El anuncio de Feij¨®o de eliminar el Ministerio de Cultura enciende el debate sobre su importancia
La propuesta del candidato del PP de englobar la gesti¨®n de las artes en la cartera de Educaci¨®n y Universidades para ahorrar gastos genera cr¨ªticas del actual Gobierno y discusiones sobre su eficacia
En teor¨ªa, la cultura adora los debates. Hay, sin embargo, un asunto que muchos creadores est¨¢n hartos de discutir: su propia importancia. De ah¨ª que la reciente declaraci¨®n del candidato del Partido Popular para las pr¨®ximas elecciones generales espa?olas, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, de que si llega al poder el 23 de julio englobar¨¢ al Ministerio de Cultura en la cartera de Educaci¨®n y Universidades encendiera alarmas y discusiones en el sector. ?En¨¦sima muestra de que las artes apenas interesan a la pol¨ªtica? ?Condena a una legislatura en la sombra si ganan los conservadores? Feij¨®o argumenta que solo busca ¡°ahorrar¡±, sin mermar, dice, la relevancia de la cultura. Lo que lleva a otro dilema: c¨®mo de significativo es para este sector tener, o no, un ministerio ad hoc.
El responsable actual de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, responde a Feij¨®o: ¡°No he escuchado idea m¨¢s absurda que justificar la desaparici¨®n por razones de reducci¨®n presupuestaria y de personal. Cambiar¨ªa el sueldo de un ministro y quiz¨¢s sus asesores. Poco m¨¢s¡±. En esta misma l¨ªnea se posiciona Sumar, la plataforma de Yolanda D¨ªaz que re¨²ne a 16 partidos de izquierdas: ¡°El pretexto de la reducci¨®n del gasto p¨²blico es espurio. No habr¨ªa apenas m¨¢s minoraci¨®n que la resultante del intercambio de la figura de ministro por la de secretario de Estado, puesto que permanecer¨ªa la misma estructura de personal, direcciones y subdirecciones generales, centros, organismos o unidades de producci¨®n¡±. Colectivos como la Uni¨®n de M¨²sicos o la Federaci¨®n Estatal de Compa?¨ªas y Empresas de Danza firmaron un comunicado conjunto criticando la propuesta del l¨ªder del PP. El partido liderado por Feij¨®o no ha accedido a contestar a este peri¨®dico.
¡°Importa much¨ªsimo. No puede entenderse una gesti¨®n eficiente de los intereses generales del Estado sin un Ministerio de Cultura¡±, sentencia Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle. ?l lo vivi¨® en primera persona: fue el ¨²ltimo secretario de Estado al frente del sector, precisamente en un Gobierno del PP. Estuvo por debajo del ministro de Educaci¨®n, Cultura y Deporte: primero, Jos¨¦ Ignacio Wert; luego, ??igo M¨¦ndez de Vigo. ¡°Supone autonom¨ªa decisoria, que est¨¦ presente en el Consejo de Ministros por s¨ª sola, no vinculada a Educaci¨®n ni subordinada a Hacienda¡±. En este punto coincide con el socialista Iceta: ¡°Perder¨ªamos el peso de la voz de un ministerio en el Gobierno, en las instituciones europeas e internacionales, dar una se?al clara de que la cultura es un bien p¨²blico esencial. Eso bien vale un ministerio¡±.
Javier Solana, ministro de Cultura con Felipe Gonz¨¢lez, en 1982, autor de la Ley de Patrimonio que a¨²n rige en Espa?a ¡ªel Gobierno prometi¨® reformarla esta legislatura, pero el proyecto naufrag¨®¡ª, pone en el centro del debate los recursos: ¡°Un Ministerio de Cultura no es lo m¨¢s importante. Tiene m¨¢s relevancia que cuente con un presupuesto potente¡±. El actual presidente del Patronato del Museo del Prado recuerda que en su etapa al frente de la cartera tuvo grandes problemas para gestionar, por ejemplo, infraestructuras.
La clave econ¨®mica se materializa al revisar las cuentas de cada gobierno. Las legislaturas sin ministerio, en efecto, coincidieron con una reducci¨®n del presupuesto para Cultura. En t¨¦rminos relativos, por m¨¢s que la importancia del sector se haya casi duplicado, sigue en los m¨¢rgenes: sus fondos supon¨ªan el 0,2% del total del gasto previsto en los Presupuestos Generales para 2014, cuando la dotaci¨®n toc¨® fondo con 718 millones. Y representan el 0,37% en este 2023, con algo m¨¢s de 1.800 millones, tambi¨¦n gracias a la lluvia de fondos europeos. Es la misma cantidad destinada a ¡°investigaci¨®n militar¡±. Por comparar, Defensa se lleva el 2,5% del total. Educaci¨®n el 1,1%. Y eso que la Cultura aporta un 2,4% al PIB espa?ol (un 3,4% si se suman las actividades vinculadas a la propiedad intelectual), en datos oficiales, como no se cansa de repetir el sector.
Subordinaci¨®n o autonom¨ªa
¡°Desde un punto de vista simb¨®lico y econ¨®mico es el activo de pa¨ªs m¨¢s importante que tiene Espa?a. Lo entienden chinos, estadounidenses o franceses. Aqu¨ª, por alguna extra?a raz¨®n, no¡±, agrega Lassalle. ¡°Un Gobierno que rechazara la especificidad de la pol¨ªtica cultural y la relevancia de su posici¨®n en la arquitectura institucional no estar¨ªa preparado para los desaf¨ªos de nuestro tiempo y no responder¨ªa al contexto internacional¡±, apostillan desde Sumar.
Lassalle asegura que ten¨ªa interlocuci¨®n directa con el presidente, Mariano Rajoy, tambi¨¦n gracias a su relaci¨®n personal, pero su gesti¨®n diaria pasaba por el filtro ¡°y las interferencias¡± de un ministro ocupado en m¨²ltiples asuntos. ¡°Si en un determinado momento el presupuesto de becas, por poner un ejemplo, era la prioridad del ministerio, pod¨ªa condicionar la aportaci¨®n para la gesti¨®n de los museos¡±, resume. Desde el primer Gobierno de los populares con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar esta f¨®rmula de sumar carteras en un solo ministerio se ha repetido cuando la derecha ha ascendido al poder. Esperanza Aguirre, el propio Rajoy y Pilar del Castillo fueron ministros primero de Educaci¨®n con secretarios para la Cultura.
Cuando Pedro S¨¢nchez devuelve el Gobierno al PSOE se apuesta de nuevo, como ya hizo Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, por un Ministerio de Cultura. Entre 2004 y 2011, Carmen Calvo, C¨¦sar Antonio Molina y ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde solo tuvieron que ocuparse del sector art¨ªstico. En 2018, la f¨®rmula pas¨® a ser Ministerio de Cultura y Deporte, una cartera propia por la que han pasado cuatro responsables ¡ªsi se cuenta el mandato de apenas unos d¨ªas de M¨¤xim Huerta¡ª en unos cinco a?os. Los primeros dos, el periodista, presentador, adem¨¢s de escritor, y el fallecido Jos¨¦ Guirao, ten¨ªan un perfil estrictamente cultural. Pero tanto Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez Uribes como Miquel Iceta son dos figuras del PSOE que aterrizaron en el sector despu¨¦s de haber dedicado su carrera a cuestiones como la pol¨ªtica territorial, en el caso del catal¨¢n, o la defensa de las v¨ªctimas del terrorismo. ¡°Necesitamos al frente a profesionales que conozcan las pol¨ªticas culturales y generen las condiciones para que la cultura d¨¦ lo mejor de s¨ª misma¡±, a?aden desde Sumar.
¡°Unos quieren mantenerla como secretar¨ªa de Estado. Y otros en un ministerio capitidisminuido como el actual. Tal y como est¨¢ concebida, la gesti¨®n cultural institucional es de chiste¡±, critica Lassalle ante este repaso hist¨®rico por la cartera. De hecho, las artes se han acostumbrado a no protagonizar m¨ªtines ni campa?as. M¨¢s bien, a ocupar con suerte una menci¨®n en los discursos electorales. O, si acaso, una p¨¢gina en los programas. En los debates, nunca caben en ning¨²n bloque tem¨¢tico, salvo raras excepciones. ¡°No hemos repensado la cultura a partir del modelo del franquismo, solo la hemos democratizado. Y el propio sector ha vivido complacientemente enemistado con la pol¨ªtica en una relaci¨®n dial¨¦ctica que le resultaba familiar. Esa din¨¢mica se ha mantenido sobre una l¨®gica de poder clientelar, hoy en manos sobre todo de los funcionarios. Si adem¨¢s las personas que aparentemente hacen la cultura son las mismas desde hace 40 a?os, apaga y v¨¢monos¡±, lo intenta explicar Lassalle.
Sin embargo, esta precampa?a se ha inaugurado, tal vez sin esa intenci¨®n, con cierto protagonismo para el sector. Feij¨®o anuncia la futura eliminaci¨®n del ministerio; S¨¢nchez aprueba la reducci¨®n del precio de las entradas del cine para mayores de 65 a?os; Yolanda D¨ªaz, candidata de Sumar a la presidencia, se disputa con Iceta los logros del Estatuto del Artista, que incluye, entre otras medidas, una in¨¦dita prestaci¨®n por desempleo. El actual ministro, adem¨¢s, se apunta a TikTok para recordar a los nacidos en 2003 que ya pueden solicitar el Bono Cultural, esos 400 euros para gastar en teatro, arte, m¨²sica, videojuegos ¡ªy toros¡ª que ha aprobado durante su gesti¨®n. ¡°Si no fuera por el apoyo en la coordinaci¨®n de los grupos de trabajo del Estatuto que nos han brindado los asesores del Ministerio de Cultura, nada se hubiera conseguido¡±, subraya Alberto Gonz¨¢lez Pulido, coordinador de la Uni¨®n de Artistas Contempor¨¢neos.
Estas medidas ¡ªhabr¨¢ que esperar para confirmar si se mantienen como l¨ªneas de campa?a o se quedan en el aperitivo electoral¡ª son solo la punta del iceberg de lo prometido en el pacto de Gobierno de 2019 entre el PSOE y Unidas Podemos. Se ha quedado mucho por hacer: no ha habido un pacto de Estado, ni se ha creado la oficina de Derechos de Autor, tampoco se ha rematado un Plan de Acci¨®n sobre Igualdad y el Estatuto del Artista mantiene varios frentes abiertos, ahora congelados por la disoluci¨®n de las Cortes. El adelanto electoral, adem¨¢s, dej¨® a un paso de la meta la Ley del Cine, y una reforma del mecenazgo que se tramitaba bajo la competencia de Hacienda.
Y, de fondo, queda irresuelta una cuesti¨®n m¨¢s filos¨®fica, pero con consecuencias concretas: la presunta hegemon¨ªa cultural de la izquierda. Y su relaci¨®n privilegiada con las artes. La teor¨ªa de que la gala del ¡°no a la guerra¡± enemist¨® para siempre al PP y el cine espa?ol vuelve a cada edici¨®n de los Goya. La subida del IVA del sector al 21% durante el ¨²ltimo Gobierno popular tambi¨¦n dej¨® secuelas. Y artistas clave de sus respectivas disciplinas, como Pedro Almod¨®var, Javier Bardem, la fallecida Almudena Grandes, Rosal¨ªa o David Rub¨ªn, han dejado clara su oposici¨®n a la derecha y sobre todo a Vox, que, por otro lado, presume de esta enemistad y devuelve las cr¨ªticas. El escritor Bernardo Atxaga ha ido m¨¢s all¨¢ en su posicionamiento: es el responsable de cultura de Sumar. Aunque el cine protest¨® tambi¨¦n contra la reciente Ley General de Comunicaci¨®n Audiovisual, impulsada por los socialistas. Creadores como Mario Vargas Llosa o Andr¨¦s Calamaro se colocan p¨²blicamente en el bando conservador.
¡°La hegemon¨ªa cultural de la izquierda en Espa?a es a nivel medi¨¢tico y comunicacional. Pero los creadores que puedan proyectar un discurso hegem¨®nicamente de izquierdas son muy pocos. Y las genialidades creativas de vanguardia est¨¢n cada vez m¨¢s liberadas de condicionamientos ideol¨®gicos y categor¨ªas pol¨ªticas del siglo XX¡±, reflexiona Lassalle. Aunque el asunto no deja de ocupar ensayos y art¨ªculos de opini¨®n. Y, en Italia, se ha colocado incluso entre las prioridades del Gobierno ultraconservador de Giorgia Meloni, a partir de la reciente reorganizaci¨®n de la televisi¨®n p¨²blica, Rai. ¡°Quiero liberar la cultura italiana de un intolerante sistema de poder donde no pod¨ªas trabajar si no te declarabas de una cierta parte pol¨ªtica¡±, asegur¨® la presidenta. En Espa?a, Vox coloc¨® como uno de sus principales objetivos, en el documento Agenda Espa?a, la lucha contra la ¡°hegemon¨ªa cultural¡± de la izquierda. Y, a la espera de lo que decidan las urnas el 23-J, su pacto con el PP en la Comunidad Valenciana a?ade una nueva variable a tener en cuenta en el futuro de este ministerio: han puesto al frente de la Consejer¨ªa de Cultura a un extorero.
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