Rodrigo Garc¨ªa regresa al teatro con ¡®Cristo est¨¢ en Tinder¡¯: ¡°Las redes sociales son rid¨ªculas¡±
El influyente dramaturgo y director arremete contra todo lo pol¨ªticamente correcto en su nueva obra
El dramaturgo y director hispanoargentino Rodrigo Garc¨ªa (Buenos Aires, 59 a?os) es uno de los creadores m¨¢s influyentes del teatro espa?ol de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas. No solo eso: es tambi¨¦n un referente de las artes esc¨¦nicas de vanguardia europeas. Hasta el punto de que en 2009 fue galardonado con el Premio Europa de Nuevas Realidades Teatrales y fue director del Centro Dram¨¢tico Nacional de Montpellier de 2014 a 2017. Lo recordaba ayer el dramaturgo y acad¨¦mico Juan Mayorga en una rueda de prensa en el Teatro de la Abad¨ªa de Madrid, pocas horas antes del estreno en ese escenario de Cristo est¨¢ en Tinder, el nuevo espect¨¢culo de Garc¨ªa, cuyos trabajos son siempre esperados como un acontecimiento en la ciudad donde empez¨® a forjar su lenguaje en los a?os noventa, arropado por la efervescente escena alternativa madrile?a de aquellos a?os. Irreverente, al¨¦rgico al teatro tradicional, provocador, imp¨²dico, divertido, incorrecto y furioso, pero tambi¨¦n cargado de una po¨¦tica capaz de provocar calambres y sacudidas en los patios de butacas. ¡°Yo mismo tengo textos que no habr¨ªa escrito de la misma manera si no hubiera conocido su trabajo¡±, subrayaba Mayorga. Eso es crear estilo.
Pero precisamente porque su estilo escapa a cualquier convenci¨®n teatral tambi¨¦n ha desatado sonoras pol¨¦micas, pateos, denuncias de grupos animalistas por ¡°torturar¡± a un bogavante ¡ªse cocinaba uno en directo seg¨²n la receta de un restaurante asturiano¡ª y protestas de ultracat¨®licos a las puertas de las representaciones de G¨®lgota p¨ªcnic por poner a un m¨²sico desnudo a interpretar al piano Las siete ¨²ltimas palabras de Cristo en la cruz, de Joseph Haydn. ¡°Mucha incomprensi¨®n¡±, suspiraba ayer en una charla con EL PA?S tras la rueda de prensa.
-?Vuelve a las andadas ahora con Cristo est¨¢ en Tinder?
-Esta obra no va por ah¨ª. Cristo aparece solo en el t¨ªtulo. Esto va de las ridiculeces de la vida moderna. De esa nueva forma de comunicarse y de vivir a trav¨¦s de las redes sociales. Es algo en lo que he decidido no participar y que observo con asombro. Casi como un turista. En realidad, todos nos hemos convertido en turistas. De nuestras vidas y de las de los dem¨¢s. Es decadente.
-?La vida era mejor antes de las redes sociales?
-Todas las sociedades de todas las ¨¦pocas tienen su lado sombr¨ªo. Claro que la estupidez no es un problema de este momento. Lo que pasa es que se muestra todo el tiempo y se ensalza. Se amplifica la imbecilidad, la estupidez y la banalidad. Y el mero hecho de amplificarlo, fotografiarlo y difundirlo es todav¨ªa m¨¢s banal porque lo que circula es la nada. Es vac¨ªo.
Ese es el impulso que vertebra Cristo est¨¢ en Tinder: poner en evidencia lo rid¨ªculo. Con furia. ¡°Parto del desprecio. Suena fatal, lo s¨¦. Pero es as¨ª¡±, asegura. Y lo hace a?adiendo m¨¢s rid¨ªculo. Por ejemplo, proyecta breves escenas al estilo de las antiguas fotonovelas, escritas por ¨¦l mismo y grabadas previamente. Y las frases m¨¢s importantes de la obra se dicen en playback. ¡°Es una manera de quitarle solemnidad al teatro. Siempre he huido de lo solemne porque nunca he querido hacer un teatro que se parezca al teatro¡±, explica.
Hay tambi¨¦n bastantes pasajes de danza en este nuevo espect¨¢culo. M¨¢s que en ning¨²n otro de Rodrigo Garc¨ªa. Y como siempre, mucha provocaci¨®n. Con frases como esta: ¡°Si el f¨²tbol es de idiotas, practicado por mujeres no te quiero contar. Una stripper es mil veces m¨¢s interesante que una futbolista¡±. O esta: ¡°Me preguntaron. ?Est¨¢s a favor del colectivo LGTBI? ?Est¨¢s en contra del maltrato animal? Respond¨ª ?claro! ?Y tanto! Como opine algo que no os guste me vais a dar de hostias. Yo estoy a favor o en contra de todo lo que me dig¨¢is con antelaci¨®n, con tal de no perder mi empleo¡±.
-Esa incorrecci¨®n suponemos que es deliberada.
-Por supuesto. Intento ser la persona m¨¢s despreciable del mundo. Aunque no s¨¦ por qu¨¦ la gente no es capaz de ver que todo esto es una ficci¨®n. Macbeth es un personaje perverso, pero a nadie se le ocurre pensar que Shakespeare pensaba o era como Macbeth. ?Lo m¨ªo tambi¨¦n es ficci¨®n! Es un discurso art¨ªstico. Y confieso que tambi¨¦n una maldad que me divierte mucho.
-?Es tambi¨¦n un ataque directo a eso que llaman cultura woke?
-Es una s¨²plica que hago para alentar el libre pensamiento. ?Basta ya de adoctrinamientos!
-La cultura woke se asocia a la izquierda, pero tradicionalmente el adoctrinamiento ha venido de la derecha.
-Por eso cuando viene de la izquierda es decepcionante. Es una desilusi¨®n y una desaz¨®n.
Pese a todo, el autor asegura que esta obra no parte de un impulso de provocaci¨®n. ¡°Quiz¨¢ tiene que ver con la edad que tengo ya, pero ya no siento esa necesidad de romperlo todo. Me mueve m¨¢s la transgresi¨®n a trav¨¦s de la po¨¦tica¡±, afirma.
-?Quiz¨¢ tambi¨¦n porque cada vez es m¨¢s dif¨ªcil provocar que cuando empez¨® en los noventa?
-Posiblemente. Hemos visto ya tantas cosas sobre los escenarios que cualquier acto de provocaci¨®n parece impostado.
-De todas formas, ?no cree que el teatro actual es mucho menos transgresor que el que hac¨ªan usted y otros compa?eros en los noventa? ?Qu¨¦ ha pasado?
-Yo vivo ahora en un pueblo de Asturias y apenas he visto teatro en los ¨²ltimos a?os, por lo que me cuesta responder a esa pregunta. Tan desinformado estoy que yo cre¨ªa lo contrario, que llegaba ahora a un Madrid donde hab¨ªa un mont¨®n de nuevas voces haciendo cosas experimentales, hasta que amigos y conocidos me han dicho que no es as¨ª la cosa. Pero en todo caso creo que puede tener que ver con la falta de voluntad pol¨ªtica que ha habido en este pa¨ªs a la hora de apoyar el teatro experimental. Vamos a decir las cosas como son: yo y otros compa?eros como yo tuvimos que emprender nuestro trabajo experimental sin recibir un duro y fue horrible. Si yo pude avanzar fue porque me empezaron a llamar de otros pa¨ªses europeos. Son ya demasiados a?os sin que nadie haya hecho nada por apoyar la investigaci¨®n en este pa¨ªs.
-?Le gust¨® el trabajo de gesti¨®n cuando dirigi¨® el Centro Dram¨¢tico Nacional de Montpellier? ?Repetir¨ªa? ?Aceptar¨ªa un puesto similar en Espa?a?
-Depende del proyecto, de los objetivos¡ Pero s¨ª me gust¨®. Me pareci¨® apasionante poder acompa?ar a otros creadores, salir de mi centro de gravedad y preocuparme por otros. Eso est¨¢ muy bien porque ya se sabe que los artistas somos el colmo del narcisismo y nos cuesta mucho abrirnos a los dem¨¢s.
-?Le consuela al menos la influencia que ha tenido y sigue teniendo en otros creadores en Espa?a?
-Me pone contento saber que mi manera de hacer teatro y mis peque?os descubrimientos despu¨¦s de 35 a?os experimentando hayan podido inspirar a alguien. Porque el teatro tradicional ya est¨¢ hecho, no hay mucho que rascar ah¨ª.
-Una ¨²ltima pregunta: ?es posible encontrar el amor en Tinder?
-?Y qu¨¦ significa eso? El amor es una cosa dif¨ªcil de definir. Evidentemente, todos tenemos una necesidad afectiva a la que podemos llamar amor, pero eso puede cobrar formas muy distintas. Afortunadamente, nadie sabe nada del amor. Solo que se transforma, muchas veces desaparece, va y viene, cambia¡
¡°Lo ¨²ltimo que querr¨ªa para mi vida es mi media naranja (¡) Dos medias naranjas juntas es un suicidio¡±, dice un personaje de Cristo est¨¢ en Tinder.
Babelia
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