencia a la Piedad del maestro aragon¨¦s que qued¨® sin vender el pasado diciembre, en la casa Abalarte, uno de los principales expertos del genio, que pide no ser citado.
Quiz¨¢ el nombre de Robert Simon sea, tambi¨¦n, poco reconocible, al igual que algunas obras antiguas. Es profesor de arte y su galer¨ªa neoyorquina lleva d¨¦cadas abierta. Sin embargo, encontr¨® un negocio que es historia. Fue el que descubri¨® el Salvator Mundi de Da Vinci. Solo le cost¨® 10.000 d¨®lares (unos 9.400 euros) en 2005. El marchante se opone a la idea de ¡°reinventarlos¡±. ¡°Eso significa ver a los maestros antiguos en contextos contempor¨¢neos y con preferencias y prejuicios del siglo XXI. ?No es mejor huir del gusto actual para descubrir lo que nuestros antepasados consideraban culturalmente importante?¡±, se cuestiona. Pero son d¨ªas de redes sociales, experiencias inmersivas, realidad virtual y los museos cl¨¢sicos buscan atraer p¨²blico a trav¨¦s del ¡°di¨¢logo¡± con artistas contempor¨¢neos.
Poca conexi¨®n con los millonarios
Otro problema en la voz de los maestros es que tienen escasa conexi¨®n con los millonarios de las finanzas y la tecnolog¨ªa, como lo fue Paul Allen, de nuestro tiempo. Faltan obras maestras que enganchen. ?Cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que sali¨® un lienzo extraordinario, sin dudas de atribuci¨®n, de Caravaggio, Vermeer, Rembrandt o Rafael al mercado? Ante la escasez de grandes piezas, los cat¨¢logos de subastas se llenan de t¨¦rminos como: ¡°taller de¡±, ¡°c¨ªrculo de¡±, ¡°atribuido a¡±, ¡°seguidor de¡±, ¡°a la manera de¡±¡ y detr¨¢s un nombre, cuanto m¨¢s extraordinario mejor.
A veces, incluso, ni ese gancho parece suficiente ante el rodillo de la producci¨®n contempor¨¢nea. ¡°Cuando compramos en 2003 para el Prado el Barbero del Papa de Vel¨¢zquez se produjo una paradoja muy representativa de esta situaci¨®n¡±, recuerda Miguel Zugaza, antiguo director de la pinacoteca madrile?a y actual responsable del Museo de Bellas Artes de Bilbao. ¡°El precio que pagamos por uno de los pocos originales del maestro sevillano de su segundo viaje (1649-1651) a Italia nos sorprendi¨® que fuera inferior al de una variante del estudio de Francis Bacon del Inocencio X, del mismo periodo, subastado pocos meses despu¨¦s¡±. Pero, de forma contradictoria, esta sociedad sigue viajando hacia el futuro en botes arrastrados hacia el pasado. Consigue m¨¢s visitas ¡ªdesgrana Zugaza¡ª el Louvre que el Pompidou, el Metropolitan que el MoMA o el Prado que el Reina Sof¨ªa. Y seguramente la exposici¨®n m¨¢s concurrida esta temporada ser¨¢ la retrospectiva de Vermeer en ?msterdam y Londres.
Es evidente que surge una fractura. La oferta resulta muy limitada, muchas obras han entrado en colecciones p¨²blicas y de ah¨ª no saldr¨¢n. Y los marchantes deben buscar piezas y artistas que suplan ese primer nivel. ¡°Descubrir obras, los famosos ¡°durmientes¡±, hoy en d¨ªa, con la competencia y la tecnolog¨ªa, resulta casi imposible¡±, reflexiona Jorge Coll, propietario de la galer¨ªa Colnaghi y representante de la familia due?a del Ecce Homo madrile?o atribuido a Caravaggio. Su respuesta ha sido la venta privada, que ya supone el 80% de la facturaci¨®n, y abrir caminos hacia la escultura, los dibujos o la arqueolog¨ªa. De esta forma han conseguido obras de Donatello, Tiziano o, incluso, Vel¨¢zquez. ¡°Es una forma distinta frente a Sotheby¡¯s o Christie¡¯s y su modelo basado en mucho volumen para conseguir rentabilidad¡±, valora.
Hay algunas instituciones que tienen la suerte de vivir ajenas a las leyes de la atracci¨®n del mercado. El museo Meadows de Dallas atesora solo arte espa?ol. Sus fondos albergan obras excelentes de Ribera, Murillo, Vel¨¢zquez, Goya. ¡°Nuestra colecci¨®n se caracteriza por la calidad frente a la cantidad. Por eso solo adquirimos piezas firmemente atribuidas que est¨¦n en buen estado¡±, observa Amanda Dotseth, conservadora jefe y directora en funciones de la instituci¨®n. A partir de un relato hist¨®rico s¨®lido, su estrategia es comprar obras de maestros antiguos menos conocidos, con precios asequibles, y que ellos mismos atribuyen.
Las casas de subasta defienden el negocio de los maestros y ciertos nichos como los dibujos antiguos. Este segmento del mercado ¡ªdescribe Stijn Alsteens, responsable internacional en Christie¡¯s¡ª ha tenido los dos mejores a?os de su historia. ¡°Hemos conseguido r¨¦cord mundial tras r¨¦cord mundial de artistas incuestionables: Giovanni Domenico Tiepolo, Jean-Honor¨¦ Fragonard, Leonardo da Vinci, Cavaliere d¡¯Arpino, Taddeo Zuccari y Jean-Antoine Watteau¡±. En obra gr¨¢fica antigua usan de ejemplo a Rembrandt. Cristo crucificado entre dos ladrones: las tres cruces se vendi¨® en julio por 1.482.000 libras (1,7 millones de euros). El segundo precio m¨¢s alto pagado en la historia por un grabado de esa categor¨ªa. Los maestros se resisten al paso del tiempo.
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